España se pierde entre llamas. El Gobierno calla. Solo les importa el dinero y mirarse los ombligos. A Extremadura nos dicen que no tienen los medios para ayudarnos. Mientras me río un puñado de lágrimas caen por mis mejillas. No entiendo este mundo. Se nos está quemando nuestro patrimonio.
Jarilla, Hervás, El Rebollar, el Valle del Jerte, Plasencia, El Valle del Ambrosía, entre otros lugares están siendo abrasados por las llamas. Casas desalojadas. Otras muchas confinadas. Y mientras todo arde hay algunos que se dedican a lanzar fuegos artificiales. La estupidez del ser humano no tiene límites.
Necesitamos más bomberos mejor pagados y con sus derechos todo el año. Necesitamos mejores condiciones para ellos, mejores protecciones, más ayuda. Y menos políticos. Menos palabras vacías. Menos mentira. Menos hipocresía.
Mientras España arde ellos están de vacaciones en vez de atender a la terrible realidad que asola nuestro país. Arde nuestra naturaleza, las llamas nos asfixian el alma, me rompe por dentro ver las imágenes de mujeres mayores llorando porque no quieren abandonar sus casas y todo lo construido en toda una vida. Ver a los bomberos y cuerpos de seguridad llevándoselas para salvarlas del fuego. Duele la impotencia. Duele el silencio. Duele la quietud de quien podría ayudarnos. Duele demasiado.
El cambio climático y las temperaturas extremas tienen mucha culpa. Pero ¿qué hay de la mano del hombre? Ya han sido detenidas más de 30 personas acusadas de provocar incendios. El ser humano está perdido. Lo que otros construyeron tiempo atrás ellos lo destruyen en décimas de segundos. No sé qué tienen en la cabeza, en los sentimientos y en el corazón...Cada vez me da más miedo este mundo y cada día me da más pánico de lo que es capaz de hacer un ser humano.
Arriesgan sus vidas por salvar campos, bosques, personas, animales...a cambio (al menos en Extremadura) de ningún apoyo ni ayuda por parte de quienes deben ofrecérsela, sin contar con los medios necesarios para su protección y la de los demás y con un sueldo que no llega ni a los 1500 euros. Es una vergüenza y deberíamos salir a la calle y pelear por los derechos de quienes salvan nuestra naturaleza, nuestros hogares, nuestras familias y animales, nuestra vida...
Hoy no me quedan lágrimas que echar...