Democracia Real Ya y el Voto de IU · Agustín Vega Cortés · Zafra
Parece ser que fue Abrahán Lincoln el que dijo que se
puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos durante algún tiempo,
pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Efectivamente, la
casta política española, vertebrada en torno al PSOE y El PP, y ese
puñado de partidos nacionalistas, que, como los peces rémora, viven a costa de
ellos haciéndoles pagar en poder y dinero el precio de sus apoyos, han
institucionalizado un régimen neodemocrático que ha engañado durante mucho
tiempo a mucha gente. Es cierto que para la mayoría de la población, los
políticos españoles y las instituciones que ocupan ( nunca mejor dicho) no
merecen ninguna consideración positiva, pero hasta ahora, ese rechazo
mayoritario no había tenido su reflejo en una movilización de protesta y de
exigencia de los profundos cambios políticos, sociales y económicos que son
necesarios para democratizar de verdad a nuestro país.
Pero con el movimiento “Democracia Real Ya”, y el
hundimiento electoral del PSOE, el engaño ha llegado a su fin. Ambos fenómenos
son las dos caras de una misma moneda y tienen el mismo origen: el
descubrimiento por parte de amplios sectores de los trabajadores y de las capas
populares, y, muy especialmente, de la juventud, del hecho objetivo de
que el Gobierno de Rodríguez Zapatero, con el apoyo del conjunto del partido
socialista, ha desarrollado una política económica favorable a los intereses de
la banca, de las grandes empresas y de los grandes grupos
financieros del país. Al mismo tiempo, ha impulsado y consentido que el
conjunto de las Administraciones, empezando por la Administración central,
hayan saqueado las arcas publicas con una política de gasto basada en el
despilfarro, el clientelismo, la falta de control y grandes dosis de
corrupción tanto de políticos como de funcionarios, arruinando al Estado
con unos niveles de déficit y de deuda que pone en alto riesgo la
financiación de los servicios y las prestaciones sociales mas necesarias.
La era zapatero, que ahora toca a su fin, es
el paradigma de ese fraude político perpetrado por los dirigentes del
PSOE. Su gobierno ha mantenido durante todos estos años una retórica
progresista, pero una política económica totalmente reaccionaria, que ha
llevado al paro a millones de trabajadores y a la ruina a cientos de
miles de autónomos y pequeños empresarios. Mientras, la banca, los
especuladores financieros y las grandes empresas ligadas a los sectores
estratégicos y a los contratos del Estado, incrementan sus beneficios a pesar
de la crisis que ellos mismos han provocado.
Como consecuencia de ello, el hundimiento electoral del
PSOE el día 22 de mayo, al que solo le queda el poder en Andalucía y
Euskadi, porque no se han celebrado elecciones autonómicas en esas comunidades,
y el del gobierno central durante unos pocos meses más, es de tal magnitud que
puede resultar decisivo para una nueva correlación de fuerzas en el campo de la
izquierda. El extraordinario movimiento de Democracia Real Ya, marca
el camino a seguir para regenerar a la democracia y recrear una izquierda
fundamentada en las ideas y no en la demagogia, en las propuestas de
profundización de la democracia y no en la falacia de un progresismo retórico e
inocuo que la vacía de su función principal que es la aumentar la
justicia social, la igualdad real y la libertad de los individuos.
Por eso, cualquier apoyo de Izquierda Unida que
haga posible el mantenimiento de gobiernos del PSOE, allí donde no tiene votos
suficientes, como es el caso de Extremadura en este momento, sería un error
estratégico y un engaño a su electorado, pues tan falso es que la política del
PP tenga que ser más de derechas que la del PSOE, como que los votantes
de IU prefieren un gobierno socialista antes que uno del PP, pues de ser así,
no hubieran votado a esa organización que, hoy por hoy, no tiene ninguna
posibilidad de ganar, sino que hubieran dado su voto directamente al
PSOE. Los votantes de IU, tienen las mismas aspiraciones que los jóvenes que
están en la puerta del Sol, y como ellos, lo que desean es una refundación de
la democracia que la haga más verdadera. Y si votan a IU es porque creen
que ese partido aspira a eso mismo. Pero si sus votos son utilizados para mantener
en el poder a aquellos que ya llevan 30 años interrumpidos y cuyo ciclo
ha llegado a su fin, se sentirán doblemente engañados y en las próximas
elecciones no volverán a votarle
Criminalizar al PP por principios, y ser la
muletilla del PSOE cuando este necesita sus votos para gobernar, solo beneficia
a los socialistas y alimenta el bipartidismo. Ese error que IU viene
arrastrando desde hace tantos años, constituye una de las razones fundamentales
de su fracaso. El resultado de las pasadas elecciones y el más que previsible
de las próximas generales, dará a la izquierda real una nueva oportunidad. Si
IU es capaz de quitarse los complejos de encima y dirigir con libertad su
mirada hacía la Puerta del Sol, es posible que empiece el fin de su larga travesía
del desierto. Pero si no lo hace y se deja llevar por esa estupida idea
casi mesiánica, según la cual su razón de ser es impedir que gobierne la
derecha, volverá a hundirse en el olvido.
Estamos ante un cambio político de alcance
histórico después del cual nada volverá a ser como antes. Aquellos que no
quieran o no sean capaces de verlo, y actúen como si las elecciones
del dia 22 de mayo hubieran sido una mas de tantas, no han comprendido nada de
lo que ha pasado ni de lo que está pasando, y serán arrastrados por los aires
de cambio que soplan desde el centro de Madrid y de otras muchas ciudades, pues
mientras en la calle se habla de revolucionar la democracia, en los despachos
políticos se habla de repartir las poltronas, pero es posible que dentro de poco
no tengan nada que repartir.
