¿Por qué la selección alemana de fútbol ya no domina como antes?
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Hace apenas 10 años, la selección alemana liderada por Joachim Löw lograba levantar la Copa del Mundo gracias a un gol de Mario Gotze en la prórroga. Una década después, sin embargo, hay un consenso en el mundo del fútbol: la selección alemana está en un claro momento de declive pese al gran talento de muchos de sus jugadores. Expertos y aficionados se hacen todos la misma pregunta: ¿qué ha pasado?
Cambios generacionales y tácticos, dos grandes problemas
Alemania se ha enfrentado a un gran reto que casi todas las selecciones deben afrontar. Y si no, que le pregunten a España por los años tras la Eurocopa de 2012 o el sufrimiento de Italia tras ganar el Mundial de 2006. Volviendo a los germanos, han sufrido pérdidas muy difíciles de sustituir. Por ejemplo, Miroslav Klose no es un delantero que suela nombrarse entre los mejores de la historia, pero es el máximo goleador en la historia de los Mundiales. Otras retiradas de peso son Philipp Lahm y Bastian Schweinsteiger, dos piezas clave por su gran inteligencia táctica y un nivel técnico difícil de igualar. Algunos de los jugadores que han venido después, si bien eran prometedores, no han podido asentarse de la misma forma.
Sin embargo, otro problema que suele olvidarse es la cabeza pensante del equipo. Joachim Löw tras una Eurocopa 2020 en la que tenían que recomponerse después de un Mundial muy decepcionante en 2018. No fue capaz de resarcirse y, desde entonces, sus sustitutos tampoco han terminado de dar con la tecla. Ni Hansi Flick primero, ni Julian Nagelsmann después, han conseguido remontar el vuelo. Nagelsmann tendrá el reto de levantar los ánimos del país en su propia Eurocopa, su primer gran torneo internacional. Si bien en las apuestas ganador Eurocopa 2024 no parten como favoritos, alcanzar las semifinales podría cambiar un poco las sensaciones de cara a la próxima Copa Mundial.
Desafíos estructurales y competitivos
Pero no solo la selección está siendo un problema en sí misma, sino que los clubes también tienen que afrontar algunos retos internos. La Bundesliga sigue contando con equipos muy competitivos, con Bayern de Múnich y Borussia Dortmund en semifinales de la Champions League y un sorprendente Bayer Leverkusen que ha sido capaz de triunfar en la liga doméstica. Sin embargo, la Serie A, la Premier League y LaLiga están teniendo mucho más protagonismo y capacidad para atraer talento. Esto está haciendo que muchos jugadores de gran talento dejen el país o prefieran moverse a otras competiciones… y ya se sabe que si no juegas regularmente contra los mejores, es difícil mejorar lo suficiente. Las apuestas deportivas en la Bundesliga también han caído, ya que el interés de la competición es menor con respecto a las anteriormente mencionadas.
Además, la competencia en el fútbol internacional se ha intensificado. Equipos de naciones que antes no eran consideradas potencias futbolísticas ahora emergen con programas de desarrollo robustos y estrategias bien planificadas. Es el ejemplo de Bélgica, que si bien no ha sido un país fortísimo en el panorama futbolístico, en los últimos años se ha convertido en un equipo más peligroso en Europa. Esta globalización del talento ha nivelado el campo de juego, donde tradicionalmente equipos como Alemania podían dominar más fácilmente.
Hace apenas 10 años, la selección alemana liderada por Joachim Löw lograba levantar la Copa del Mundo gracias a un gol de Mario Gotze en la prórroga. Una década después, sin embargo, hay un consenso en el mundo del fútbol: la selección alemana está en un claro momento de declive pese al gran talento de muchos de sus jugadores. Expertos y aficionados se hacen todos la misma pregunta: ¿qué ha pasado?
Cambios generacionales y tácticos, dos grandes problemas
Alemania se ha enfrentado a un gran reto que casi todas las selecciones deben afrontar. Y si no, que le pregunten a España por los años tras la Eurocopa de 2012 o el sufrimiento de Italia tras ganar el Mundial de 2006. Volviendo a los germanos, han sufrido pérdidas muy difíciles de sustituir. Por ejemplo, Miroslav Klose no es un delantero que suela nombrarse entre los mejores de la historia, pero es el máximo goleador en la historia de los Mundiales. Otras retiradas de peso son Philipp Lahm y Bastian Schweinsteiger, dos piezas clave por su gran inteligencia táctica y un nivel técnico difícil de igualar. Algunos de los jugadores que han venido después, si bien eran prometedores, no han podido asentarse de la misma forma.
Sin embargo, otro problema que suele olvidarse es la cabeza pensante del equipo. Joachim Löw tras una Eurocopa 2020 en la que tenían que recomponerse después de un Mundial muy decepcionante en 2018. No fue capaz de resarcirse y, desde entonces, sus sustitutos tampoco han terminado de dar con la tecla. Ni Hansi Flick primero, ni Julian Nagelsmann después, han conseguido remontar el vuelo. Nagelsmann tendrá el reto de levantar los ánimos del país en su propia Eurocopa, su primer gran torneo internacional. Si bien en las apuestas ganador Eurocopa 2024 no parten como favoritos, alcanzar las semifinales podría cambiar un poco las sensaciones de cara a la próxima Copa Mundial.
Desafíos estructurales y competitivos
Pero no solo la selección está siendo un problema en sí misma, sino que los clubes también tienen que afrontar algunos retos internos. La Bundesliga sigue contando con equipos muy competitivos, con Bayern de Múnich y Borussia Dortmund en semifinales de la Champions League y un sorprendente Bayer Leverkusen que ha sido capaz de triunfar en la liga doméstica. Sin embargo, la Serie A, la Premier League y LaLiga están teniendo mucho más protagonismo y capacidad para atraer talento. Esto está haciendo que muchos jugadores de gran talento dejen el país o prefieran moverse a otras competiciones… y ya se sabe que si no juegas regularmente contra los mejores, es difícil mejorar lo suficiente. Las apuestas deportivas en la Bundesliga también han caído, ya que el interés de la competición es menor con respecto a las anteriormente mencionadas.
Además, la competencia en el fútbol internacional se ha intensificado. Equipos de naciones que antes no eran consideradas potencias futbolísticas ahora emergen con programas de desarrollo robustos y estrategias bien planificadas. Es el ejemplo de Bélgica, que si bien no ha sido un país fortísimo en el panorama futbolístico, en los últimos años se ha convertido en un equipo más peligroso en Europa. Esta globalización del talento ha nivelado el campo de juego, donde tradicionalmente equipos como Alemania podían dominar más fácilmente.