Llevaba meses en la calle. Huía, no sé de qué; quizás frío, quizás lluvia. O quizás de aquel que lo abandonó o perdió o que no atinó con el tiro que le tenía guardado...
La incesante lluvia de este año tampoco ayudó, ni su miedo, pavoroso y extenuante, que hacía imposible su captura.
¿Qué pensaría cuando íbamos tras él? Corría, chillaba... Nada ayudaba. O sí...
Dicen que las alas de un ángel crea una brisa suave y acojedora y que el susurro de su voz tranquiliza hasta al más temeroso.
Porque poco a poco se fue acercando; también el hambre, también la sed... Poco a poco se dejó tocar y acariciar y, cuando el desvalido llegó a los brazos del ángel...
(Día 1)
(Día 2)
(Día 3)
...
Hoy el ángel terminó su misión y se despidió de su joven hechizado, entre lágrimas, devastado, pero regalándole el mejor de los presentes: Una FAMILIA.
Hoy el ángel llora, por él.
Porque ya no dormirá más a su lado, como las tres noches que duró el embrujo.
Porque no pasearán más juntos, sin correas, pero enlazados.
Porque hoy, Emilia, que lloras tristeza por él, verás que la mañana convierte tus lágrimas en dicha, amiga y te darás cuenta de la gran obra de arte y caridad que solo los ángeles, como tú, pueden crear.
Enhorabuena pequeño.
¡ADOPTADO!