Domingo, 19 de Octubre de 2025

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Teodoro Gracia
Jueves, 09 de Enero de 2025 Actualizada Jueves, 09 de Enero de 2025 a las 11:45:17 horas

Manipulación a la carta

Los seres humanos somos, supuestamente, los que tenemos más facultades intelectuales, hasta ahí de acuerdo, sin embargo, somos los más débiles cuando un manipulador entra en nuestras vidas. No solemos darnos cuenta, que con bulos y mentiras, nos manipulan con el objetivo de obtener su propio beneficio.  Son personas que te venden una mentira embellecida de verdad y lo peor no es que nos la vendan, lo peor y más dramático y absurdo del caso es que se la compramos sin asegurarnos la veracidad de lo que nos hacen tragar y mira que hay cosas, como se suele decir, que se caen por su propio peso.
Es muy triste comprobar cómo en la sociedad actual está volviendo el germen de la manipulación sobre el ser humano, perdiéndose todo lo que se ha conseguido con tantos años de lucha defendiendo derechos.  Ahora, estamos apartando a un lado los valores humanos, la falta de compromiso y la responsabilidad, aceptando de la manera más sumisa todo lo que nos quieres vender o imponer.
Como a marionetas, nos están moviendo los hilos desde los lugares más insospechados. Saben inculcarnos, lentamente,  una serie de ideas que nos venden como verdades indiscutibles pero que en realidad llevan un trasfondo de interesadas mentiras. Nos venden que podemos ser seres perfectos pero en realidad nos están convirtiendo en “perfectos borregos”.  El economista estadounidense John Kanneth Galbraith lo resumía en una de sus frases perfectamente: “Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula”.  Desde luego, la frase no tiene desperdicios.
Nos encontramos en un momento difícil y por desgracia, muy susceptible para ser manipulado, programado y controlado y todo ello es porque la dignidad y el sentido de lucha se desmoronan. Contractar todo lo que nos llega está en desuso.
Como os decía, nos estamos convirtiendo en marionetas sin apenas darnos cuenta, sin ser consciente de ello, porque cuando se nos está manipulando, cuando mueven nuestros hilos, no percibimos el ataque. Los que nos manipulan son listos y lo hacen a través de los estímulos que necesitamos oír. Sorprende ver como muchísimas personas aceptan y justifican sumisamente las injusticias porque algún iluminado les ha lavado el cerebro y le ha vendido que es lo mejor que podemos hacer para que toda la situación mejore, lo que nunca te dicen es que mejora ¡y mucho! para el manipulador. El manipulado es eso, un ser utilizado que va aceptando una sociedad cada vez más obediente y pasiva. Una sociedad repleta de personas sumisas que pierden uno de los derechos más hermoso que se puede poseer: la libertad de vivir, sentir y pensar.

 

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