La intempestiva salida de tono, que otros llaman “ocurrencia” de Esperanza Aguirre sobre el replanteamiento del Estado de las Autonomías, va a levantar algo más que ampollas. Personalmente no entiendo como un Político en ejercicio, sujeto a unas normas de Partido, puede decir estas cosas. Yo lo achaco a su afán de protagonismo. La base, su conocido pasado Ultraliberal, tipo Tee Party.

Para mí que Esperanza Aguirre, que no pasa precisamente por ser militante de base que se sujete a los consejos del Partido, anda resucitando el viejo sueño que expresó el día en que Aznar la nombró Ministra. Entonces dijo, con luz y taquígrafos, porque otra cosa tendrá Espe, pero las suelta como las piensa, aunque no me parece que piense nada de lo que suelta, dijo y repito…: “de aquí a Presidenta del Gobierno”. Y ese afán de convertirse en centro de atención es lo que ahora, le puede. Y le da igual lo que pensemos los demás.

Lo que pasa es que no vale todo, o no debe de valer. O sea, cuando Europa quiere los números de las Regiones, que ellos los llaman así, Regiones, no Autonomías, la señora Aguirre nos sale diciendo que hay que repensar lo de las Autonomías.
No tengo ni idea si ha pensado que el Estado de las Autonomías es una previsión de la Constitución, y que, eso de dar marcha atrás ahora, no es tan fácil sin reformar la Ley de Leyes. Todo ello, con su correspondiente Referendum.

Primero desde el Gobierno y luego desde el propio Partido Popular tienen que empezar, desde ya mismo, a dar explicaciones. Porque eso de subirse al tren en marcha, encabezando la troupe fascista que está contra el Estado Autonómico y al que se quieren subir ahora los millones de personas que están viendo día a día como decae su nivel adquisitivo, como cada día somos todos más pobres y han escogido esta opción como protesta, no parece propio de un Político que esté en plena posesión de sus facultades mentales, algo explicable en este caso, por los tratamientos de quimio o radioterapia que esta mujer viene recibiendo.

Aún así, no vale. Todo lo que Esperanza ha soltado por esa boquita solo ha servido para que, dentro del PP, se monte un pelapollos digno del 2 de Mayo. Y para ganarse enemigos. Vale que hay que limpiar, pero no así.

A ver si va a resultar que, la previsión del Gobierno, según la cual, la política de recortes va a causar un incremento del Paro de unos 600 mil parados más, se va a quedar corta.

Estoy de acuerdo con ella, en una cosa, que los políticos también tendrán que buscarse la vida y al que le toque ponerse en la cola del Paro, se tendrá que poner. Desgraciadamente, hay bastantes menos políticos que trabajadores afectados por las barbaridades que esta buena mujer anda soltando. Y alguien ha de decirle claramente a Esperanza que, o se calla la boquita, o se baja del tren.