Marina Regalado Pinilla, Administrativa del Conservatorio Profesional de Música de Montijo
![[Img #96742]](https://cronicasdeunpueblo.es/upload/images/08_2023/3290_347424153_270657382098654_5631291334810225548_n.jpg)
Marina procede de una familia montijana, conocida por “La Fragua de los Regalaos”, regentada por su familia paterna durante cuatro generaciones. De su padre Francisco se conservan, para su exposición, trabajos en hierro y madera en el Museo de la Antigua Cámara Agraria.
Su infancia transcurre similar a la de las niñas de su generación, con juegos en la calle y asistiendo a las Escuelas Nacionales del pueblo.
De su juventud destaca los paseos por el Parque, por la Rambla o por la Plaza de España con las amigas y la época dorada de Montijo, asistiendo a los conciertos de las primeras figuras musicales del momento y a los pubs de moda.
Es hija de Francisco y de Olalla procedentes ambos de Montijo. Su padre era herrero y su madre, ama de casa. Tiene un hermano, Domingo.
¿Sus primeros colegios?
Asistí a la escuela de Ascensión Cienfuegos, donde aprendí mis primeras letras y a las Escuelas Nacionales de Las Eras y Padre Manjón, ubicadas anteriormente en el Atrio.
¿Algún recuerdo infantil?
Muchísimos y muy buenos, dependiendo de la economía humilde de mis padres, pero ellos supieron educarme para sentirme feliz con lo que tenía y no sentir envidia por nada.
¿Cómo pasó su infancia?
Muy feliz, como ya he mencionado antes, no la cambiaría por nada, tuve unos padres maravillosos que, junto a mis abuelos, tíos y primos, me hicieron sentir muy mimada y querida.
¿A qué jugaban?
Los juegos que “practicaba” eran principalmente el corro, los chinos, la picota, el piso, la goma, los santos, … ¡Ah! y a las casitas, ¡cómo no!
¿Dónde jugaban habitualmente?
Los lugares para el juego, como para todos los niños de mi generación, fueron principalmente en la calle y, por vivir mis abuelos en la calle de Hernán Cortés, era muy frecuentada para mis juegos y, por vivir en la calle de Arcos, se nos podía ver en la plazuela de Los Piñeros que entonces no estaba ajardinada, como única ornamentación estaba presidida por una farola, lo que nos permitía disponer de un amplio espacio para todo tipo de juegos.
¿Características de esas pandillas infantiles?
Se formaban con compañeros y compañeras de la escuela, con niños y niñas del barrio y primos y primas de la misma edad.
¿Trabajo paterno?
Como ya dije anteriormente, era herrero, profesión que adoraba.
¿Qué destaca de su trabajo?
Por supuesto destacaría su pasión por la artesanía, tanto de forja como de madera, de lo que ha quedado constancia con grandes trabajos conocidos por la mayoría de los montijanos. Parte de su obra permanece expuesta en el museo de la Sociedad de Labradores.
¿Son oficios que se pierden?
Pienso que van camino de perderse en su mayoría. Por ejemplo, nuestro taller familiar de fragua, que procedía de cuatro generaciones atrás,con mi padre terminó su historia. A ninguno de los descendientes posteriores les interesó continuar. Los oficios, tal y como los entendemos en un plazo corto, darán paso a otras vocaciones o profesiones.
¿Cómo pasa su juventud?
La primera parte de ella, regular, estuvo marcada por mi complejo de miope que hizo que la viviera un poco escondida, pero, de todas maneras, arropada por mis grandes amigas que aún conservo y que contaban conmigo para todo. Íbamos a tontear por el parque, por el paseo, ahora Plaza de España, y por mi afición por la lectura que absorbía todos mis fantasmas.
¿Qué lugares de encuentro tenían?
Eran siempre por la plaza, luego, de más mayor, quedábamos en alguna cafetería o bar, el de moda en aquellos momentos.
Los hábitos van cambiando en las distintas generaciones, ¿cuáles destacarías?
Destacaría sobre manera en la brecha generacional la forma de relacionarse, las nuevas tecnologías han podido con todo.
Antes se salía de lunes a domingo, ¿qué se hacía?
Principalmente ir a la discoteca y al cine, sobre todo en verano, también en mi panda teníamos costumbre los domingos de ir al campo o bien, andando o en bicicleta.
Pertenece a la generación de cintas de casete y de los guateques… ¿qué puede contarnos de esas vivencias?
Poquita cosa, mi complejo me impedía alternar con chicos, me daba mucha vergüenza y los evitaba.
Algunos jóvenes no se harán una idea de lo que era un guateque… ¿puedes describirlos?
Bueno, aunque no era asidua a ellos, básicamente consistían en contar con un espacio disponible como cocheras, casas vacías, etc…la parte organizadora que se encargaba de buscar invitados e invitadas y proveerse de un fondo común para las “bebidas variadas”, mucha música y baile, ligoteo y poco más.
¿Lugar de primeros enamoramientos?
Pues paseando por la avenida o rambla, por el paseo, en el parque y, por supuesto, en los guateques.
¿Qué horario de recogida tenían de los jóvenes en esas décadas?
Siendo adolescente salía tempranito y volvía a casa poco más o menos de cuando terminaba el cine. Ya de jóvenes también salíamos temprano, pero la recogida era bastante tarde, para las que, como a mí, nos gustaba trasnochar. Los espacios de diversión a diario podían estar abiertos hasta las tres o cuatro de la mañana, los sábados incluso más tarde.
Diferentes etapas de vida y diversión: ¿cómo vivió los 60?
Teniendo en cuenta que nací en el 57, era aún una niña y los viví como me correspondía, jugando.
