Miércoles, 22 de Octubre de 2025

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Ana María Moreno Vaquera | 911
Viernes, 15 de Noviembre de 2024 Actualizada Viernes, 15 de Noviembre de 2024 a las 18:03:22 horas

Gertrudis Calero Blanco, Directora Residencia Alzhéimer El Valle

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Gertrudis estudia en la Universidad de Extremadura Ciencias de la Salud. Desde siempre tuvo claro que quería dedicarse a temas de salud y por eso hizo esta carrera universitaria. Primero, y durante poco tiempo, trabajó en Atención Primaria de la Salud, Atención especializada, Drogodependencia y Epidemiología. En torno al año 2007 dedica su tiempo al cuidado de las personas mayores dentro de las instituciones. Ejerció de enfermera especialista en Geriatría, solo unos meses, antes de ocuparse de la gestión del centro como directora.

 

¿Dónde estudia?

En la Universidad de Extremadura.

 

¿Por qué eligió esta carrera?

Soy enfermera especialista en Geriatría. Cuando elegí esta carrera lo único que tenía claro es que quería inclinarme por las Ciencias de la Salud. Ahora puedo decir que me gusta esta profesión porque permite mi crecimiento como persona, me da satisfacción personal, me permite ayudar a los demás y porque tenemos una formación especializada que nos obliga a buscar nuevas y mejores formas de dispensar cuidados óptimos para cada persona.

 

¿Sus primeros trabajos?

Los primeros años de mi vida laboral se repartieron entre la Atención Primaria de Salud, Atención especializada, Drogodependencia y Epidemiología.

El contacto con la geriatría hizo que me vinculase a ella y, en estos momentos, ya son diecisiete años los que llevo dedicado al cuidado de las personas mayores institucionalizadas, unos meses como enfermera asistencial y el resto ocupando cargos de gestión como directora de dos centros residenciales.

 

¿Cuál es su labor en el Centro?

Garantizar que se proporcione a las personas que viven en el Centro Residencial el Valle una vida digna, significativa, de calidad y feliz, siendo éstas las protagonistas de sus propias vidas.

Por otro lado, el acompañamiento a las familias durante todo el proceso, ofreciéndoles un proceso de acogimiento en el que asuman y sientan que tienen también un papel que desempeñar y que reciben el reconocimiento del equipo profesional de la residencia.

 

¿Cómo calificaría la experiencia laboral?

Muy enriquecedora, engloba sensación de gratificación personal y de sentido para la vida. Cuidar de los demás es un deber moral básico que mejora la vida de todos.

 

¿Se requiere una programación terapéutica específica para estos usuarios?

La atención integral centrada en la persona es nuclear en la atención a la persona con demencia. Este modelo desafía el tradicional modelo médico centrado en el profesional o en la enfermedad y en la forma clásica de organizar los cuidados.

 No es posible cuidar bien a las personas si no se las escucha y observa, si no se las reconoce. Tampoco es posible realizar un buen cuidado si no se disponen los recursos de manera adecuada para que la persona pueda percibir que se mantiene en un entorno que respeta su identidad y en el que se sienta incluida.

Un modelo de cuidados realizado desde la atención integral y centrada en la persona produce una mejora de la calidad de vida laboral de las y los profesionales. Pueden hacer mejor su trabajo, se sienten menos estresados, adecúan mejor las tareas a realizar y los tiempos a las necesidades individuales de cada persona y, sobre todo, disminuye su estrés emocional y de conciencia al encontrar el verdadero sentido de su labor.

 

¿De qué forma intervenís?

