Lo tenía claro desde muy pequeño. Como tantos valvienses, las vaquillas han marcado su calendario cada mes de octubre.

“Recuerdo cuando era un niño y venían el grupo de Recortadores Arte y Raza. Yo los veía, atento a los saltos de garrocha que hacían. Me acuerdo de Miguel el Negro, Antonio Jesús… eran mis ídolos. Yo soñaba con ser como ellos, en cumplir la edad necesaria para poder participar de los saltos”.

Quién iba a decir entonces a Roberto Gragera Chávez que su sueño se cumpliría, que con el tiempo empezaría a hacer sus primeros espectáculos con este grupo de recortadores que admiraba de pequeño, y que ganaría hace sólo unos días el III Concurso de Recortadores Ciudad de Villacarrillo, en Jaén.

Roberto, que tiene 26 años, lleva a sus espaldas casi una década de experiencia como recortador. Aunque se dedica principalmente a los espectáculos de saltos, participa en algunos concursos cada temporada. Admite que no es algo de lo que pueda vivir, por lo que compagina el polvo en sus pies entre salto y salto, con el polvo en las manos de su día a día en la construcción. “Me encantaría ganarme la vida como recortador, pero actualmente es imposible. Tan solo hay dos recortadores que viven de esto, hacen más de 100 fechas en la temporada y con eso les da para mantenerse, pero yo hago unas 20 y con eso no puedes vivir todo el año”, señala Roberto.

Hecho a sí mismo, Gragera se muestra orgulloso de todo cuanto ha conseguido con empeño, con muchos consejos, pero sin ayuda de nadie.

Sabe de la peligrosidad de ponerse delante de un toro. Nos cuenta que ha tenido muchos golpes y varetazos. Incluso una cornada hace unos años que le marcó mucho, “pero con coraje, con ganas y con la afición que tengo, he seguido para adelante luchando todos los días. No me marco ningún límite para continuar haciendo lo que más me gusta, más allá de que el cuerpo y la cabeza me permita continuar estando seguro”.

Desde aquel primer concurso que hizo en Alconchel, con apenas 16 años, el traje goyesco ha acompañado a Roberto cada temporada hasta conseguir el 10 de septiembre ganar ese concurso en Villacarrillo que el año pasado se le resistió.

Roberto espera ahora, de nuevo, esa feria de octubre, para disfrutar con toda su gente de estos espectaculares saltos, quiebros y recortes. Valdelacalzada seguro le responderá entre aplausos.