No es lo mismo
No espero que la vida sea justa, nunca lo ha sido pero al menos, podíamos entre todos poner un granito de arena para mejorarla en lugar de obcecarnos en privar de esperanza y libertad a nuestros semejantes.
Tenemos el grave problema de no saber escuchar y mucho menos el de valorar a los demás. Lanzamos sapos y culebras los unos contra los otros, sin darnos cuenta que todo es cíclico y que algún día te va a tocar defender lo que ahora criticas.
La alianza que hace el ser humano con la sinrazón es absurda. No me cansaré de repetir que la coherencia es la clave de todo, ella nos enseña a trabajar con justicia, con respeto, y con dignidad. Ella, nos hace ver que es absurdo el hablar por hablar cuando crees que no tienes nada que perder porque en un futuro puedes perder, entre otras cosas, la credibilidad.
No olvidemos nunca que no es lo mismo tener que justificarte continuamente que estar a la expectativa. No es lo mismo, hablar sin escrúpulos del partido contrario cuando está en el poder que tener que hablar de tu partido cuando está gobernando. No es lo mismo dar cifras de paro para increpar que tenerlas que omitir cuando son los tuyos los que deben solucionar ese problema. No es lo mismo criticar el enchufismo de los demás que tener que justificar tus propias conexiones o las de tus familiares o amigos cuando eres tú el que se beneficia de ello. No es lo mismo prometer cuando no tienes medios ni capacidad para cumplirlo que cuando tienes el poder en tus manos. No es lo mismo ¡claro que no es lo mismo! Y por eso, algunos, en más de una ocasión no van a tener más remedio que avergonzarse de sus propias palabras porque ahora, otros estarán pendiente de sus movimientos para hacerlos públicos. Mirarán con lupa cada decisión que se tome y esto, aunque lo estés haciendo bien, jode.
El ser humano tiene la mala costumbre de escarbar maliciosamente sobre todo aquel que no entra dentro de sus cánones para airear cualquier cosa, por insignificante que sea, con el único propósito de hacer daño y sin embargo, tiene la capacidad de omitir o tratar de ignorar, las mismas cosas de los de su entorno ¡no lo entiendo ni lo entenderé nunca! ¿Comprendéis ahora porque comenzaba el artículo diciendo que la vida es injusta? Porque si fuera justa de verdad, no criticaría lo que hacen los demás cuando tu postura no es mejor que la de ellos.
Últimamente, ¡como tengo tanto tiempo libre!, me estoy dedicando a guardar frases, comentarios, artículos con el único fin de ponerlos algún día sobre la mesa, con fechas, para situarnos en el momento, y comprobar si es verdad que nos estamos preocupando más por la sociedad que por nuestros propios intereses.
Y no quiero terminar este artículo sin hacer un repaso a otra gran injusticia, la falsedad; las personas que juegan a dos bandas; las que se suelen arrimar al sol que más calienta; las que, desde el anonimato, defienden lo indefendible, las que odian con cara de bondad… a ellos solamente les quiero dedicar esta cita de Abraham Lincoln: “Podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos”.
No espero que la vida sea justa, nunca lo ha sido pero al menos, podíamos entre todos poner un granito de arena para mejorarla en lugar de obcecarnos en privar de esperanza y libertad a nuestros semejantes.
Tenemos el grave problema de no saber escuchar y mucho menos el de valorar a los demás. Lanzamos sapos y culebras los unos contra los otros, sin darnos cuenta que todo es cíclico y que algún día te va a tocar defender lo que ahora criticas.
La alianza que hace el ser humano con la sinrazón es absurda. No me cansaré de repetir que la coherencia es la clave de todo, ella nos enseña a trabajar con justicia, con respeto, y con dignidad. Ella, nos hace ver que es absurdo el hablar por hablar cuando crees que no tienes nada que perder porque en un futuro puedes perder, entre otras cosas, la credibilidad.
No olvidemos nunca que no es lo mismo tener que justificarte continuamente que estar a la expectativa. No es lo mismo, hablar sin escrúpulos del partido contrario cuando está en el poder que tener que hablar de tu partido cuando está gobernando. No es lo mismo dar cifras de paro para increpar que tenerlas que omitir cuando son los tuyos los que deben solucionar ese problema. No es lo mismo criticar el enchufismo de los demás que tener que justificar tus propias conexiones o las de tus familiares o amigos cuando eres tú el que se beneficia de ello. No es lo mismo prometer cuando no tienes medios ni capacidad para cumplirlo que cuando tienes el poder en tus manos. No es lo mismo ¡claro que no es lo mismo! Y por eso, algunos, en más de una ocasión no van a tener más remedio que avergonzarse de sus propias palabras porque ahora, otros estarán pendiente de sus movimientos para hacerlos públicos. Mirarán con lupa cada decisión que se tome y esto, aunque lo estés haciendo bien, jode.
El ser humano tiene la mala costumbre de escarbar maliciosamente sobre todo aquel que no entra dentro de sus cánones para airear cualquier cosa, por insignificante que sea, con el único propósito de hacer daño y sin embargo, tiene la capacidad de omitir o tratar de ignorar, las mismas cosas de los de su entorno ¡no lo entiendo ni lo entenderé nunca! ¿Comprendéis ahora porque comenzaba el artículo diciendo que la vida es injusta? Porque si fuera justa de verdad, no criticaría lo que hacen los demás cuando tu postura no es mejor que la de ellos.
Últimamente, ¡como tengo tanto tiempo libre!, me estoy dedicando a guardar frases, comentarios, artículos con el único fin de ponerlos algún día sobre la mesa, con fechas, para situarnos en el momento, y comprobar si es verdad que nos estamos preocupando más por la sociedad que por nuestros propios intereses.
Y no quiero terminar este artículo sin hacer un repaso a otra gran injusticia, la falsedad; las personas que juegan a dos bandas; las que se suelen arrimar al sol que más calienta; las que, desde el anonimato, defienden lo indefendible, las que odian con cara de bondad… a ellos solamente les quiero dedicar esta cita de Abraham Lincoln: “Podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos”.






















