Viernes, 07 de Noviembre de 2025

Actualizada Viernes, 07 de Noviembre de 2025 a las 19:34:22 horas

Ana María Moreno | 384
Viernes, 07 de Noviembre de 2025 Actualizada Viernes, 07 de Noviembre de 2025 a las 18:33:00 horas

Andrés Acevedo Gragera, médico de pueblo

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Su vida trascurre en Montijo hasta que se traslada a Badajoz para cursar los estudios universitarios como médico y cirujano en la Facultad de Medicina. También estudia enfermería. 
Cheles, en 1985, fue su primer destino por sustitución médica.
Obtiene plaza en propiedad en Villamesías, después de estar destinado en Esparragalejo, La Garrovilla, Mérida y Torremejías. 
Funda, con otros compañeros en Montijo,  “Consultas y Urgencias Nocturnas”, luego llegaría Clínica Omega. En 2005, y durante 12 años, ejerció en Torremayor-Lácara.
En 2017, pide en concurso de traslado, Montijo hasta su reciente jubilación, en mayo de 2025.
Mientras, ha compaginado la vida profesional  y familiar con sus aficiones hacia la lectura o la caza.  

 

¿Puede presentarse?
Mi padre se llamaba, Pedro Acevedo, fue oficial administrativo en la Comunidad de Regantes de Montijo. Mi madre, Petra Gragera, era ama de casa. Mis dos hermanas son Moni y Caty, administrativas en la Comunidad de Regantes y en CARCESA, respectivamente. Todos somos nacidos y vecinos de Montijo.
Mi esposa se llama Juani José y mis dos hijos, Andrés y Alba.

 

¿Recuerdos infantiles? 
Recuerdo principalmente los juegos con mis primos en casa de abuela Catalina y tía Isabel.

 

¿Sus primeros colegios?
La escuela de Ascensión y la Academia Santo Tomas de Aquino, hasta los 11 años. De aquí, al Instituto Vegas Bajas, hasta terminar COU. En ellos conocí a buena parte de compañeros, con quienes compartí clase, juegos y el despertar a la adolescencia. Y con algunos, una amistad para toda la vida.

 

¿Dónde cursa los estudios universitarios? 
 En la Facultad de Medicina de Badajoz, de la Universidad de Extremadura.

 

¿Qué estudió?
La licenciatura de Medicina y Cirugía.  También DUE Enfermería.

                                                                                  
¿Le costó mucho sacar su carrera? 
Algunas asignaturas del primer ciclo se me atragantaron, sí.
                                                               
¿Algún recuerdo especial? 
El compartir piso con Mariano Álvarez y Miguel Escobar, compañeros de instituto, piso, carrera y, también, socios.  
                                                                          
¿Es partidario de las famosas novatadas estudiantiles? ¿Las sufrió?
No me gustan, si son crueles o denigrantes. Entonces sólo eran las de ingreso en la tuna, nada reseñable.

 

¿Cómo y cuándo decide que quiere se médico?
 Recuerdo querer ser “médico de pueblo” desde chico, así que me empeñé en serlo.

 

¿Dónde ha estado destinado como médico?
La primera sustitución de un titular, en Cheles, agosto de 1985 (qué miedo pasé). Luego, Esparragalejo, La Garrovilla, Mérida, Torremejías (de enfermero), Villamesías (Cáceres), ya con plaza en propiedad. 
En 2005, Torremayor - Lácara, donde estuve 12 años, y es la plaza de mayor duración y de la que guardo entrañables recuerdos. En 2017, pido en concurso de traslado, Montijo, hasta mi jubilación, en mayo de 2025.

 

¿Trabajó en algo distinto en un principio? 
Pues lo que se hacía entonces, coger tomates y fruta en verano y, luego, en las campañas de Carcesa.

 

¿La vida de médico con la familiar se concilian bien? 
No, es muy sacrificada, porque la familia sufre tus ausencias en destinos alejados, y las guardias, sobre todo cuando los niños son pequeños.

