Esas frases que nos inspiran
Es curioso el efecto que provoca en las personas las frases inspiradoras que encontramos en distintos medios. A cada uno le surge una reacción diferente, a juzgar por los comentarios que las acompañan. Nos hacen conectar con puntos concretos de nuestra vida: con retos, con preocupaciones, con emociones variadas… Incluso, en muchas ocasiones, nos aclaran el camino a seguir. Por eso las guardamos, las releemos, las repetimos, y nos sirven de faro en muchas ocasiones. La mayoría son pura sabiduría condensada en pocas palabras y creo que esa combinación tiene un mérito tremendo. Y es que el saber concretar un mensaje es todo un arte.
Normalmente, cuando ocupamos mucho tiempo para hablar de algo, nos podemos ir tanto por las ramas que quien nos escucha ya no sabe qué es importante y qué no lo es. Y puede entender que lo que queremos decir es algo diferente a nuestro objetivo. Por otra parte, conectar de manera emocional con las palabras justas es algo que nos inspira a la acción o nos motiva para un cambio concreto. Vamos a ver algunos ejemplos.
Decía Séneca que “No hay viento favorable para quien no sabe dónde va”. Muchas veces me acuerdo de estas palabras cuando no hay una meta definida. Es algo que trabajamos mucho desde el coaching, que es una metodología para conseguir objetivos. De hecho, definirlo es el primer paso del proceso. Porque si no sabemos hacia dónde queremos ir, difícilmente daremos los pasos correctos. Podemos dar vueltas y vueltas e incluso ir en dirección contraria. Por eso esta reflexión de Séneca es tan clarificadora.
“Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado” dice un proverbio africano. Cuantas veces lo he visto. Y reconozco que al principio no lo entendía, hasta que observando los procesos he comprobado cuanta razón tienen esas palabras. Si nos rodeamos de las personas adecuadas, que nos aconseje bien, que nos apoyen, nuestra vida puede tener un impulso tremendo. Somos animales sociales, nos afecta mucho nuestro entorno. Las experiencias compartidas multiplican de manera exponencial las posibilidades de éxito.
León Tolstoy escribió: “Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. Admirable, como se puede decir tanto en tan pocas palabras. Una realidad que vemos y sentimos cada día. Una buena reflexión para cuando nos empeñamos en que las cosas y las personas cambien para ajustarse a nuestro guion, cuando eso es misión imposible.
Frases maravillosas para nuestra vida.
Elisa Martín es periodista y coach de comunicación y oratoria
Es curioso el efecto que provoca en las personas las frases inspiradoras que encontramos en distintos medios. A cada uno le surge una reacción diferente, a juzgar por los comentarios que las acompañan. Nos hacen conectar con puntos concretos de nuestra vida: con retos, con preocupaciones, con emociones variadas… Incluso, en muchas ocasiones, nos aclaran el camino a seguir. Por eso las guardamos, las releemos, las repetimos, y nos sirven de faro en muchas ocasiones. La mayoría son pura sabiduría condensada en pocas palabras y creo que esa combinación tiene un mérito tremendo. Y es que el saber concretar un mensaje es todo un arte.
Normalmente, cuando ocupamos mucho tiempo para hablar de algo, nos podemos ir tanto por las ramas que quien nos escucha ya no sabe qué es importante y qué no lo es. Y puede entender que lo que queremos decir es algo diferente a nuestro objetivo. Por otra parte, conectar de manera emocional con las palabras justas es algo que nos inspira a la acción o nos motiva para un cambio concreto. Vamos a ver algunos ejemplos.
Decía Séneca que “No hay viento favorable para quien no sabe dónde va”. Muchas veces me acuerdo de estas palabras cuando no hay una meta definida. Es algo que trabajamos mucho desde el coaching, que es una metodología para conseguir objetivos. De hecho, definirlo es el primer paso del proceso. Porque si no sabemos hacia dónde queremos ir, difícilmente daremos los pasos correctos. Podemos dar vueltas y vueltas e incluso ir en dirección contraria. Por eso esta reflexión de Séneca es tan clarificadora.
“Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado” dice un proverbio africano. Cuantas veces lo he visto. Y reconozco que al principio no lo entendía, hasta que observando los procesos he comprobado cuanta razón tienen esas palabras. Si nos rodeamos de las personas adecuadas, que nos aconseje bien, que nos apoyen, nuestra vida puede tener un impulso tremendo. Somos animales sociales, nos afecta mucho nuestro entorno. Las experiencias compartidas multiplican de manera exponencial las posibilidades de éxito.
León Tolstoy escribió: “Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. Admirable, como se puede decir tanto en tan pocas palabras. Una realidad que vemos y sentimos cada día. Una buena reflexión para cuando nos empeñamos en que las cosas y las personas cambien para ajustarse a nuestro guion, cuando eso es misión imposible.
Frases maravillosas para nuestra vida.
Elisa Martín es periodista y coach de comunicación y oratoria