La montijana Hilaria Piedehierro Trejo ha cumplido un siglo de vida y ha sido homenajeada en un acto al que han acudido algunos de sus familiares y, en representación del Ayuntamiento de Montijo, el alcalde, Javier Cienfuegos, y la concejala de Servicios Sociales, Sanidad e Igualdad, Eva de la Sal.

Hilaria ha sido agasajada con una tarta en la que destacaban con velas los 100 años que cumplía, así como un ramo de flores y el cariño de todos los presentes en este acto, que ha tenido lugar en la Residencia de Mayores Eugenia de Montijo.

Daniel Germán, quien administra la página “Extremeños Centenarios” ha querido compartir con la redacción de Crónicas de un Pueblo un resumen de su vida:

Nació en Montijo, un 5 de mayo de un lejano 1925, en el seno de una familia trabajadora en el número 56 de la calle López de Ayala, más conocida por los montijanos y montijanas por la calle “Papa” ya que antiguamente no estaba asfaltada y con el paso de los carros y el agua se formaba una “paparreta” así es tal y como la recuerda Hilaria.

Hilaria es hija de Blas Piedehierro de profesión labrador y de Petra Trejo ama de casa, estos tuvieron 5 hijos, Hilaria siendo la mayor, Fernanda, Blas, Antonia y Filomena. La longevidad le viene de genética, pues su hermana Fernanda vive, y es dos años más pequeña: cuenta con 98 años y vive en su casa de Bilbao.

Su infancia no fue fácil, le tocó vivir la Guerra Civil siendo ella una niña de unos 11 años, aunque la emoción de hoy no pudo dejarla pensar, dice de su niñez que la recuerda con una ligera sonrisa.

Nunca se casó, aunque recuerda que de joven tuvo un novio por poco tiempo, era una mujer valiente, independiente y trabajadora.

Desde niña se dedicó a la costura. Nos lo cuenta con emoción, le gusta recordarlo. Siempre cosió a las familias más pudientes de Montijo. Cosía muy bien y nunca dejó esta labor hasta bien mayor.

Su salud ha sido siempre magnifica, ya que nunca ha requerido de ninguna pastilla, ni tan siquiera se ha operado de nada, cognitivamente sí que le falla un poco ya que le cuesta seguir una conversación aunque se acuerde de todo, suele estar dormida.

Tiene muchos sobrinos, sobrinos nietos y sobrinos bisnietos que la quieren, la visitan y la cuidan con mucho cariño ya que siempre ha sido como una abuela más para todos ellos. Una de sus sobrinas recuerda que nunca le gustó celebrar su cumpleaños, ni recordar su edad, pero hoy hizo la excepción de poder celebrarlo junto a todos con la presencia, por parte del Ayuntamiento de Montijo, de su alcalde Javier Cienfuegos ,que le hizo entrega de una dedicatoria y un precioso ramo de flores de parte de todo el pueblo de Montijo, que hoy la felicita en su 100 cumpleaños.