Basándonos en lo anterior, los aspectos principales en los que se basan nuestras intervenciones son:

  1. Todas las personas necesitan contacto social a lo largo de la vida y esto incluye también las personas con demencia.
  2. La actividad y el ejercicio físico son necesarios para todas las personas y durante todo el ciclo vital. La falta de ejercicio, el sedentarismo, la inmovilidad, son la causa de muchas enfermedades y patologías.
  3. Realizamos entrenamiento cognitivo cotidiano guiado por los profesionales, incluidas actividades creativas.
  4. Realizamos estimulación sensorial: auditiva, visual, táctil, a través del gusto y olfato y propioceptiva.
  5. Apoyamos a las personas para que sigan realizando las actividades de la vida diaria de manera autónoma y damos solo los apoyos precisos que las personas puedan necesitar sin sobreproteger.
  6. El apoyo emocional orientado desde la historia de la vida y les apoyamos desde sus preferencias y deseos, reforzando sus capacidades preservadas y sus fortalezas.
  7. Realizamos las modificaciones adecuadas para crear entornos que se vayan adaptando a las personas con demencia según sus necesidades cambiantes.

 

¿Por qué es necesario dar importancia a la programación socio-cultural?

La Animación Sociocultural dirigida a personas con demencia busca mejorar su autoestima, favoreciendo al máximo la autonomía; creando contextos que enriquezcan su día a día y faciliten su participación en la sociedad.
Para ello, es esencial tener en cuenta su historia de vida, sus conocimientos y experiencias. De este modo podremos planificar actividades que conecten con sus necesidades e intereses, y contribuyan a su desarrollo personal y social

 

En este centro le dedican a la familia una atención especial ¿Es fundamental?

La familia es nuestra aliada y es un elemento esencial para garantizar la calidad de vida de la persona con demencia. Cuando una persona ingresa en un centro residencial no deja de ser miembro de su familia y tampoco olvida o deja atrás su vida anterior.

La integración de las familias en la atención y el cuidado de las personas mayores institucionalizadas es especialmente importante cuando éstas presentan deterioro cognitivo, ya que los familiares pueden facilitar a la persona un contexto de cercanía e intimidad que facilite su orientación e identidad, y proporcionan información básica para que los profesionales puedan tener en cuenta la historia personal y biografía (preferencias, valores, etc.) de su familiar, información esencial a la hora de elaborar el plan individualizado de cuidado y diseñar las intervenciones.

Implicar a la familia en el cuidado se asocia con un mayor bienestar físico y psicológico de las personas que viven en el Centro y con beneficios para los propios familiares, muchos de los cuales se sienten altamente satisfechos al ver que pueden seguir cuidando y ayudando a sus familiares.

 

¿Protocolo de visitas?

Los familiares y allegados pueden visitar a sus seres queridos diariamente.

 

¿Hay que tener una sensibilidad especial para tratar con los enfermos?

Para cuidar o acompañar a una persona con demencia no hay que centrarse únicamente en el daño neurológico o en su estado de salud; es importante tener en cuenta su personalidad, su entorno, su historia de vida, sus gustos, sus preferencias, su dignidad y sus necesidades. Es importante que el personal conozca la historia de vida de la persona a la que está atendiendo, sus preferencias y prioridades, sus valores, su plan de vida y pueda así ofrecer un tipo de cuidados indivi­dualizado y multidimensional que cubra todas sus necesidades biopsicosociales.

Es necesaria una buena praxis profesional que considere en todo momento la dignidad y el proyecto vital de las personas a las que atendemos.

Este centro es el hogar de las personas que viven en él y por tanto es necesario focalizarse en las necesidades y derechos que pre­sentan estas personas. La formación de los profesionales es fundamental sobre todo en temas emocionales, conductuales y competencias comunicativas. El acercamiento empático de los profesionales mejora la calidad de vida de las personas con demencia.

 

Centro Residencial

Características

El centro Residencial el Valle es un centro monográfico destinado al cuidado y acompañamiento de personas diagnosticadas de demencia degenerativa.

Ofrece dos tipos de recursos Residencia y Servicio de Atención Diurna.

 

¿Cuándo fue creado?

Fue creado en el año 2007

 

Capacidad usuarios

La residencia tiene capacidad de 88 plazas y el Servicio de Atención diurna de 20.

