Lunes, 08 de Diciembre de 2025

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Teodoro Gracia
Lunes, 08 de Enero de 2024 Actualizada Lunes, 08 de Enero de 2024 a las 14:13:33 horas

Ansias de poder

Es increíble como, a pesar de la edad, la vida sigue sorprendiéndome cada día. Concretamente, centrándonos en el ser humano, es de vergüenza como podemos caer en los mismos errores una y mil veces. A mi no me vale que alguien intente convencerme de que todo es cíclico y de una manera u otra, todo vuelve a repetirse. Que no se sigan repitiendo guerras, por poner un ejemplo, eso depende del ser humano, de su ambición, su sinrazón, su odio…  quizás, lo realmente cíclico es la hipocresía y el ansia de poder. Esto es lo que provoca tener que sufrir esas horribles imágenes con la que continuamente nos sorprenden los medios de comunicación. Imágenes durísimas que tienes que digerir en la mayor de las impotencias..
La sinrazón de las guerras no es más que intereses de los que se las inventan y el sufrimiento de los que las padecen y por culpa de una minoría de locos, si nos centramos en la historia, seguro que no existe ningún país del mundo que no esté manchado de sangre por este tema. Lo que realmente me preocupa es que no les importe ese velo transparente de vergüenza que los envuelve.
El ansia de poder tiene unas profundas raíces en el cerebro humano capaces de anular cualquier visión de serenidad y coherencia. El odio habita royendo capaz de fraguar las más tremendas y dolorosas decisiones.  Muchas veces me pregunto: ¿Los que hacen las guerras acaso han dejado de tener corazón? Nunca encuentro la respuesta, la verdad es que no me hace falta porque con una sola imagen de las miles y miles que vemos continuamente, con una sola, hay que ser muy insensible para que no se te parta el alma en mil pedazos.  
Qué hermoso sería si el mundo aprendiera a convivir con armonía y en paz. Una paz donde se radique, de una vez por todas, el odio en el ser humano. Parece mentira que el mismo ser humano tenga el poder de que los demás no sufran y no es que no hagan nada por evitarlo sino que provocan esas horribles situaciones.
Estamos en fiestas de navidad, días de deseo y peticiones. Yo, aunque se que es una auténtica utopía, desearía que todos intentemos hacer la vida más agradable a los demás, sin ansias de poder y sin hipocresía.
Hay una frase que un día leí, la verdad es que no se quien es el autor pero a mí se me quedó clavada de por vida por ser algo que he  llevado a la práctica, seguro que se borrarían de nuestras retinas esas horribles imágenes que, por desgracia, nos sacuden en la cara y nos rompen el corazón: “Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”.

 

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