Verano y nutrición: disfrutar sin descuidar la salud
El verano llega con mucha fuerza a una parte importante de nuestra salud: la salud social. Lo relacionamos con disfrute, descanso y cierta flexibilidad en la rutina, algo completamente necesario para recargar energías.
Sin embargo, también es una etapa donde muchos hábitos saludables tienden a priorizar menos, y la alimentación y la hidratación son las principales involucradas. Disfrutar del verano no debería estar reñido con cuidar nuestra salud pero eso, parece que nos cuesta entenderlo.
Uno de los puntos críticos de esta temporada es la hidratación. El aumento de la temperatura y la mayor exposición al sol elevan las pérdidas de agua a través del sudor, por lo que beber líquidos debe ser una prioridad.
¡OJO! No hace falta esperar a tener sed: la hidratación debe ser constante. El agua siempre es la mejor opción, aunque hay que entender que cuando sudamos, perdemos sales minerales y, tomar solo agua, no nos ayuda a hidratarnos. Necesitamos bebidas con sales.
Otro aspecto importante es lo que hacemos en los días que no estamos de vacaciones. Es común tener semanas intercaladas de vacaciones y trabajo durante el verano, y esos días “normales” son clave para sostener ciertos hábitos: mantener horarios regulares de comidas, priorizar alimentos frescos y simples, y encontrar momentos para entrenar, aspecto fundamental en estos días.
¿Cuál es uno de los problemas? Muchas personas llegan a fin del verano con el deseo de “compensar” lo que no hicieron.
Aquí es fundamental evitar caer en dietas restrictivas o detox, algo que está completamente desbalanceado de lo que se quiere conseguir.
Si lo que quieres es mejorar la composición corporal, lo ideal es hacerlo con el acompañamiento de un profesional de la nutrición. No se trata solo de perder grasa, sino de aprender a comer mejor, de forma personalizada, individualizada y sostenible.
Recomendación final:
Disfruta del verano sin descuidar tus hábitos. Hidrátate bien, cuida tus hábitos en los días que no estés de vacaciones y, si quieres mejorar tu salud o tu composición corporal, busca el acompañamiento de un profesional de la nutrición.
El verano llega con mucha fuerza a una parte importante de nuestra salud: la salud social. Lo relacionamos con disfrute, descanso y cierta flexibilidad en la rutina, algo completamente necesario para recargar energías.
Sin embargo, también es una etapa donde muchos hábitos saludables tienden a priorizar menos, y la alimentación y la hidratación son las principales involucradas. Disfrutar del verano no debería estar reñido con cuidar nuestra salud pero eso, parece que nos cuesta entenderlo.
Uno de los puntos críticos de esta temporada es la hidratación. El aumento de la temperatura y la mayor exposición al sol elevan las pérdidas de agua a través del sudor, por lo que beber líquidos debe ser una prioridad.
¡OJO! No hace falta esperar a tener sed: la hidratación debe ser constante. El agua siempre es la mejor opción, aunque hay que entender que cuando sudamos, perdemos sales minerales y, tomar solo agua, no nos ayuda a hidratarnos. Necesitamos bebidas con sales.
Otro aspecto importante es lo que hacemos en los días que no estamos de vacaciones. Es común tener semanas intercaladas de vacaciones y trabajo durante el verano, y esos días “normales” son clave para sostener ciertos hábitos: mantener horarios regulares de comidas, priorizar alimentos frescos y simples, y encontrar momentos para entrenar, aspecto fundamental en estos días.
¿Cuál es uno de los problemas? Muchas personas llegan a fin del verano con el deseo de “compensar” lo que no hicieron.
Aquí es fundamental evitar caer en dietas restrictivas o detox, algo que está completamente desbalanceado de lo que se quiere conseguir.
Si lo que quieres es mejorar la composición corporal, lo ideal es hacerlo con el acompañamiento de un profesional de la nutrición. No se trata solo de perder grasa, sino de aprender a comer mejor, de forma personalizada, individualizada y sostenible.
Recomendación final:
Disfruta del verano sin descuidar tus hábitos. Hidrátate bien, cuida tus hábitos en los días que no estés de vacaciones y, si quieres mejorar tu salud o tu composición corporal, busca el acompañamiento de un profesional de la nutrición.