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Manuel García Cienfuegos
Jueves, 05 de Diciembre de 2024 Actualizada Jueves, 05 de Diciembre de 2024 a las 19:02:54 horas

Lauda sepulcral en Guadalupe

El convento de San Isidro de Loriana fue fundado, a mediados del siglo XVI, por fray Alonso del Manzanete, natural de La Roca de la Sierra, levantado sobre una ermita antigua bajo la advocación de San Isidro. Apoyó su construcción don Juan Velázquez y Dávila, señor de Loriana. En sus cercanías hay dólmenes, restos romanos, presas, viejos molinos, tapiales de huertas y un hermoso bosque de encinas y alcornoques bañados por la rivera del Lorianilla. No puede ni debe obviarse la vinculación que San Pedro de Alcántara tuvo con la casa de Loriana, en la que hicieron vida común los hijos del santo de Asís. El convento fue enclave de relevancia, pues en él se celebraron dos definitorios provinciales, siendo elegido comisario provincial el santo alcantarino. El cenobio acogió el 8/X/1559 la Congregación de la Custodia de San José, en la que se dio el programa de gobierno del franciscano extremeño y sus poderes como Comisario General. También comunicó las impresiones recogidas en su visita de Roma y escuchó las sugerencias de los capitulares.

San Pedro de Alcántara fue amigo y consejero de Santa Teresa de Jesús, pues le alentó en la fundación de conventos, escribió prudentísimos avisos y consejos y defendió a la reformadora carmelita ante los superiores eclesiásticos. El santo alcantarino gozó de amistad y ayuda del señor de Loriana y Don Llorente, don Juan Velázquez Dávila, hijo de don Francisco Dávila y doña Isabel Messia de Ovando. Casó con doña Teresa Bracamonte y Moxica. Tuvo tres hijos, María, Diego y Francisco. El señor de Loriana asistió a una de las visitas que las hermanas del emperador Carlos V, doña Leonor y doña María, hicieron en Badajoz a doña María de Portugal, entre Navidad de 1557 y el 7/II/1558. Con este motivo hizo amistad con varias personalidades, a las que solicitó remedio ante las adversidades de los religiosos y fundar, en 1559, la Custodia de San José. Fue saludable y cercana la amistad entre el señor de Loriana, sobre todo en los últimos años del santo alcantarino, ya que le ayudó a construir el convento de El Palancar.

Juan Velázquez Dávila formó parte del llamado ‘Cenáculo de Ávila’, que fue asistido espiritualmente por el santo alcantarino, en el que figuraron Gaspar Daza, Mari Díaz, Francisco Salcedo, Guiomar de Ulloa y Luisa de la Cerda, entre otros. En sus visitas, se encontraba con Teresa de Jesús, fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas. Santa Teresa dijo de él que era “ilustre amparo de los buenos, en cuya casa los siervos de Dios hallaban espaldas y cabida”. En el Capítulo Provincial del 2/II/1561 se dispusieron rogativas especiales por el señor de Loriana, al ser “principal patrón de la Provincia de San José”. Don Juan Velázquez, en 1565, abandonó el mundo y sus títulos nobiliarios, retirándose al monasterio de las Villuercas, donde murió, así se testifica en una lauda sepulcral que está en el claustro mudéjar de la Real Casa de Guadalupe.

La lauda dice “Aquí iaze Juan Velázquez Dávila, señor de Loriana y Don Llorente, el qual dexando su casa a don Diego Messía de Ovando, su hijo, se recogió en ésta de Ntra. Sra. donde perseverando en su santo propósito falleció a 5 de diziembre de 1572 años y 71 de su edad”. Su labra heráldica está formado por un escudo partido: primero, cruz flordelisada, acompañada en sus cantones de cuatro conchas de peregrino; segundo, tres fajas. En escusón, partido también, primero, trece roelas puesto tres, tres, tres, tres y una; y en el segundo cartel, un castillo surmontado de un águila y bordado de ocho cruces de San Andrés. Puebla de Obando fue señorío de la Marquesa de Loriana, pues Felipe IV vendió el 16/VII/1629 a Francisco Dávila y Guzmán el lugar del Zángano por el precio de 1.207.400 maravedís.

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