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Lucas Navareño
Martes, 11 de Marzo de 2025 Actualizada Martes, 11 de Marzo de 2025 a las 14:12:02 horas

La memoria histórica urbana

De vez en cuando nos recuerdan a los que tenemos más carretera recorrida que por recorrer la memoria histórica que no debemos olvidar, y a mí me viene al pensamiento mi propia memoria histórica personal de lo que han ido haciendo nuestras administraciones en las ciudades en las que vivimos y la evolución que se ha llevado a cabo a lo largo de los años.
Nuestras urbes y pueblos al igual que un organismo vivo, requieren planificación, inversión y, sobre todo, mantenimiento. Las dos primeras se hacen, pero la mayor parte olvidan el último paso y convierten un proyecto ambicioso, en estructuras en las que se invirtió mucho dinero y que posteriormente se han abandonado. Por dar un ejemplo real, pasear por Mérida y salir del centro hacia la periferia (a veces ni es necesario), nos permite ver actuaciones en las que se utilizó dinero público (que es de todos los contribuyentes, no lo olvidemos) y que se encuentran sin mantenimiento. Calles con las losetas levantadas, alcorques descuidados, parques llenos de maleza y vandalizados, infraestructura deportiva sin funcionalidad alguna son ejemplos que a poco que nos fijemos vamos a ir encontrando en nuestra ciudad.
Y es que el problema no radica en la ejecución de los proyectos. Ya saben, falta dinero… subida de impuestos. El problema es no contemplar la importancia de la conservación de lo que hemos construido a largo plazo. Corte de cinta, bombo y platillo, foto y titulares ¿y el mantenimiento?, ese no es noticia, vamos a por la siguiente actuación que es la que sirve... y al final, el tiempo y la falta de inversión se encargan del resto. Evidentemente, la planificación de una ciudad o un pueblo debe superar el corto plazo e incluir obligatoriamente su apartado fijo de mantenimiento. Esto requiere voluntad política y un cambio en la estrategia de las administraciones para poner la luz de carretera en lugar de la de cruce.  
Y todo esto será así mientras que nuestros políticos sigan planificando con la idea del que se tatúa el nombre de su pareja en la primera cita… Hasta que eso cambie, seguiremos viviendo en ciudades llenas de ruinas prematuras y sinceramente las únicas ruinas que visten y dan valor a Mérida son las romanas y no las que tenemos en nuestra periferia en las que muchas obras de infraestructura caducan antes que un yogur en oferta.
A veces me da pena cuando viajas y ves ciudades perfectamente planificadas y en las que da gusto pasear porque pienso en las posibilidades y el potencial de una ciudad como Mérida que dominó una buena parte de nuestra península y que en cuanto paseas su periferia la ves completamente abandonada. Prueben y ya ven si llevo razón. lucas.miura@gmail.com

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