Curro
No deja de sorprenderme la lealtad y fidelidad de algunos animales con sus dueños, especialmente con aquellos que los cuidan y educan para que puedan convivir en armonía. Salvo un espacio de mi vida que por circunstancias no pude disfrutar de su compañía, siempre me han hecho muy feliz, fundamentalmente los perros que, por cuestiones de aprendizaje, son los más fáciles de educar para poder estar cerca de sus dueños sin liarla.
Según pasan los años veo que me ha ido cambiando el trato con los animales que me acompañan. Y es que hay que ser justos, nuestras mascotas nos ofrecen mucho más de lo que nosotros les damos. Compañía siempre que la necesitamos mientras que, en nuestro caso, las ocupaciones nos obligan en numerosas ocasiones a dejarlos solos en casa, y ellos ni un reproche, en cuanto abres la puerta y te ven te saludan cómo si no hubiera un mañana. Ofrecen lealtad y cariño sin pedir nada a cambio, como mucho, unas palabras de cariño. Son fieles y si se les educa no dan ruido (bueno, el mío a veces se equivoca de ladrido). Recibimos todo de ellos y a cambio no nos piden nada, puesto que nada es darle la comida, cobijo y atención.
Mi hija nos estuvo pidiendo un perro durante toda su infancia y adolescencia. No pudo ser por cuestiones de espacio. Es así de fácil, tener un perro obliga a tenerlo en condiciones y nosotros en esos momentos no podíamos.
Ahora que han cambiado las condiciones decidimos tener un teckel, un “chuchicha” cómo le llamamos y que nos da muestras a diario de lo bueno que es. Acaba de cumplir un año y todavía le queda mucho por aprender, y también nosotro, ya que día tras día sorprende con alguna novedad. La salud y el bienestar de nuestros animales es una cuestión que depende en gran medida de sus dueños ya que somos responsables de su bienestar. Se acercan fechas en las que muchos de los “regalos” que se van a hacer son animales y la palma se la llevan los perros. Es fácil conseguirlos bien se acceda a ellos pagando, o bien por regalo, pero hay que calibrar la responsabilidad que tenemos con nuestros animales de compañía y si no vamos a poder responsabilizarnos de su cuidado, mejor que lo dejemos.
Me siento muy feliz por la llegada de Curro (así se llama nuestro perro), pero me veo obligado a quitarme momentos que podría dedicar a mi apartado personal para su cuidado. Es la mejor y única forma de que pueda vivir con nosotros. Y para ello se tienen que dividir las tareas de su cuidado entre todos los habitantes de la casa.
Ahora llegan fechas muy señaladas para que nuestras mascotas lleguen, pero es importante valorar si vamos a saber responder a las necesidades que asumimos y si no podemos con ella, mejor una mascota de juguete… Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo. lucas.miura@gmail.com
No deja de sorprenderme la lealtad y fidelidad de algunos animales con sus dueños, especialmente con aquellos que los cuidan y educan para que puedan convivir en armonía. Salvo un espacio de mi vida que por circunstancias no pude disfrutar de su compañía, siempre me han hecho muy feliz, fundamentalmente los perros que, por cuestiones de aprendizaje, son los más fáciles de educar para poder estar cerca de sus dueños sin liarla.
Según pasan los años veo que me ha ido cambiando el trato con los animales que me acompañan. Y es que hay que ser justos, nuestras mascotas nos ofrecen mucho más de lo que nosotros les damos. Compañía siempre que la necesitamos mientras que, en nuestro caso, las ocupaciones nos obligan en numerosas ocasiones a dejarlos solos en casa, y ellos ni un reproche, en cuanto abres la puerta y te ven te saludan cómo si no hubiera un mañana. Ofrecen lealtad y cariño sin pedir nada a cambio, como mucho, unas palabras de cariño. Son fieles y si se les educa no dan ruido (bueno, el mío a veces se equivoca de ladrido). Recibimos todo de ellos y a cambio no nos piden nada, puesto que nada es darle la comida, cobijo y atención.
Mi hija nos estuvo pidiendo un perro durante toda su infancia y adolescencia. No pudo ser por cuestiones de espacio. Es así de fácil, tener un perro obliga a tenerlo en condiciones y nosotros en esos momentos no podíamos.
Ahora que han cambiado las condiciones decidimos tener un teckel, un “chuchicha” cómo le llamamos y que nos da muestras a diario de lo bueno que es. Acaba de cumplir un año y todavía le queda mucho por aprender, y también nosotro, ya que día tras día sorprende con alguna novedad. La salud y el bienestar de nuestros animales es una cuestión que depende en gran medida de sus dueños ya que somos responsables de su bienestar. Se acercan fechas en las que muchos de los “regalos” que se van a hacer son animales y la palma se la llevan los perros. Es fácil conseguirlos bien se acceda a ellos pagando, o bien por regalo, pero hay que calibrar la responsabilidad que tenemos con nuestros animales de compañía y si no vamos a poder responsabilizarnos de su cuidado, mejor que lo dejemos.
Me siento muy feliz por la llegada de Curro (así se llama nuestro perro), pero me veo obligado a quitarme momentos que podría dedicar a mi apartado personal para su cuidado. Es la mejor y única forma de que pueda vivir con nosotros. Y para ello se tienen que dividir las tareas de su cuidado entre todos los habitantes de la casa.
Ahora llegan fechas muy señaladas para que nuestras mascotas lleguen, pero es importante valorar si vamos a saber responder a las necesidades que asumimos y si no podemos con ella, mejor una mascota de juguete… Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo. lucas.miura@gmail.com