 

Plantilla

Tiene una plantilla de 126 trabajadores.

 

Requisitos para entrar

Tener reconocido el grado II o III de dependencia y tener diagnosticado una demencia degenerativa en estadio GDS / FAST mayor o igual a 4.

 

¿Dependencias idóneas o hay que ampliar o modernizar?

La demencia afecta a diversas áreas y el diseño de edificios y entornos debe apoyar a las personas para que puedan seguir siendo autónomas el mayor tiempo posible a pesar de la demencia.

Por ejemplo, se ve afectada la memoria inmediata o me­moria a corto plazo (dificultad para recordar aconteci­mientos que han ocurrido recientemente), y por ello es ne­cesario crear entornos similares al del hogar, familiares. Si es posible, con objetos traídos del hogar de origen de cada persona: unos cuadros, un sillón orejero, un perchero…

Las personas con demencia también pierden habilidades visoespaciales (como la capacidad para calcular las dis­tancias en unas escaleras, y ver los objetos en tres dimensio­nes, que las sombras de los objetos producidas por la luz se perciban como agujeros en el suelo, o que la variación de color entre dos losetas del suelo se perciban como un esca­lón), por lo que es necesario tener esto en cuenta a la hora de decidir los materiales a utilizar, primando la necesidad de confort sobre el diseño innovador, por ejemplo.

Por todo esto es necesario ir realizando continuamente las modificaciones adecuadas para crear entornos que se vayan adaptando a las personas con demencia según sus necesidades cambiantes.

 

¿Hay mucha demanda? ¿Se necesitaría centros de nueva apertura?

Si, hay mucha demanda. Con el incremento de la longevidad que estamos experimentando en las sociedades modernas, la demencia representa cada vez más un reto para la salud pública y los sistemas de salud en todo el mundo. A nivel mundial, unos 50 millones de personas de personas padecen demencia, y cada año se producen casi 10 de millones de casos nuevos.

Si somos capaces de dar una buena atención y tratamiento a las personas con demencia y a sus cuidadores esto permitirá a las personas con demencia vivir como miembros incluidos en la sociedad hasta el final de los días.

Para ello, hay tres cosas que deben cambiar:

  • La educación-información-formación en torno a la demencia, no sólo para la sociedad en general, sino en particular, para los equipos profesionales sociosanitarios y las personas cuidadoras familiares.
  • El estigma, que impide que las personas reciban un diagnóstico y una intervención temprana y que dificulta que las personas con demencia sean incluidas realmente en la vida comunitaria.
  • La inversión en investigación, porque aún es muy baja en comparación con otras enfermedades, y es esa inversión la que dará lugar a una mejor prevención y a opciones de tratamiento farmacológicos y no farmacológicos.

 

¿Cuentan con personal sanitario en plantilla?

Si, tenemos 2 médicos especialistas en geriatría, 1 psicóloga,1 fisioterapeuta a jornada completa y otro a media jornada, 2 terapeutas ocupacionales, 11 enfermeras y 58 auxiliares de enfermería.

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Centro libre de sujeciones

 

¿En qué consiste?

Un “Centro Libre de Sujeciones” es un centro en el que no se utiliza ningún tipo de sujeción física, entendiendo como sujeción física: la limitación de la libertad de movimientos de una persona, o su actividad física, o el normal acceso a cualquier parte de su cuerpo, con cualquier método físico externo aplicado sobre ella, o adyacente a ella, del que no puede liberarse con facilidad.

Esto se traduce en claros beneficios para las personas objeto de atención, es bien sabido que evitar las sujeciones es evitar sus consecuencias, que son notorias cuando la persona tiene algo que perder. Son pérdidas de todo tipo tales como la pérdida, de función cognitiva, de funcionamiento físico, pérdida de la continencia, pérdida de la integridad de la piel, pérdida de apetito (riesgo de desnutrición), etc., e incluso muerte súbita y muerte por estrangulación, sin olvidar el sufrimiento psicológico que pueden producir, y que atentaría contra la dignidad humana.

