Buscar el silencio dentro del ruido
Es curioso como estreno esta vez el nuevo año porque, siendo mi actividad principal enseñar a hablar a las personas, mi foco para el 2024 está en trabajar el silencio y la escucha. Creo que el ruido nos rodea ahora de una manera desbordante, lo que hace que andemos muy alterados, estresados y con la atención dispersa para no perdernos nada. Y muy desconectados de nosotros mismos.
Parece que el éxito de nuestra sociedad está en hablar continuamente, hablar de todo, hablar sin pensar, hablar de nuestra vida, hablar de la vida de los demás (conocidos o desconocidos), hablar de manera incesante de todos los estímulos que nos llegan. Que son cientos de miles.
Lo hacemos en directo, por teléfono, por wasap, por email, por redes sociales… Y lo que más me impacta es que saltamos en décimas de segundo, sin tiempo para pensar lo que decimos. Estamos en una época compleja, en la que se premia llamar la atención como sea, sin medir las consecuencias. Parece que se trata de hablar por hablar.
Y si no estamos hablando, buscamos constantemente estímulos de fuera. Cuando tenemos un minuto libre, nos lanzamos al teléfono, a la tele, a los auriculares o a todo tipo de dispositivos como si nos fuera la vida en llenar esos “vacíos”. Y nos quedamos colgados de videos, podcast, series, programas de cualquier tema para seguir con ese ruido eterno que inunda nuestra vida como nunca antes en la historia de la humanidad.
¿Y al silencio cuándo le toca?
En los últimos meses lo he buscado más veces de forma consciente. En varios sentidos. En conversaciones he cerrado muchas veces la boca para dedicarme a escuchar. Y es curioso observar lo que ocurre delante de ti desde esa perspectiva. No es necesario opinar de todo, de hecho es muy relajante escuchar sin buscar algo que decir.
Incluso he organizado “Encuentros de buenas conversaciones”, donde la escucha ha sido el elemento principal del grupo.
También he frenado a veces el impulso de encender algún dispositivo para quedarme a solas escuchando el silencio o el ruido natural que había a mi alrededor. Y la calma y tranquilidad que me invade es una maravilla. Mientras escribo este artículo pongo “modo avión” en el móvil para evitar interferencias y noto que mi concentración gana calidad.
Buscar estos paréntesis dentro del ruido es toda una experiencia rica y estimulante. Por eso en este año te deseo más ratos de silencio, para aclarar pensamientos y tener una vida mejor. Feliz 2024.
El silencio es una fuente de gran poder. (Lao Tzu)?
Elisa Martín es periodista y coach de comunicación y oratoria
Es curioso como estreno esta vez el nuevo año porque, siendo mi actividad principal enseñar a hablar a las personas, mi foco para el 2024 está en trabajar el silencio y la escucha. Creo que el ruido nos rodea ahora de una manera desbordante, lo que hace que andemos muy alterados, estresados y con la atención dispersa para no perdernos nada. Y muy desconectados de nosotros mismos.
Parece que el éxito de nuestra sociedad está en hablar continuamente, hablar de todo, hablar sin pensar, hablar de nuestra vida, hablar de la vida de los demás (conocidos o desconocidos), hablar de manera incesante de todos los estímulos que nos llegan. Que son cientos de miles.
Lo hacemos en directo, por teléfono, por wasap, por email, por redes sociales… Y lo que más me impacta es que saltamos en décimas de segundo, sin tiempo para pensar lo que decimos. Estamos en una época compleja, en la que se premia llamar la atención como sea, sin medir las consecuencias. Parece que se trata de hablar por hablar.
Y si no estamos hablando, buscamos constantemente estímulos de fuera. Cuando tenemos un minuto libre, nos lanzamos al teléfono, a la tele, a los auriculares o a todo tipo de dispositivos como si nos fuera la vida en llenar esos “vacíos”. Y nos quedamos colgados de videos, podcast, series, programas de cualquier tema para seguir con ese ruido eterno que inunda nuestra vida como nunca antes en la historia de la humanidad.
¿Y al silencio cuándo le toca?
En los últimos meses lo he buscado más veces de forma consciente. En varios sentidos. En conversaciones he cerrado muchas veces la boca para dedicarme a escuchar. Y es curioso observar lo que ocurre delante de ti desde esa perspectiva. No es necesario opinar de todo, de hecho es muy relajante escuchar sin buscar algo que decir.
Incluso he organizado “Encuentros de buenas conversaciones”, donde la escucha ha sido el elemento principal del grupo.
También he frenado a veces el impulso de encender algún dispositivo para quedarme a solas escuchando el silencio o el ruido natural que había a mi alrededor. Y la calma y tranquilidad que me invade es una maravilla. Mientras escribo este artículo pongo “modo avión” en el móvil para evitar interferencias y noto que mi concentración gana calidad.
Buscar estos paréntesis dentro del ruido es toda una experiencia rica y estimulante. Por eso en este año te deseo más ratos de silencio, para aclarar pensamientos y tener una vida mejor. Feliz 2024.
El silencio es una fuente de gran poder. (Lao Tzu)?
Elisa Martín es periodista y coach de comunicación y oratoria