Mitos sobre la ansiedad (I)
A pesar de su prevalencia, la ansiedad sigue siendo mal entendida en muchos aspectos. En nuestra sociedad, existen numerosos mitos y conceptos erróneos que la rodean y oscurecen. En este artículo y el siguiente, exploraremos algunos de los más extendidos y trataremos de arrojar un poco de luz sobre ellos.
1. La ansiedad no es tan común: La ansiedad es una de las condiciones de salud mental más comunes en todo el mundo. Se estima que afecta a millones de personas en diferentes grados. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que alrededor del 10% al 20% de la población española experimentará un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida.
2. Las personas con ansiedad son frágiles: Pareciera que las personas que experimentan ansiedad son débiles o incapaces de manejar situaciones estresantes. Como si el hecho de sentir ansiedad o de estar muy enredado en ella, significara automáticamente que nos cuesta lidiar del mismo modo con el resto de emociones. Que una persona le cueste gestionar situaciones donde sienta ansiedad sólo nos habla de cómo ha aprendido a enfrentarse a estas situaciones en concreto. No de cómo gestiona la tristeza, la rabia, la culpa… “Que me cueste bailar, no significa que no sepa tocar música”.
3. La ansiedad no es más que una preocupación excesiva: Si bien la preocupación es un síntoma común de la ansiedad, la condición implica mucho más que eso. Puede manifestarse a través de una variedad de síntomas físicos y emocionales, como palpitaciones, sudoración, dificultad para respirar, irritabilidad, dificultad para concentrarse, entre otros.
4. Sólo los adultos tienen ansiedad: Aunque la prevalencia de la ansiedad en niños y adolescentes puede estar subestimada debido a la falta de conciencia, la ansiedad también puede afectar a niños y adolescentes. De hecho, los trastornos de ansiedad son una de las condiciones de salud mental más comunes en estos grupos de edad.
5. La ansiedad se controla con técnicas de relajación: Si bien las técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, pueden ser útiles para algunas personas como parte de un plan de manejo de la ansiedad, no son la solución más eficaz. Es necesario reaprender a gestionar las situaciones estresante sosteniendo los síntomas de ansiedad para poder disminuirlos a largo plazo.
6. La medicación “cura” la ansiedad: Si bien la medicación puede ayudar a algunas personas a reducir los síntomas de la ansiedad, no suele ser la única acción a emprender. Por lo general, se combina con terapia u otras intervenciones para abordar factores conductuales que contribuyen al mantenimiento del problema.
A pesar de su prevalencia, la ansiedad sigue siendo mal entendida en muchos aspectos. En nuestra sociedad, existen numerosos mitos y conceptos erróneos que la rodean y oscurecen. En este artículo y el siguiente, exploraremos algunos de los más extendidos y trataremos de arrojar un poco de luz sobre ellos.
1. La ansiedad no es tan común: La ansiedad es una de las condiciones de salud mental más comunes en todo el mundo. Se estima que afecta a millones de personas en diferentes grados. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que alrededor del 10% al 20% de la población española experimentará un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida.
2. Las personas con ansiedad son frágiles: Pareciera que las personas que experimentan ansiedad son débiles o incapaces de manejar situaciones estresantes. Como si el hecho de sentir ansiedad o de estar muy enredado en ella, significara automáticamente que nos cuesta lidiar del mismo modo con el resto de emociones. Que una persona le cueste gestionar situaciones donde sienta ansiedad sólo nos habla de cómo ha aprendido a enfrentarse a estas situaciones en concreto. No de cómo gestiona la tristeza, la rabia, la culpa… “Que me cueste bailar, no significa que no sepa tocar música”.
3. La ansiedad no es más que una preocupación excesiva: Si bien la preocupación es un síntoma común de la ansiedad, la condición implica mucho más que eso. Puede manifestarse a través de una variedad de síntomas físicos y emocionales, como palpitaciones, sudoración, dificultad para respirar, irritabilidad, dificultad para concentrarse, entre otros.
4. Sólo los adultos tienen ansiedad: Aunque la prevalencia de la ansiedad en niños y adolescentes puede estar subestimada debido a la falta de conciencia, la ansiedad también puede afectar a niños y adolescentes. De hecho, los trastornos de ansiedad son una de las condiciones de salud mental más comunes en estos grupos de edad.
5. La ansiedad se controla con técnicas de relajación: Si bien las técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, pueden ser útiles para algunas personas como parte de un plan de manejo de la ansiedad, no son la solución más eficaz. Es necesario reaprender a gestionar las situaciones estresante sosteniendo los síntomas de ansiedad para poder disminuirlos a largo plazo.
6. La medicación “cura” la ansiedad: Si bien la medicación puede ayudar a algunas personas a reducir los síntomas de la ansiedad, no suele ser la única acción a emprender. Por lo general, se combina con terapia u otras intervenciones para abordar factores conductuales que contribuyen al mantenimiento del problema.
























