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Manuel García Cienfuegos
Martes, 10 de Febrero de 2009

La felicidad de don Jesús

El sacerdote, párroco de Alange, licenciado en derecho y escritor de novela histórica don Jesús Sánchez Adalid, participa asiduamente en la Revista Imagen de Extremadura que publica Marca Extremadura. Don Jesús ha formado parte de un grupo de “elegidos” que reflexionan sobre las bondades de nuestra tierra (Calderón, Soraya…), protagonistas de una campaña publicitaria en la que Marca Extremadura invirtió mas de cinco millones de euros.

El pasado domingo don Jesús Sánchez Adalid, escribía en el Diario HOY un artículo de opinión que titulaba “Somos Extremadura”, en el que valoraba la campaña de Marca de Extremadura. Entre otras cuestiones decía “…Es decir, trasladar a los ciudadanos la imagen de Extremadura como una comunidad emergente, en la que hay oportunidades para vivir y trabajar, y en la que es fundamental la preocupación por las personas desde que nacen, durante su vida en la región, en su etapa laboral y concluyendo en la tercera edad…”. Y terminaba su artículo diciendo “Por eso, hemos estado dispuestos a ofrecer nuestra imagen y nuestra voz, porque estamos plenamente convencidos de lo que esta campaña expresa: ¡Somos muy felices aquí! ¡Somos Extremadura!”.

Pues pregúntele don Jesús a los 103.647 parados que había en Extremadura a finales del mes de enero, probablemente ya serán muchos más, y a sus familias ¿Vivirán felices? 

No sé si usted sabrá don Jesús que Extremadura es la región con mayor índice de pobreza, el doble que la media nacional ¿Serán también esos ciudadanos felices? 

Extremadura, es don Jesús, la primera en tasa de analfabetismo. Extremadura está a la cola en cuanto a salarios, renta y riqueza. Según datos del Ministerio de Trabajo, la pensión media en Extremadura se situó en el pasado mes de enero en 638,18 euros, por debajo de la media nacional ¿Serán también estos ciudadanos felices, don Jesús?

Sí, don Jesús, somos Extremadura, pero aquí no somos felices porque no podemos resignarnos, al menos yo no lo hago, a vivir en una sociedad de parados, marginados y pobres.

Que siga siendo usted muy feliz, don Jesús, le admiro por ello.
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