Tras los resultados electores del 23 de julio solo existen tres escenarios: bloqueo y repetición electoral; que gobierne el partido que ha perdido los comicios o que lo haga el ganador de las elecciones..
Llevamos demasiado tiempo hablando de amnistías, indultos y referéndums y no de las necesidades del país por lo que hay que poner otra vez el foco y el protagonismo donde tiene que estar: en España y los españoles y por ello tras ganar los comicios del 23 de julio, el PP intentará conformar una mayoría para aplicar un programa regenerador, recuperar la institucionalidad y que se elimine a los Frankenstein para que dejen de ser una pesadillas para los españoles. Y en esta legislatura nos encontraríamos sin duda ante un Frankenstein aumentado que representaría un hipotético Gobierno de Sánchez con un Bildu que pasaría de ser satélite a socio de coalición.
Feijóo ya ha avanzado que en el debate de investidura planteará el programa del Gobierno que necesita España frente al modelo de fragmentación, cesiones, rupturas y divisiones, que aboca a nuestro país al abismo territorial, político y económico.
La alternativa a un gobierno de Feijóo sería muy perjudicial para los españoles, ya que en vez de pensar en el interés general estaría centrado en el mantenimiento en el poder de Sánchez a cambio de cesiones a los independentistas.
En definitiva nos encontramos ante dos programas que son la antítesis: por un lado el programa del Gobierno que necesita España frente al modelo de fragmentación, cesiones, rupturas y divisiones, que aboca a nuestro país al abismo territorial, político y económico. Un Ejecutivo en solitario con ministros del PP es la mejor opción y la peor sería un Gobierno de 24 partidos absolutamente ingobernable.
Hay que destacar que en nuestro país en 45 años de democracia siempre ha gobernado el partido que ha ganado las elecciones generales y Feijóo trabajará durante el próximo mes para conformar una mayoría parlamentaria con el mejor aval: once millones de españoles que merecen que su voz se escuche y se presente un proyecto de cambio. Urge abrir un tiempo nuevo, recuperar la moderación y la centralidad, y no depender de minorías radicales e independentistas.
El presidente del PP ya ha advertido de que si la investidura sólo depende de ceder y plegarse a todos y cada uno de los que quieren irse de nuestro país y humillar más a las instituciones, está claro que la ganará Sánchez y la perderá España. Y el peor escenario sería una investidura del PSOE con Bildu y Junts que podría destrozar la unidad institucional, rompiendo el espíritu constitucional.