Si a esos beneficios le añadimos que no se producen más daños o lesiones en las personas mayores por no usarlas y que no es necesario ningún incremento en la plantilla, la verdad es que la invitación a hacer las cosas así es contundente.

 La clave es hacer un buen diagnóstico de partida, diseñar una estrategia a la medida y en posicionarse en una tolerancia cero, yendo a por todas desde el principio.

La propuesta no es solo eliminar sujeciones, sino que además exista una estrategia efectiva para no aplicar sujeciones nuevas, y así lograr un escenario libre de sujeciones consistente.

Los cambios se han centrado en dos líneas estratégicas fundamentalmente. Por un lado, en una línea de mejora continua de la seguridad física pasiva, con medidas organizativas de las tareas de atención directa, trabajo interdisciplinar, creación de zonas de alta seguridad, áreas de especial vigilancia,
medidas ambientales para las zonas de mayor incidencia en caídas, circuitos de seguridad, iluminación, ayudas técnicas, adecuación de mobiliario, sensores de movimiento, etc. Y por otro lado, la línea de prevención y manejo de los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia, un trabajo que ha mejorado la comprensión de la génesis de los mismos por parte de los trabajadores del centro, además de mejorar las medidas para prevenirlos y evitar su escalada. También han mejorado las medidas no farmacológicas basadas en la empatía de los profesionales con las personas con demencia, las medidas ambientales centradas en la habilitación de espacios de estímulos controlados, espacios de deambulación segura, espacios para promover actividades espontáneas, también medidas organizativas centradas en las tareas de cuidados y cobertura de necesidades de las personas con demencia y la creación de unidades diferenciadas para los residentes en las distintas etapas.

Se pone en marcha en 2018.

 

Aceptación del paciente

 Las personas con demencia, que no pueden decir lo que piensan, son quienes más frecuentemente son sometidas a sujeciones, si bien en ellos también es fácil observar si las aceptan o rechazan y, en general, se trata de medidas no aceptadas, se enfrentan en muchos casos a una pérdida de la razón de ser.

A corto plazo, lo que más puede beneficiar a las personas con demencia, más que tratar su enfermedad, es no hacerles daño, no añadir problemas a los que ya tiene.

 Cuando retiramos una sujeción se puede devolver la libertad a una persona, pero tras un uso prolongado de una sujeción, en una persona con demencia, puede que no se le pueda devolver la salud y las funciones perdidas.

 

Aceptación familiar

Los familiares apoyan este cambio en el centro y, recibieron con entusiasmo la acreditación. Nosotros hemos hecho con los familiares un pacto de seguridad, en el que el centro les ofrece una seguridad razonable sin usar sujeciones, consiguiendo un mayor grado de bienestar y de autonomía física, mental y psicosocial de los residentes.

En general, mejora de la satisfacción de las familias. Estas reaccionan mejor ante las caídas, cambian su forma de pensar, perciben las caídas como un “riesgo controlado” que están dispuestos a correr a cambio de la calidad de vida, porque saben que, si se producen, será en un contexto no negligente, sino en un ambiente seguro con garantías de cuidado.  

 

¿Aceptación del personal sanitario?

La intervención y formación inicial (Programa Desatar de CEOMA) no fue bien aceptada por algunos de los profesionales, consideraban a las sujeciones como medidas, muchas veces recomendables e inevitables, si se quería garantizar la seguridad de las personas con demencia. A medida que se iban eliminando las sujeciones los profesionales veían como se desarrollaban más profesionalmente, adquiriendo competencias que nos ayudaban a sentirnos más capacitados ante estas situaciones y que contribuían a disminuir el estrés y la carga que producen los síntomas conductuales que presentan las personas con demencias, ya que la comprensión de estos síntomas, mejoraban el sentimiento de autoeficacia de los profesionales de atención directa.