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Funda Clínica Omega. ¿Por qué esta decisión? 
Fundamentalmente, por la precariedad laboral de entonces. Cuando comencé a estudiar no había limite en el acceso a la facultad y, así, con la falta de previsión, que aún persiste, a finales de los años 80, en España había 17000 médicos en paro o en empleo precario. Por eso, y viendo ya la saturación de las urgencias en Atención Primaria, junto a Miguel, Alfonso y Mariano, fundamos “Consultas y Urgencias Nocturnas” en horario de 20h a 8h, todos los días. Luego llegó Clínica Omega, con Mariano Álvarez, con quien he compartido pupitre, piso, guardias y negocio, casi toda mi vida.

 

¿Cómo fue evolucionando?
En Omega teníamos horarios de mañana y tarde, ya sin guardias, pero simultaneábamos con trabajo en la sanidad pública.

 

¿Hospitales públicos o privados? 
Siempre Públicos. Tenemos la mejor sanidad posible, integral, gratuita y universal. Pero esto mismo la hace peligrar porque, si no somos conscientes que los recursos son limitados y no hacemos un uso responsable de los servicios sanitarios, es inviable.  La sanidad privada complementa las carencias y demoras de la pública y es una opción para quien la quiera.                                                                                                                                                           
Ha visto el nuevo centro Montijo-Puebla desde su inauguración, ¿era necesario para la comarca? 
Era y es imprescindible… soporta una presión asistencial enorme, atiende una zona de más de 26.000 habitantes.

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¿En qué le benefició a la zona? 
En realidad, fue un proyecto fallido, pensado en principio como Centro de Especialidades, que al final sólo cuenta como especialidad hospitalaria, con un Equipo de Salud Mental, y un VIR (Vehículo de Intervención Rápida) sólo en horario de 8 a 15h, de lunes a viernes. Es incomprensible que, en ese horario en que el Centro cuenta con 3 pediatras, 12 médicos, enfermeros, matrona, etc., se disponga de ese servicio esencial, de hecho, una UMER (Unidad Medicalizada de Emergencias Rural) y, a partir de las 15h, sólo 2 médicos y 2 enfermeros atiendan todas las urgencias de la zona básica, Montijo, Puebla de la Calzada, Torremayor, Lobón, Lácara y Barbaño.

 

¿Qué es lo que más necesita la comarca en sanidad? 
Ya es imposible pretender conseguir consultas presenciales de otros especialistas, dado la escasez generalizada en todo el país. Me refería antes a la falta de previsión que nos deja ahora en el otro extremo, el excesivo rigor en la entrada de estudiantes vocacionales de medicina y enfermería a las facultades y escuelas, nos deja en la situación actual, que va a empeorar con las próximas jubilaciones del llamado “baby boom” que, junto a la oferta de contratos en precario que favorecieron el éxodo de sanitarios a otros países, obliga a contratar a personal extracomunitario, como solución provisional. Pero sí se puede presionar para ampliar el horario de actuación del VIR y convertirse en una UMER con asistencia 24h todo el año. Un traslado en condiciones al hospital, a 40km, supone unos 40 minutos, que sí puede salvar una vida, si se dispone de ese recurso, ya existente.

 

¿Qué tipo de pacientes atiende este centro?  
No hay un paciente tipo, los motivos de consulta son muy variables, igual que las urgencias.    
                                                           
¿Hay algún tipo de patología típica de esta zona de las Vegas Bajas? 
No he apreciado grandes diferencias en las patologías que me tocó  atender en las distintas Áreas de Salud en que he trabajado, patología estacional, respiratoria en otoño-invierno, digestiva en verano y el control de patologías crónicas.      


          
¿Algún consejo médico que debamos seguir todos? 
Dos apuntes. Se debe consultar patologías de cierta entidad, y no por procesos banales, que sólo requieren de sentido común y autocuidados. Antes, nuestras madres y abuelas parecían tener un Máster en Salud Pública, con muchísimos menos medios. Pero ahora se consulta por procesos sin importancia, que sólo precisan observación y control evolutivo, y no saturar las consultas y urgencias, que crean interminables listas de espera y tantas quejas produce. En Montijo, cuando comencé a trabajar, había 3 cupos de médico y 1 pediatra. Ahora, tenemos 3 pediatras y 9 médicos. Las urgencias las atendía 1 médico y un enfermero, y se atendía una media de 25 personas a diario. Ahora con dos equipos médicos, se atienden más de 100 demandas a diario y en fines de semana y festivos, más de 200. La población no ha cambiado sustancialmente en habitantes. El segundo apunte, las enseñanzas que deberíamos haber sacado tras la pandemia de Covid, esto es, la importancia de la vacunación y las medidas de protección, higiene de manos, mascarillas...     


