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Valentín González
Martes, 11 de Marzo de 2025 Actualizada Martes, 11 de Marzo de 2025 a las 14:13:38 horas

Volver a Entrenar: Recuperando la Confianza


Regresar a entrenar después de un tiempo de inactividad puede ser un reto. Surgen miedos, inseguridades y la duda sobre si aún tenemos la capacidad de rendir como antes. Pero más allá del temor, está la posibilidad de reencontrarnos con un espacio que una vez nos hizo felices y que puede volver a ser nuestro refugio.
Muchas personas se alejan del deporte por diversas razones: falta de tiempo, lesiones, compromisos laborales o simplemente porque la motivación se ha desvanecido. Sin embargo, el deseo de volver siempre está latente. La clave está en dar ese primer paso y recordar que el lugar donde entrenaste antes sigue ahí, esperándote.
El regreso no solo implica recuperar la forma física, sino también fortalecer la confianza. Volver a un espacio familiar ayuda a reducir la ansiedad del inicio. Conoces el ambiente, los entrenadores, las dinámicas y, probablemente, a varias personas que te acompañaron en el pasado. Esto hace que el proceso sea más llevadero y acogedor.
Los miedos son naturales: temor a no rendir igual, vergüenza por haber cambiado físicamente o la idea de ser juzgado. Pero la verdad es que la mayoría de las personas están demasiado concentradas en sus propios entrenamientos para criticar a los demás. Además, cualquiera que haya pasado por una pausa comprende lo difícil que es regresar y, en muchos casos, admira a quien lo intenta.
Dejar atrás los complejos es fundamental. No importa si subiste de peso, perdiste resistencia o te sientes fuera de ritmo. Lo importante es que estás ahí, retomando un hábito que una vez te hizo bien. El progreso llegará con el tiempo, siempre y cuando seas constante y paciente contigo mismo.
El cuerpo tiene memoria, y con disciplina recuperarás la fuerza y la destreza. Pero más allá de lo físico, volver a entrenar en un lugar que una vez fue especial te permitirá reconectar con emociones positivas. Te recordarás a ti mismo que fuiste feliz ahí y que puedes volver a serlo.
Si dudas, piensa en lo bien que te sentías al terminar cada sesión, en la satisfacción de los avances y en la energía que te brindaba el entrenamiento. Todo eso sigue esperándote, solo debes atreverte a dar el primer paso.
Regresar a entrenar no es solo un acto físico, sino también emocional. Es una oportunidad para demostrarte que puedes superar cualquier obstáculo y reencontrarte con una parte de ti que nunca desapareció.
No tengas miedo ni vergüenza en volver a entrenar a aquel lugar donde te sentiste feliz y seguro.
No hay nada como volver a casa a hacer aquello que te gusta y te sienta bien.

 

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