En general, los profesionales terminan adquiriendo mayor motivación y mayor satisfacción. Existen estudios que demuestran una mejora en los resultados del Inventario de Burnout de Maslach por parte de quienes trabajan en centros libres de sujeciones y, por otro lado, las y los trabajadores refieren “sentirse” más satisfechos porque perciben que su trabajo tiene más sentido. 

 

¿Cómo llegan a la conclusión de tener la necesidad de adoptar esta medida?

Fundamentalmente por ser una cuestión de principios, una cuestión de respeto mínimo obligado para con la persona y porque pasar ese límite nos empobrece en valores y nos lleva también a un empobrecimiento profesional.

La sujeción en si misma puede ser definida como un acto de violencia con la persona objeto de ella. El uso de sujeciones se opone a los principales objetivos de los cuidados

prolongados, es decir, lograr el máximo grado de independencia física y mental

o capacidad funcional, y la mejor calidad de vida posible. La persona sometida

a sujeción física se enfrenta a una pérdida de autonomía, dignidad y

autoestima. No existe ninguna evidencia científica a favor del uso de sujeciones para manejar el riesgo de caídas o problemas de conducta en las personas con demencia.

Sí existen suficientes evidencias científicas de que son medidas poco recomendables, dados sus efectos, el aumento del riesgo de caídas y el empeoramiento de los problemas de conducta.

Velar por los derechos de las personas que viven en el Centro fue la razón fundamental. Es un deber moral, también, aceptar cierto grado de riesgo como parte esencial de un buen cuidado, recuperando así esa cuota de tolerancia a la incertidumbre necesaria para ejercer la asistencia sin caer en excesos.

 

¿Qué ventajas o inconvenientes presenta?

En los Centros Libres de Sujeciones TODOS GANAN. Ganan los residentes, los profesionales, mejora la organización general y los centros se hacen más seguros.  

Va más allá de los beneficios para la persona mayor que no será sometida a una sujeción, y por tanto no sufrirá pérdidas físicas, mentales, y de autoestima y de calidad de vida. El uso de sujeciones no sólo tiene efectos negativos para la persona objeto de ellas, sino también para los profesionales, que ven empobrecido su desarrollo profesional, de conocimientos y experiencia, a causa de que las sujeciones no dejan trabajar en otras líneas posibles, inhibiendo la creatividad necesaria para manejar los retos que plantean las personas con demencia. 

Los centros que utilizan rutinariamente sujeciones son centros donde no hay medidas ambientales u organizativas eficaces para prevenir las caídas o los problemas de conducta graves y sus profesionales carecen de formación en temas emocionales y conductuales y en competencias comuni­cativas en demencias (personas objeto de uso de las sujeciones para evitar caídas y conductas graves).

En los centros libres de sujeciones los profesionales son más capaces de tomar decisiones favorables para la persona mayor sin miedo y sin necesidad de “curarse en salud”, sino más compartidas con los interesados directos lo que convierten a estos Centros en lugares con una menor incidencia de síntomas conductuales de las demencias. En general, los profesionales tienen mayor motivación y mayor satisfacción. 

Para la organización en general, desatar es un motor de mejora, con influencia en múltiples procesos asistenciales y la suma de las mejoras que se consiguen se traduce en que ser un Centro libre de sujeciones consolidado es cumplir un estándar de oro de calidad asistencial.

Con el uso de las sujeciones, muchas deficiencias ambientales y organizativas habían pasado desapercibidas a los profesionales, dando cuenta de que algunos problemas de seguridad se manejaban, en gran medida, con sujeciones. El empeño en prevenir y eliminar todas las sujeciones lleva a los Centros y a sus equipos asistenciales a corregir esas deficiencias, y provoca una transformación del mismo al cabo del tiempo. 

Las caídas, que son la gran preocupación de seguridad en los Centros, disminuyen en número y en consecuencias graves. La sensación de seguridad que da el uso de sujeciones y la tranquilidad que producen, se traduce en un menor tono de vigilancia en el Centro, con las consecuencias lógicas de ello. 

