Domingo, 07 de Diciembre de 2025

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Lucas Navareño
Viernes, 01 de Septiembre de 2023 Actualizada Viernes, 01 de Septiembre de 2023 a las 10:30:30 horas

Rubiales

Todos los agostos año tras año, nos encontramos con las denominadas serpientes de verano, informaciones que tienen más contenido por el bombo que se les da con la finalidad de rellenar la falta de información existente cuando todo el mundo se encuentra de vacaciones. En la actualidad ya no es tan así. El hecho de tener información por muchos medios y disponer de ellos a nivel local las 24 horas del día, hace que las serpientes de verano actúen a nivel local y queden difuminadas.

Sin embargo, estamos en plena serpiente aquí en España y como el fútbol es así de globalizador, la hemos internacionalizado para estar en el ojo del huracán por culpa de un gañán que ha subido a las cotas más altas de la chabacanería y cómo no puede ser de otra forma, ha permitido incluir rasgos y comportamientos de todo este tipo de personal que llegan mucho más alto de donde nunca podrían haber llegado por actitudes y aptitudes. El comportamiento del presidente de la Federación Española de Fútbol en la final del mundial femenino no ha hecho sino retratar el mundo que rodea a este deporte en el que no es nada nuevo ver como se utilizan las instituciones por parte de sus mandatarios a los que la palabra dignidad les suena a lejanía. Recuerdo ya en tiempos de José María García, que nos hablaba de Pablo Porta (Pablo, Pablito, Pablete) al que el chofer sacaba a pasear a su perro, o más recientemente al anterior presidente (ese que hablaba del “furgol”) José María Villar que tuvo que pasar por la cárcel y que igualmente fue destituido por el Consejo Superior de Deportes.

Pero volviendo a la actualidad, toda esta noticia que, pudo pasar casi desapercibida e incluso muchos de los medios de comunicación lo tildaron como anécdota, ha destapado una vez más la ruindad existente en ese organismo federativo que maneja cifras desorbitadas de dinero y en el que sus dirigentes cobran salarios desproporcionados para la responsabilidad que conllevan. Ahora, todos tachan de ruin al presidente, pero la mayor parte de los que lo tachan de bastardo hoy, han sido los que ayer aplaudían los exabruptos que estuvo echando por su boca en una comparecencia de las más vomitivas que he podido escuchar y de la que espero que al menos sirva para que sea utilizado en clases magistrales como modelo a no seguir tanto en el aspecto personal, como en el de las instituciones que los acogen. Y nada más reprochable que cambios de actitud como la de los seleccionadores Luis de la Fuente o Jorge Vilda, que han tenido la desfachatez de cambiar de mensaje según se les ha ido poniendo el asunto turbio. Ahora, todos están en contra del garrulo, pero hasta ayer, todos les reían sus gracias.

La imagen que se ha dado desde la Federación Española de Fútbol tanto de puertas adentro, cómo de puertas afuera, ha sido vergonzosa. Ha tenido que ser un organismo internacional quien quite del medio al menos de manera provisional a una persona a la que el cargo le sobraba por todos lados. Y todo esto nos debe de preocupar a todos para que personas así no representen a organismos con tanta trascendencia mediática. [email protected]

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