La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.  (Del libro “Eva Luna” de Isabel Allende)

En este mes de septiembre se nos ha ido para siempre, Luisa García, una persona entrañable y querida. Hoy, siento la necesidad de expresar, con uno de mis poemas, mi cariño hacía ella y a su familia.
Personalmente, yo soy de los que pienso que a los que se van hay que recordarlos siempre. Reviviendo momentos entrañables haciéndolos inolvidables ¡Que perduren para siempre!.  

Siempre en el recuerdo, esa es la clave para que no se vayan nunca de nosotros. Tratando de agarrar cualquier momento que nos traiga su imagen y recordar cada instante compartido de felicidad, rechazando, eso sí, todos aquellos que lleguen a nosotros intentando nublar con lágrimas nuestros ojos. No siempre es fácil seleccionar los recuerdos, hay veces que llegan envueltos en tristeza y se acomodan en nuestra mente, tratando de atormentarnos, pero hay que luchar y rechazarlos porque el mejor regalo que podemos hacerles es recordarlos en la alegría.  
Hay que volver a vivir, aunque sea con la mente, esos días que no querrías olvidar nunca, que son muy especiales e intentar disfrutarlos de nuevo, refugiarnos en ellos... y hacer que esos seres queridos que ya no están físicamente con nosotros, lo estén para siempre en nuestro corazón.

LLORARÁ LA TARDE POR TI

Llorará la tarde por ti,
lágrimas de ausencia;
heridas.

Caerán gotas muy despacio
amargamente a diario
de aquellos que no te olvidan.

Lágrimas de impotencia,
tristeza, ausencia, soledad, ternura...

Brotarán por tu recuerdo,
correrá por mi mejilla, 
caerán gotas de alegría por ti,
lágrimas de ausencia
que me llenarán de sueños,
que me llenarán de vida.