Los centros se vuelven más seguros, en términos de seguridad física pasiva y de entornos más facilitadores de la autonomía, y las políticas restrictivas del centro se extinguen para poder llegar a ser un centro totalmente libre de sujeciones.

 

¿Hay excepciones?

Situaciones extremas de grave e inminente amenaza para la integridad de la persona o de terceros, en cuyo caso su uso se limitará al episodio y nunca más allá.

El Programa Desatar ha comprobado que los centros que se transforman y se convierten en centros libres de sujeciones no las vuelven a necesitar nunca más.

 

Habrá detractores de esta media ¿qué les diría?

Es cierto que es “ver para creer”, y que los profesionales de los centros libres insistimos en ello, pero para verlo hay que ponerse a ello y comprobar como finalmente se consigue, y que ha resultado mucho más fácil de lo que se pensaba. De todos los factores identificados, que están detrás de actitudes de resistencia, destacaría el miedo, y el tener que desdecirse después de haber propuesto la sujeción como una buena solución, sin dejar de mencionar que hay que abandonar un área de confort o de tranquilidad.

¿Hay que seguir unas determinadas pautas para conseguir ser un referente entre las residencias?

Los puntos en los que hemos y seguimos trabajando:

  • El reconocimiento de la dignidad de las personas que precisan cuidados, junto con el de quienes cuidan y acompañan.
  • Cuidar es mucho más que dispensar las atenciones que las personas necesitan, es decir, el cuidado transciende a la realización de ciertas tareas. Cuidar desde una atención centrada en la persona significa acompañar vidas.
  • Lo cotidiano cobra una extrema importancia en relación al bienestar de las personas que precisan cuidados y muy especialmente en aquellas personas con demencia.
  • Revisar, chequear las prácticas profesionales, las interacciones en día a día, las metodologías y los criterios organizativos que aplicamos en nuestro centro.
  • Erradicar el uso de sujeciones
  • Aprender a observar, comprender y afrontar conductas difíciles en las personas con demencia.

 

¿Qué representa contar con la Acreditación de Oro?

Un reconocimiento por potenciar la autonomía, mejorar la calidad de vida y la calidad asistencial de las personas con demencia. El reconocimiento al trabajo diario, que desde hace más de 5 años, realizan todos los profesionales de este centro y que ha demostrado que es posible cuidar sin sujeciones, al mismo tiempo que se ha producido un cambio cultural en la organización y en cada uno de los profesionales del mismo, que garantiza que no volverá a utilizarlas. Una acreditación que supone el acicate necesario para realizar la transformación que lleva a mejorar la atención, la calidad de vida de los residentes y la manera en la que los profesionales ponen en práctica los cuidados.

CEOMA (Confederación estatal de Organizaciones de Mayores), no se conforma con un porcentaje bajo de sujeciones, sino que exige que los centros sean totalmente libres de sujeciones, y que sean comprobados para verificarlo, y que acepten hacer pública su acreditación, de manera que cualquier ciudadano pueda conocer esa realidad.

Cuando CEOMA acredita a un centro como “Centro Libre de Sujeciones”, habla de un centro con “0” sujeciones físicas y un demostrado uso apropiado de fármacos psicotrópicos.

 

¿Asistencia domiciliaria o residencial?

El lema que habríamos de proponernos sería “en casa mientras sea posible y en otro alojamiento que sea también mi hogar cuando sea necesario”.

Cada vez existen más estudios que dan a conocer las demandas de las personas mayores, los cuales expresan de manera recurrente que su deseo es permanecer en su casa durante el mayor tiempo posible. Para acercarnos lo máximo posible a que estas preferencias se hagan realidad, hay que hacer un gran esfuerzo por ofrecer un conjunto de apoyos y servicios que, de manera integrada y no fragmentada, se ofrezcan a la persona en cada caso y de forma personalizada, según las valoraciones integrales que deben realizarse (a la persona, a la familia, a la vivienda y al entorno comunitario). 

