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Martes, 06 de Marzo de 2012

El secreto profesional

Los pueblos a lo largo de toda su historia han acumulando una serie de tópicos que se transmiten de generación en generación.
Uno de ellos es el que dice que los Abogados son como los curas.Y es un tópico cierto, porque a estos profesionales nos cuentan muchísimas cosas que debemos guardar en el más absoluto de los secretos.
Lo mismo ocurre con los curas que están obligados a guardar el secreto de confesión.
Pues bien, este dicho o tópico o llámenlo como quieran, es mucho mas extenso, pues dicho así, parece que las únicas personas que están obligadas a guardar el secreto profesional, son los Abogados y los curas; y no es así.
Todos los profesionales tienen que cumplir con esta obligación y no solo profesionales, sino todas aquellas personas que ejercen un Oficio.
Esto es. Si acudimos al médico y este nos detecta un cáncer, por ejemplo, está obligado a no comunicar este extremo a nadie, salvo claro está, al enfermo. Hay una excepción, que al obedecer a motivos humanitarios se escapa de esta obligación y es cuando en lugar de decírselo al enfermo, se le dice a sus familiares.
Pero no hace falta que se trate de una enfermedad tan grave. Incluso si nos hacen una analítica y nos detectan que los triglicéridos los tenemos por las nubes, por culpa del alcohol, tampoco pueden comentarlo con  nadie, pues nadie tiene porqué conocer este extremo. Máxime ahora con la Ley de Protección de datos.
Siguiendo con la sanidad, por ejemplo el celador que está de guardia una noche  en el centro de salud y que recibe los enfermos y le recoge los datos, antes de pasar a la consulta, no puede revelar al día siguiente quienes han pasado por allí y mucho menos los motivos por los que lo han  hecho.
Si se revelan estos datos, y nos denuncian, puede costarnos el dinero.
Pero para que no crean que la he tomado con la sanidad, me voy ahora a otro extremo. LOS BARES.
En nuestro país se sigue conservando la costumbre de salir a los bares a  tomar algo, en compañía de los amigos o de las mujeres.
Pues bien. Algunos camareros, quizá por desconocimiento de lo que estoy escribiendo, tienen la costumbre de decir cuando ha estado allí fulanito, el tiempo que ha estado y las copas que ha tomado, y esto tampoco se puede hacer, porque aunque un Bar sea un local público, ello no da derecho a pregonar a los cuatro vientos lo que bebe fulanito.
Imagínense que le han dicho a su mujer que han estado buscando trabajo, por ejemplo, y luego su señora se entera, por los comentarios de la gente que escucha al camarero, que era mentira. Es lógico que ese día en casa tenga jaleo.
O sea, que no solo los profesionales de carrera o de oposición estamos obligados a guardar el secreto profesional, sino todo el mundo que realice una labor de cara al público.
Así que cuidadito, que con la cantidad de derechos que tenemos ahora, alguno puede chocar con ellos y dolerle la cabeza. SALUDOS

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