El mejor hábito antiedad: una buena protección solar
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El sol es fuente de vida y de salud en nuestro planeta. Tiene muchos efectos positivos. Es imprescindible para nuestros biorritmos y ciclos vitales y para el metabolismo de la vitamina D, necesaria para la salud de nuestros huesos e importante para las defensas, el sistema nervioso, la piel y otros órganos. Además, las actividades al aire libre son beneficiosas para la salud física y fomentan la relación social y la comunicación. Pero el sol también tiene sus peligros. Una exposición excesiva, nos puede provocar irritaciones, quemaduras y alergias. También golpes de calor. A largo plazo nos pueden producir cáncer y envejecimiento de la piel y cataratas.
La radiación solar tiene más riesgo de producir cáncer de piel que el tabaco.
Las responsables de los efectos perjudiciales del son las radiaciones ultravioletas, las A (UVA) y sobre todo las B (UVB):
-Radiación ultravioleta A (UVA): supone casi el total de radiación. Aunque su energía es menor, penetran de forma más profunda, hasta la mitad de la dermis. Influye más en el envejecimiento, cambios en la pigmentación y desarrollo de cáncer de piel.
-Radiación ultravioleta B (UVB): Tiene mayor energía que los rayos UVA. Mayor responsabilidad en las quemaduras solares y el melanoma (un tipo de cáncer de piel).
Protegerse de los efectos perjudiciales del sol es un hábito saludable que hemos de inculcar en niños y adolescentes ya que son muy susceptibles a los efectos nocivos de la radiación solar. La mayor parte de la radiación solar acumulada en la vida se recibe antes de los 19 años. Las quemaduras solares a estas edades tienen alto riesgo de desarrollar cáncer de piel en la vida adulta, y provocan envejecimiento prematuro. Hasta un 75% de adolescentes de 13 a 17 años reconocen quemaduras solares en el último verano.
![[Img #102907]](https://cronicasdeunpueblo.es/upload/images/07_2025/9657_personas-riesgo-con-el-sol-11.jpg)
¿Cómo protegernos del sol?
La principal medida de prevención es minimizar la exposición solar directa y excesiva. ¿Cómo?:
•Evitar tomar el sol a las horas centrales del día (entre las 12 y las 17 horas).
•No exponer al sol a los menores de 6 meses. En los menores de 3 años, tomar todas las precauciones posibles.
•La protección física es básica. Usaremos sombrillas, sombreros, gafas de sol y ropa seca.
•Hay que tener en cuenta que aún debajo de una sombrilla, la arena, la nieve y el agua pueden reflejar los rayos ultravioletas.
La utilización de cremas de protección solar es una medida complementaria a la anterior. Los expertos recomiendan:
•Aplicar la crema de protección solar unos 20 minutos antes de estar al sol, administrando una cantidad abundante para cubrir las zonas expuestas de la piel.
•Volver a aplicar la crema protectora cada vez que nos mojamos, o si hacemos mucho ejercicio y hemos sudado, o cada 2 horas de exposición solar.
•El protector solar más adecuado dependerá, entre otros factores, de la edad, el tipo de piel, el tiempo de exposición al sol, la textura del producto y las necesidades de la persona.
•La crema solar ha de proteger frente a las radiaciones UVA y UVB para garantizar una mayor protección y ha de tener un Factor de Protección superior a 15.
Y recuerda que usar bien la crema no garantiza protección total, tenemos que seguir usando el resto de las medidas de protección (sombra, gorro, gafas) y evitar largas exposiciones.
SOL Y PROTECCIÓN SIEMPRE JUNTOS MEJOR
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El sol es fuente de vida y de salud en nuestro planeta. Tiene muchos efectos positivos. Es imprescindible para nuestros biorritmos y ciclos vitales y para el metabolismo de la vitamina D, necesaria para la salud de nuestros huesos e importante para las defensas, el sistema nervioso, la piel y otros órganos. Además, las actividades al aire libre son beneficiosas para la salud física y fomentan la relación social y la comunicación. Pero el sol también tiene sus peligros. Una exposición excesiva, nos puede provocar irritaciones, quemaduras y alergias. También golpes de calor. A largo plazo nos pueden producir cáncer y envejecimiento de la piel y cataratas.
La radiación solar tiene más riesgo de producir cáncer de piel que el tabaco.
Las responsables de los efectos perjudiciales del son las radiaciones ultravioletas, las A (UVA) y sobre todo las B (UVB):
-Radiación ultravioleta A (UVA): supone casi el total de radiación. Aunque su energía es menor, penetran de forma más profunda, hasta la mitad de la dermis. Influye más en el envejecimiento, cambios en la pigmentación y desarrollo de cáncer de piel.
-Radiación ultravioleta B (UVB): Tiene mayor energía que los rayos UVA. Mayor responsabilidad en las quemaduras solares y el melanoma (un tipo de cáncer de piel).
Protegerse de los efectos perjudiciales del sol es un hábito saludable que hemos de inculcar en niños y adolescentes ya que son muy susceptibles a los efectos nocivos de la radiación solar. La mayor parte de la radiación solar acumulada en la vida se recibe antes de los 19 años. Las quemaduras solares a estas edades tienen alto riesgo de desarrollar cáncer de piel en la vida adulta, y provocan envejecimiento prematuro. Hasta un 75% de adolescentes de 13 a 17 años reconocen quemaduras solares en el último verano.
¿Cómo protegernos del sol?
La principal medida de prevención es minimizar la exposición solar directa y excesiva. ¿Cómo?:
•Evitar tomar el sol a las horas centrales del día (entre las 12 y las 17 horas).
•No exponer al sol a los menores de 6 meses. En los menores de 3 años, tomar todas las precauciones posibles.
•La protección física es básica. Usaremos sombrillas, sombreros, gafas de sol y ropa seca.
•Hay que tener en cuenta que aún debajo de una sombrilla, la arena, la nieve y el agua pueden reflejar los rayos ultravioletas.
La utilización de cremas de protección solar es una medida complementaria a la anterior. Los expertos recomiendan:
•Aplicar la crema de protección solar unos 20 minutos antes de estar al sol, administrando una cantidad abundante para cubrir las zonas expuestas de la piel.
•Volver a aplicar la crema protectora cada vez que nos mojamos, o si hacemos mucho ejercicio y hemos sudado, o cada 2 horas de exposición solar.
•El protector solar más adecuado dependerá, entre otros factores, de la edad, el tipo de piel, el tiempo de exposición al sol, la textura del producto y las necesidades de la persona.
•La crema solar ha de proteger frente a las radiaciones UVA y UVB para garantizar una mayor protección y ha de tener un Factor de Protección superior a 15.
Y recuerda que usar bien la crema no garantiza protección total, tenemos que seguir usando el resto de las medidas de protección (sombra, gorro, gafas) y evitar largas exposiciones.
SOL Y PROTECCIÓN SIEMPRE JUNTOS MEJOR
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