Martes, 30 de Septiembre de 2025

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Elisa Martín
Lunes, 29 de Julio de 2024

Gente tóxica o comportamientos tóxicos

Confieso que llevo un tiempo cambiando mi percepción de la gente que etiquetamos como tóxica. Esas personas a las que calificamos así porque afectan de forma negativa a su entorno, que quitan energía y ánimo. Pero, sinceramente, es un tema en el que me surgen muchas dudas, porque creo que no hay un criterio general. Es decir, que lo que para mí es algo tóxico, para otro no lo es. Y a quién yo pueda dar ese calificativo, es alguien que puede tener pareja, hijos, amigos, padres o compañeros que le quieren y admiran.

 

Por eso prefiero hablar de comportamientos que pueden generar malestar en un momento dado. Hay muchos, pero me voy a centrar principalmente en tres:

 

-La negatividad, cuando todo se ve negro, sin un resquicio de esperanza. Incluso creando barreras que no existen, imaginando obstáculos donde no los hay, haciendo una montaña de un grano de arena. Cuando tengo delante una persona en ese trance emocional no dejo de pensar qué le estará haciendo ver las cosas de esta forma. Qué filtro está poniendo en su vida en ese momento y qué mal se estará sintiendo.

 

-La queja permanente, esa manera de entrar en un bucle infinito de quejarse de todo y de todos. No me refiero a momentos puntuales, donde poner límites es bueno y necesario para cambiar situaciones indeseables. Hablo de repetirla una y otra vez en cualquier circunstancia. Hay épocas en que nos quejamos incluso cuando no pasa nada: del frío, del calor, del aburrimiento...de cualquier cosa. Y lo peor es que hace un efecto onda que acaba contagiando al grupo.

 

-Buscar culpables. Es un comportamiento que suele genera conflictos en el entorno. Ante un problema, en lugar de dar una solución, apuntar a un culpable crea una tensión innecesaria que hace que la atención se vaya por otro camino y el problema crezca cada vez más. Normalmente, las cosas no se hacen de  mala fe. Con lo cual, si algo ha salido mal, centrarse en buscar la manera de arreglarlo es la mejor opción.

 

Realmente, más allá de las tendencias, cada uno de nosotros podemos ser tóxicos para otros sin saberlo, sin pararnos a pensar en las veces en tenemos esos comportamientos. Por otra parte, cuando alguien nos molesta, es mejor tener claro que no va a cambiar por ello, porque tiene sus razones y sus necesidades.

 

Si desarrollamos nuestras propias herramientas para lidiar esas situaciones y que nos afecten lo menos posible, estaremos aprovechando la situación para madurar y crecer personalmente.

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