Pero las personas mayores también dicen que, cuando su estado de salud y necesidad de apoyos es elevado y carecen de apoyos fuertes y estables por parte de sus allegados y de los servicios de atención profesional y comunitaria, sí contemplan la residencia como posibilidad. Eso sí, les gustaría que las mismas fueran los más parecido posible a su casa y, sobre todo, que no pierdan el control de su vida aunque tengan demencia por tener que dejar su domicilio. 

En ocasiones no es posible continuar viviendo en casa. Cuando el grado de dependencia es muy importante y no se cuenta con servicios profesionales ni con apoyos familiares adecuados y suficientes, el propio domicilio puede no ser ya el lugar adecuado para vivir.

 

¿Se avanza con la prevención y con los paliativos?

Aun no existe ninguna estrategia probada para la prevención del Alzheimer.

No obstante, existe evidencia sólida de que los hábitos saludables del estilo de vida, como llevar una buena alimentación, hacer ejercicio y no fumar, pueden tener un efecto en la reducción del riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Sin embargo, se necesitan más investigaciones antes de que se considere a cualquiera de estos factores del estilo de vida como una estrategia demostrada para prevenir la enfermedad de Alzheimer.

En particular, la dieta mediterránea se ha relacionado con un menor riesgo de presentar enfermedad de Alzheimer y demencia. La dieta mediterránea también está vinculada con una mejor cognición en las personas que tienen riesgo de enfermedades cardíacas y otras enfermedades vasculares.

Múltiples estudios relacionan la salud cardiovascular con la salud cerebral por lo que cobra especial relevancia aquello de que lo que es bueno para el corazón, también es bueno para el cerebro. Así, para mantener nuestro cerebro en forma debemos controlar los factores de riesgo cardiovascular. 

No hemos de olvidarnos tampoco de mantener una vida social activa y estimular nuestra mente.

Con respecto a los cuidados paliativos su efectividad se centra en una atención integral y un apoyo emocional, tanto para la persona con demencia como para su entorno.

Las geriatras del centro tienen formación específica en cuidados paliativos, cuidados que se centran en proporcionar confort, apoyo emocional tanto para la persona como para su entorno, y minimizar los síntomas físicos y el dolor que puedan sufrir a causa de su dolencia.

Los cuidados paliativos en fase terminal facilitan la toma de decisiones en la planificación anticipada de los cuidados y las relacionadas con el fin de la vida. Todo ello con el objetivo de proporcionar comodidad al paciente y preservando en todo momento su dignidad.

El acompañamiento en esta fase debe ser continuo, abordado por el equipo interdisciplinario de profesionales y liderado por las geriatras. Se trata de un momento muy delicado que requiere una atención cuidadosa y compasiva, con una atención centrada en el residente y su familia para asegurar una correcta transición.

 

¿Le queda tiempo para pertenecer a alguna asociación o colectivo en su tiempo libre?

Formo parte, junto con una de las geriatras del Centro, del grupo de referencia Desatar de CONFEMAC (Confederación Nacional de Mayores Activos). Se trata de un equipo interdisciplinar, formado por profesionales de la psicología, medicina, trabajo social, fisioterapia, terapia ocupacional, enfermería, así como de gestión y dirección, con amplia experiencia en el trabajo con personas mayores y en la eliminación de sujeciones, que ayudan a los equipos de trabajo a transformar los centros en escenarios totalmente libres de sujeciones.

 

 

Nombre: Gertrudis Calero Blanco

Un lugar para vivir: Extremadura

Edad: 48

Nacimiento: Zafra

Residencia: Badajoz

Estado Civil: Casada. Tres hijos.

Un lugar para perderse: Extremadura

Una compañía: Mi familia

Una lectura: Las veinte perlas de la sabiduría

Una Música: Género cantautor.

 

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