Parece ser que fue Abrahán Lincoln el que dijo que se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos durante algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Efectivamente, la casta política española, vertebrada en torno al PSOE y El PP, y ese puñado de partidos nacionalistas, que, como los peces rémora, viven a costa de ellos haciéndoles pagar en poder y dinero el precio de sus apoyos, han institucionalizado un régimen neodemocrático que ha engañado durante mucho tiempo a mucha gente. Es cierto que para la mayoría de la población, los políticos españoles y las instituciones que ocupan ( nunca mejor dicho) no merecen ninguna consideración positiva, pero hasta ahora, ese rechazo mayoritario no había tenido su reflejo en una movilización de protesta y de exigencia de los profundos cambios políticos, sociales y económicos que son necesarios para democratizar de verdad a nuestro país.
Pero con el movimiento “Democracia Real Ya”, y el hundimiento electoral del PSOE, el engaño ha llegado a su fin. Ambos fenómenos son las dos caras de una misma moneda y tienen el mismo origen: el descubrimiento por parte de amplios sectores de los trabajadores y de las capas populares, y, muy especialmente, de la juventud, del hecho objetivo de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero, con el apoyo del conjunto del partido socialista, ha desarrollado una política económica favorable a los intereses de la banca, de las grandes empresas y de los grandes grupos financieros del país. Al mismo tiempo, ha impulsado y consentido que el conjunto de las Administraciones, empezando por la Administración central, hayan saqueado las arcas publicas con una política de gasto basada en el despilfarro, el clientelismo, la falta de control y grandes dosis de corrupción tanto de políticos como de funcionarios, arruinando al Estado con unos niveles de déficit y de deuda que pone en alto riesgo la financiación de los servicios y las prestaciones sociales mas necesarias.
La era zapatero, que ahora toca a su fin, es el paradigma de ese fraude político perpetrado por los dirigentes del PSOE. Su gobierno ha mantenido durante todos estos años una retórica progresista, pero una política económica totalmente reaccionaria, que ha llevado al paro a millones de trabajadores y a la ruina a cientos de miles de autónomos y pequeños empresarios. Mientras, la banca, los especuladores financieros y las grandes empresas ligadas a los sectores estratégicos y a los contratos del Estado, incrementan sus beneficios a pesar de la crisis que ellos mismos han provocado.
Como consecuencia de ello, el hundimiento electoral del PSOE el día 22 de mayo, al que solo le queda el poder en Andalucía y Euskadi, porque no se han celebrado elecciones autonómicas en esas comunidades, y el del gobierno central durante unos pocos meses más, es de tal magnitud que puede resultar decisivo para una nueva correlación de fuerzas en el campo de la izquierda. El extraordinario movimiento de Democracia Real Ya, marca el camino a seguir para regenerar a la democracia y recrear una izquierda fundamentada en las ideas y no en la demagogia, en las propuestas de profundización de la democracia y no en la falacia de un progresismo retórico e inocuo que la vacía de su función principal que es la aumentar la justicia social, la igualdad real y la libertad de los individuos.
Por eso, cualquier apoyo de Izquierda Unida que haga posible el mantenimiento de gobiernos del PSOE, allí donde no tiene votos suficientes, como es el caso de Extremadura en este momento, sería un error estratégico y un engaño a su electorado, pues tan falso es que la política del PP tenga que ser más de derechas que la del PSOE, como que los votantes de IU prefieren un gobierno socialista antes que uno del PP, pues de ser así, no hubieran votado a esa organización que, hoy por hoy, no tiene ninguna posibilidad de ganar, sino que hubieran dado su voto directamente al PSOE. Los votantes de IU, tienen las mismas aspiraciones que los jóvenes que están en la puerta del Sol, y como ellos, lo que desean es una refundación de la democracia que la haga más verdadera. Y si votan a IU es porque creen que ese partido aspira a eso mismo. Pero si sus votos son utilizados para mantener en el poder a aquellos que ya llevan 30 años interrumpidos y cuyo ciclo ha llegado a su fin, se sentirán doblemente engañados y en las próximas elecciones no volverán a votarle
Criminalizar al PP por principios, y ser la muletilla del PSOE cuando este necesita sus votos para gobernar, solo beneficia a los socialistas y alimenta el bipartidismo. Ese error que IU viene arrastrando desde hace tantos años, constituye una de las razones fundamentales de su fracaso. El resultado de las pasadas elecciones y el más que previsible de las próximas generales, dará a la izquierda real una nueva oportunidad. Si IU es capaz de quitarse los complejos de encima y dirigir con libertad su mirada hacía la Puerta del Sol, es posible que empiece el fin de su larga travesía del desierto. Pero si no lo hace y se deja llevar por esa estupida idea casi mesiánica, según la cual su razón de ser es impedir que gobierne la derecha, volverá a hundirse en el olvido.
Estamos ante un cambio político de alcance histórico después del cual nada volverá a ser como antes. Aquellos que no quieran o no sean capaces de verlo, y actúen como si las elecciones del dia 22 de mayo hubieran sido una mas de tantas, no han comprendido nada de lo que ha pasado ni de lo que está pasando, y serán arrastrados por los aires de cambio que soplan desde el centro de Madrid y de otras muchas ciudades, pues mientras en la calle se habla de revolucionar la democracia, en los despachos políticos se habla de repartir las poltronas, pero es posible que dentro de poco no tengan nada que repartir.





















