Cuando la sinrazón es una auténtica locura
Cada vez que nos muestran los medios de comunicación imágenes de guerra, de esta barbarie que está ocurriendo en el mundo y que están a la orden del día, no dejo de pensar en una frase de Manuel Tamayo y Baus, de la cual he hecho alguna que otra vez referencia, que dice: “Los malos parecen siempre muchos por el ruido que hacen”, y una vez más no estoy en nada de acuerdo con él porque los señores de la guerra parece que se están multiplicando cuanto más avanza la sociedad. La vida está convirtiéndose en una gran espiral de incomprensión y miedo provocada por seres malignos cuya misión es avivar la incertidumbre de la desesperación y de la muerte sobre nuestras vidas a cada instante.
Observo lo que está pasando y la impotencia y el miedo se apodera de mí. Son imágenes inhumanas que parecen imposible que un ser humano se las pueda provocar a sus semejantes. ¡Es una auténtica locura!
¿Nos estamos volviendo locos? Porque no hay otra razón que justifique a una sociedad que, día a día, se está empapando de atrocidades. ¿Cuándo va a llegar ese día que la sociedad se revista de cordura y pueda paralizar tanto odio y tanta maldad?
Cada día estoy más seguro que la paz en el mundo está gravemente amenazada.
¿Cuántos países, en estos momentos, están siendo bombardeados? ¿Cuántas personas están, en este instante enterrando y llorando a sus muertos?... y lo peor de todo, muchos son civiles que ni entienden ni aceptan la sinrazón de las guerras y sus terribles consecuencias. Que verdad encierra esa frase de que “si los que hacen la guerra fueran los que la padecen, las cosas serían diferentes”.
¿Cómo se puede bombardear a un hospital o a una escuela? Es algo incapaz de digerir cualquier persona que esté en su sano juicio pero está ocurriendo y nos horroriza. Me parece indignante que existan esta clase de monstruos que generan maldad provocando el dolor y el sufrimiento en los demás, amparándose en la venganza.
Estoy centrándome, en este artículo, principalmente en estos conflictos de guerras que están padeciendo diferentes países, aunque si hablamos de locura, de situaciones de terror, solo hay que escuchar las noticias para comprobar como el ser humano se está cegando de odio.
Cada día, cada hora, cada minuto hay casos de asesinatos, exterminio, esclavitud, torturas, ejecuciones, actos terroristas, violencia de género…actos tan incomprensibles que firmaría lo que dijo Oscar Wilde: “Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno”.
Cada vez que nos muestran los medios de comunicación imágenes de guerra, de esta barbarie que está ocurriendo en el mundo y que están a la orden del día, no dejo de pensar en una frase de Manuel Tamayo y Baus, de la cual he hecho alguna que otra vez referencia, que dice: “Los malos parecen siempre muchos por el ruido que hacen”, y una vez más no estoy en nada de acuerdo con él porque los señores de la guerra parece que se están multiplicando cuanto más avanza la sociedad. La vida está convirtiéndose en una gran espiral de incomprensión y miedo provocada por seres malignos cuya misión es avivar la incertidumbre de la desesperación y de la muerte sobre nuestras vidas a cada instante.
Observo lo que está pasando y la impotencia y el miedo se apodera de mí. Son imágenes inhumanas que parecen imposible que un ser humano se las pueda provocar a sus semejantes. ¡Es una auténtica locura!
¿Nos estamos volviendo locos? Porque no hay otra razón que justifique a una sociedad que, día a día, se está empapando de atrocidades. ¿Cuándo va a llegar ese día que la sociedad se revista de cordura y pueda paralizar tanto odio y tanta maldad?
Cada día estoy más seguro que la paz en el mundo está gravemente amenazada.
¿Cuántos países, en estos momentos, están siendo bombardeados? ¿Cuántas personas están, en este instante enterrando y llorando a sus muertos?... y lo peor de todo, muchos son civiles que ni entienden ni aceptan la sinrazón de las guerras y sus terribles consecuencias. Que verdad encierra esa frase de que “si los que hacen la guerra fueran los que la padecen, las cosas serían diferentes”.
¿Cómo se puede bombardear a un hospital o a una escuela? Es algo incapaz de digerir cualquier persona que esté en su sano juicio pero está ocurriendo y nos horroriza. Me parece indignante que existan esta clase de monstruos que generan maldad provocando el dolor y el sufrimiento en los demás, amparándose en la venganza.
Estoy centrándome, en este artículo, principalmente en estos conflictos de guerras que están padeciendo diferentes países, aunque si hablamos de locura, de situaciones de terror, solo hay que escuchar las noticias para comprobar como el ser humano se está cegando de odio.
Cada día, cada hora, cada minuto hay casos de asesinatos, exterminio, esclavitud, torturas, ejecuciones, actos terroristas, violencia de género…actos tan incomprensibles que firmaría lo que dijo Oscar Wilde: “Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno”.