Cambio de chaqueta
Dedicado a toda persona que cambia de causa por pura conveniencia.
Mira por donde, hoy también me apetece mucho dedicar este artículo y lo voy a hacer, como siempre, con el máximo respeto y el mayor cariño. En esta ocasión me apetece hablar de un tipo de persona que no entiendo, que no comprendo su postura y mucho menos, la comparto. Hablo del chaquetero o chaquetera, persona que cambia de causa o idea por pura conveniencia (léase desertor, desleal, aprovechado, traidor, deshonesto). Esta persona que está a tu lado y sin saber porque el día menos pensado la tienes contra ti. Lo más lamentable, que es una raza que en lugar de estar en peligro de extinción está en peligro de mayor surgimiento. Otra tendencia vergonzosa del ser humano.
Yo, en mi larga carrera de vida social los he visto para todos los gusto: la típica persona que alaba continuamente tu labor y aunque siga haciendo el mismo trabajo, luego te lo critica inexplicablemente; la que defiende una idea a muerte y luego intenta ocultarla como si se avergonzara de ello; la que te pide entrar a formar parte de tu equipo de trabajo y después la ves pasearse como una pava en celo con la competencia; la que a espaldas de sus compañeros se deshace en atenciones con sus superiores intentando conseguir que le asciendan de cargo o le concedan un aumento de salario; la persona que cambia de opinión según lo que le diga su superior aunque antes haya dicho a los cuatro vientos todo lo contrario; la que te sonríe, aplaude tu aptitud y luego, cuando cree que no lo ves saca una sonrisa cínica de hiena borracha; la que te desprecia mientras te besa…, lo que os comentaba, persona desertora, desleal, aprovechada, traidora, deshonesta.
En definitiva, persona vulgar e hipócrita que hace todo lo que esté a su alcance para conseguir lo que desea, renunciando a lo más hermoso que posee el ser humano: su convicción, su honestidad y sus ideas! Y puestos a definir a este bochornoso colectivo, se puede resumir con una sola palabra: chaquetero.
Por cierto, ¿sabéis de donde viene lo de chaquetero?. En la reforma luterana (siglo XVI), los partidarios de cada tendencia se distinguían de los demás por el color externo de sus chaquetas, lo triste de entonces es que había persona que el forro interior de dichas chaquetas solía ser de un color diferente al exterior por lo que más de uno, en alguna ocasión y por beneficio propio, se ponía la chaqueta por el color que le pudiese ofrecer más beneficio, tirando por tierra creencias e ideas. De ahí salió lo de chaqueteros, cosa que sigue en la actualidad sin necesidad de tener que darle la vuelta a la chaqueta.
También comentaba al principio del artículo que lo iba a dedicar y en esta ocasión no lo voy a hacer hablando “entre líneas”, quiero ser directo ¡muy directo! Y dedicárselo a todo el que en algún momento de su vida se ha visto reflejado en alguna de las definiciones que enumeraba anteriormente.
Y voy a terminar, como casi siempre con una frase que he encontrado sobre este tipo de personas, dice así: “Chaqueteros y ramplones, en todo el mundo, a montones”.
Dedicado a toda persona que cambia de causa por pura conveniencia.
Mira por donde, hoy también me apetece mucho dedicar este artículo y lo voy a hacer, como siempre, con el máximo respeto y el mayor cariño. En esta ocasión me apetece hablar de un tipo de persona que no entiendo, que no comprendo su postura y mucho menos, la comparto. Hablo del chaquetero o chaquetera, persona que cambia de causa o idea por pura conveniencia (léase desertor, desleal, aprovechado, traidor, deshonesto). Esta persona que está a tu lado y sin saber porque el día menos pensado la tienes contra ti. Lo más lamentable, que es una raza que en lugar de estar en peligro de extinción está en peligro de mayor surgimiento. Otra tendencia vergonzosa del ser humano.
Yo, en mi larga carrera de vida social los he visto para todos los gusto: la típica persona que alaba continuamente tu labor y aunque siga haciendo el mismo trabajo, luego te lo critica inexplicablemente; la que defiende una idea a muerte y luego intenta ocultarla como si se avergonzara de ello; la que te pide entrar a formar parte de tu equipo de trabajo y después la ves pasearse como una pava en celo con la competencia; la que a espaldas de sus compañeros se deshace en atenciones con sus superiores intentando conseguir que le asciendan de cargo o le concedan un aumento de salario; la persona que cambia de opinión según lo que le diga su superior aunque antes haya dicho a los cuatro vientos todo lo contrario; la que te sonríe, aplaude tu aptitud y luego, cuando cree que no lo ves saca una sonrisa cínica de hiena borracha; la que te desprecia mientras te besa…, lo que os comentaba, persona desertora, desleal, aprovechada, traidora, deshonesta.
En definitiva, persona vulgar e hipócrita que hace todo lo que esté a su alcance para conseguir lo que desea, renunciando a lo más hermoso que posee el ser humano: su convicción, su honestidad y sus ideas! Y puestos a definir a este bochornoso colectivo, se puede resumir con una sola palabra: chaquetero.
Por cierto, ¿sabéis de donde viene lo de chaquetero?. En la reforma luterana (siglo XVI), los partidarios de cada tendencia se distinguían de los demás por el color externo de sus chaquetas, lo triste de entonces es que había persona que el forro interior de dichas chaquetas solía ser de un color diferente al exterior por lo que más de uno, en alguna ocasión y por beneficio propio, se ponía la chaqueta por el color que le pudiese ofrecer más beneficio, tirando por tierra creencias e ideas. De ahí salió lo de chaqueteros, cosa que sigue en la actualidad sin necesidad de tener que darle la vuelta a la chaqueta.
También comentaba al principio del artículo que lo iba a dedicar y en esta ocasión no lo voy a hacer hablando “entre líneas”, quiero ser directo ¡muy directo! Y dedicárselo a todo el que en algún momento de su vida se ha visto reflejado en alguna de las definiciones que enumeraba anteriormente.
Y voy a terminar, como casi siempre con una frase que he encontrado sobre este tipo de personas, dice así: “Chaqueteros y ramplones, en todo el mundo, a montones”.