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Martes, 13 de Septiembre de 2011

Música y deporte

Cuando hace apenas unos meses Sony anunció el cese de la producción del walkman,  volvimos a recordar la revolución que supuso en los años 80 el invento. Todo el mundo salía de su casa con el aparato, y casi todos nos iniciamos en la fantástica sensación de escuchar música mientras hacíamos deporte. Actualmente es tal la sofisticación, que es difícil encontrar alguna persona que. bien andando, trotando o corriendo, no utilice su móvil, ipod o similares que ponen banda sonora a su esfuerzo físico. Existe una gran relación entre la música y el deporte, de tal manera, que una mala elección musical puede echar por tierra un entrenamiento. Es clara la influencia que la música tiene sobre la actividad física: ayuda a la ejecución del movimiento y mejora la calidad de éste, estimula e incita a la ejecución y favorece la concentración, puede mejorar el rendimiento, ejerce una función de excitación o de relajación….
La música es el componente fundamental para motivar y marcar el ritmo para andar o correr, en aeróbica, fitness, kickboxing, levantamiento de pesas , así como para descargar tensiones, estrés o depresión. Calentamiento, entrenamiento y relax tienen un ritmo-tempo muy diferente. El tiempo es “la frecuencia media del pulso musical” el número de beats por minuto (BPM = golpes por minuto), la velocidad de la música. Incide directamente en la intensidad del entrenamiento, además de dictar la velocidad de ejecución de los movimientos, lo que ayuda a una correcta ejecución. Podríamos decir que casi acompañan el ritmo cardíaco.
Para los jóvenes de hoy, buenos ejemplos de canciones serían I Like the Way You Move, de los Bodyrockers o Mercy, de Duffy. Para gente más mayor, se recomienda The Heat Is On, de Glen Ferry, Don't Stop Me Now, de Queen, o Dancing Queen, de Abba.
Creo que el mes de los buenos propósitos no es enero, sino septiembre, fundamentalmente en lo relacionado con cuestiones deportivas y físicas. Con un tiempo climatológico más suave y otoñal, puede ser el momento más propiado para "moverse" y escuchar música, que nos ayudará a superar sin problema el efecto "depresión post-vacacional / fin del verano".
Todo es cuestión de empezar: música cómoda, calzado que te guste ( o viceversa) y ponerse a "callejear". Eso sí, se hará un ejercicio extra muy beneficioso que es el levantamiento de brazos: con auriculares levantar el brazo con aire casi militar se convirtirá en la única manera de saludar, y si el saludado se ha iniciado también en el arte del ejercicio físico-musical, reponderá con el mismo gesto. (No olvides utilizar ambos brazos para ello).
En el próximo maratón de Londres, como prueba experimental, se pondrá música a todo el recorrido, seleccionada cuidadosamente para poder comprobar la teoría de relación entre música y deporte en un evento deportivo multitudinario. Yo por si acaso, le pediré a mi amigo y compañero Pedro Tarifa, los entrenamientos apropiados para ello mientras pensamos en qué consistiría nuestra apuesta…Hagan juego.

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