Lunes, 27 de Octubre de 2025

Actualizada Lunes, 27 de Octubre de 2025 a las 17:25:17 horas

Redacción | 228
Miércoles, 20 de Marzo de 2024 Actualizada Miércoles, 20 de Marzo de 2024 a las 13:35:13 horas

Guijarros blancos · Mimi Carrasco y animales

Un día 2 de noviembre, me puse a reflexionar sobre muchas cosas, cosas que a veces fluyen en nuestra cabeza como un torrente de aguas turbulentas o como las ondas de un mar embravecido.

Me puse a caminar despacio, por sen das que van a ninguna parte. Mientras mi perro Jaki, a mi lado, también meditabundo, oteaba aquí y allá, buscando quizás un por qué a todo. Se puso a llover, caían las gotas de agua tan transparentes que cada una de ellas eran como plateadas burbujas de nitidez cristalina.

De pronto el sol se abrió paso entre las nubes grises y surgió el espectáculo: un enorme acoiris surcó de un lado a otro lado, parte del cielo. Era todo tan hermoso, tan perfecto, que hasta yo dentro de mi imperfección me sentí perfecta.

El pacto del Creador quedaba marcado en recuerdo de lo que será para siempre.

Seguí divagando por mi mente, de lo que pudo ser y no hubo sido, todo está dentro de los planes del Creador. Él dijo, y fue hecho, y no hay más.

¿Qué es el hombre para disputar con su Creador? Nada.

Siempre me impactó el Titanic. Esa nave gigantesca cuyo capitán dijo que ni Dios la podría hundir. ¿Y qué pasó? Cinco avisos de icebergs recibió el capitán antes de hundirse el barco, y a ninguno hizo caso. Lo que veía por encima del agua no podía hundir al enorme navío, pero por desgracia, la mayor parte de un iceberg está debajo del agua.

Nuestra vida es representada por un iceberg, una parte es la que todos pueden ver, y representamos, la otra está oculta, y ni aún nosotros en las difíciles circunstancias de nuestras vidas, podemos controlar. Solo El Capitán de nuestras vidas, DIOS, puede llevar el barco a un puerto seguro y vivir anclados en la Victoria de una Eterna Felicidad, que sólo en Él se encuentra.

La tarde caía, cogí mi mochila y la llené de guijarros blancos, los fui dejando caer por aquella senda, quizás alguien siga la huella y, mirando al cielo, descubra por fin EL UNICO CAMINO. Jesucristo: el Camino, la Verdad y la Vida.

Feliz Semana Santa.

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