                             
¿Se han visto cumplidas sus expectativas laborales?  
En general, y tras una larga trayectoria de casi 40 años, sí. Siempre quedan cosas que gustaría haber hecho, pero en resumen, estoy moderadamente satisfecho.       

                        

¿Ejercer la profesión de médico en el pueblo natal es una ventaja o un inconveniente?   
Depende, hay un conocimiento de las personas y su entorno, que puede ser una ventaja en algún momento, pero también conlleva una sobrecarga extra de compromisos, a veces, difíciles de solventar.

 

¿Qué significa la caza en su vida?
La caza, para mí, es algo más que una afición o deporte, es una filosofía de vida. Mi padre y su cuadrilla, Macario, Manolo, Miguel, Ramón, los Pacos, Domingo, Venancio, me enseñaron el campo, las reglas de la caza y a respetar la naturaleza, pero quien me la descubrió fue mi padre.

 

¿Cómo la practica?
Me gusta cazar sólo, con mis perros, “al salto”, buscando la pieza y tratando de cobrarla en buena lid. No me gusta pegar muchos tiros, sino un buen par de lances. También me encanta cazar con la “cuadrilla” de toda la vida, y entonces se caza “dando ganchitos o batidas” y luego el “taco” y la sobremesa, contando los lances del día y las anécdotas de días pasados, recordando a los que ya no están… Creo que comencé de “morralero” con 10 o 12 años, llevando las piezas, aun sin escopeta. También recuerdo las “tiradas” de tórtolas y palomas, en los años 70 y 80, en que abundaban.

 

¿Qué les diría a los contrarios a la caza? 
Respeto cualquier postura, pero para criticar algo, primero hay que conocerlo bien, saber de qué hablamos. Como decía Miguel Delibes, un buen cazador es el mejor ecologista.

 

Sus aficiones son… 
Además de la caza ya referida, me encanta escuchar música de los 60-70-80, leer, ah y soy un enamorado del Camino de Santiago. He completado, junto con mi hijo, Mariano y Pedro, el Camino Francés y el del Norte. Pero aún quedan muchos por descubrir


 

Se ha jubilado. ¿Qué despedida le han realizado sus compañeros? ¿Emotiva? 
Sí, muy emotiva. Después de tantos años, despedirse de unos entrañables compañeros, con quienes has compartido tantas experiencias y esfuerzos, cuesta mucho. Gracias a todos ellos, de corazón.

 

¿A qué está dedicando su tiempo ahora? 
Estoy aún buscando encajar los proyectos pendientes “para cuando me jubile…”, muchos y variados, haciéndome a la nueva normalidad...

 

¿Sus hijos toman la alternativa médica? 
Andrés es psicólogo y Alba, enfermera, cada uno lo que quisieron elegir. Estoy muy orgulloso de ellos.        

 

 


NOMBRE:  Andrés Acevedo Gragera. 
EDAD: 65 años.
NACIMIENTO: Montijo.
ESTADO CIVIL: Casado.
RESIDENCIA: Montijo.
UNA COMPAÑÍA: Mi familia.
UN LUGAR PARA VIVIR: Montijo.
UN LUGAR PARA PERDERSE: La costa del Cantábrico 
UNA LECTURA: Ilusiones (Richard Bach), novela histórica, El viejo y el mar, El Principito, El Quijote (que hay que releer periódicamente).
UNA MÚSICA: Cantautores, Cat Stevens, Van Morrison, uf, de todo lo de los 70 y 80, música celta,….
UN HOBBY: Caza, pasear, lectura, música.
UN SUEÑO: Dar la vuelta al mundo.

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