¿Los 70?
Aquí empecé a espabilar, eran tiempos llenos de vida. Montijo arrastraba un ambiente increíble, a nivel lúdico, comercial y cultural. Por aquí pasaron las mejores actuaciones del momento a las que asistía con deleite, viendo mucho cine, por lo que también fue una localidad privilegiada y, por supuesto, viviendo la noche con sus por y sus contras.
¿Los famosos 80?
Muy parecidos a la década anterior.
¿Y el resto?
Pues como comencé a ser independiente por mi trabajo, un poco más de lo mismo y haciendo algunos viajes y saliendo fuera para asistir a eventos de los que aquí no podía disfrutar.
Montijo tuvo muchas discotecas ¿cuáles recuerda y qué las diferencian?
Comenzó el Hotel Colón con su sala de fiestas y sus jardines para verano, una época de mucho esplendor. Fue un lugar muy innovador y con una buena gestión.
Luego se sumaron cinco discotecas que estuvieron funcionando a la vez, Fashion, Minister, Nacha, Esmay-3 y Rainbow ¿diferencias?, ninguna, encontrábamos nuestro ambiente en unas u otras y es lo que hacía que nos sintiéramos a gusto y fuera la más frecuentada.
¿Los pubs de su juventud que más le gustaban?
Sin dudarlo dos veces, el llamado Ópera, ya pasé horas allí…ya.
Como montijana, ¿qué tradiciones ha vivido?
La de la Calavera del Conqui, las charlas en verano de las vecinas y vecinos que se sentaban en la puerta a tomar el fresco de la noche, la madrugada de ir a Barbaño para acompañar a la patrona a Montijo, los vendedores ambulantes pregonando sus mercancías, los tradicionales bastones de San Antonio de caramelo, y algunos enormes, el estrenar , sí o sí, el Domingo de Ramos, San Blas y San Isidro.
También recuerdo cuando había un bautizo y, lógicamente, la madrina llevaba al bebé hasta la iglesia andando. Entonces era tradición que en cuanto nos enterábamos la chavalería, íbamos corriendo detrás del “séquito baustimal” al grito cantarino de: “madrina pelooona, tira los confites y no te los cooomas”. La madrina en cuestión, haciéndose un poco de rogar, terminaba tirando los esperados confites y nosotros recogiendolos, cual Cabalgata de Reyes hoy.
¿Cuáles se han quedado en el camino?
Prácticamente todas, la calavera del Conqui está tratando de rescatarla la Agrupación Agla, ya con algunas variantes.
¿Cuáles permanecen que le gusten?
La de acompañar a la Virgen de Barbaño, que llega a Montijo el 28 de agosto, para presidir las fiestas en su honor.
¿Siempre en Montijo?
Siempre.
¿Qué trabajos ha realizado?
Algunos que otros muy variados y variopintos, donde más tiempo permanecí fue en un taller de costura.
¿Cuándo entra en el conservatorio?
En 1986, desde sus inicios.
¿Cómo surge la oportunidad?
Me enteré que la escuela de música había pasado a ser Conservatorio y necesitaban a una persona para llevar un poco la incipiente secretaría. Me presenté y fui aceptada, luego en el transcurso de los años, se fue consolidando mi puesto de trabajo junto con la secretaría del centro.
¿En qué consistió su labor?
Oficialmente, la de auxiliar administrativo, aunque en la realidad me he implicado en todo y para todo lo que fuera necesario, difícil de enumerar por las muchas situaciones en las que me he echado para adelante.
¿Cómo ha ido evolucionando el conservatorio?
La evolución ha sido lenta, pero siempre con paso seguro y firme hasta llegar a lo logrado a día de hoy, ¡que es mucho!
¿Muchos momentos difíciles hasta llegar hasta hoy?
Han sido muchos y duros, siempre fue la “patata caliente” para las arcas municipales. En alguna legislatura lo vimos peligrar seriamente, pero gracias a la impecable labor del director, Luis Gordillo y presidenta de las AMPAS, tanto del conservatorio como de la escuela de danza que consiguieron movilizar a todo Montijo que salió a la Plaza y se manifestaron enérgicamente consiguiendo frenar la idea municipal. Nunca he visto esa unión entre montijanos, por lo que se recuerda como un hecho que creó un antes y un después.
¿Al principio dónde se ubicó?
En las antiguas escuelas del Atrio, compartiendo edificio con la biblioteca municipal, donde curiosamente vuelve a estar hoy.
¿Qué se impartía?
Las asignaturas impartidas entonces, eran solfeo, coro, piano, guitarra.
¿Primer director y profesores?
El primer director y profesor de piano fue Luis Gordillo Macho y, ahora, el centro lleva merecidamente su nombre.
Como Secretario y profesor de solfeo y coro, Joaquín Fernández Picón y Jefe de Estudios y guitarra, Juan Guillermo Burgos Romero.
Primeros alumnos…
Los primeros alumnos oficiales del centro eran todos mayores de edad. Eran los ya matriculados en la Escuela de Música y que, cada curso eran examinados por un tribunal de Cáceres en calidad de enseñanza libre, fueron de gran ayuda para los cimientos del recién nacido conservatorio, su edad y su formación les permitió saber reivindicar y conseguir los primeros logros.
Hubo una fuerte lucha política hasta conseguir conservatorio profesional ¿cómo era el ambiente?
La lucha fue larga en el tiempo, esperanzas y desesperanzas. Vuelvo a resaltar la encomiable labor del director y presidentas de las AMPAS, que no desfallecieron nunca, tras interminables reuniones con la comunidad educativa y a nivel político, tanto municipal como autonómico, hasta que al final llegó el ansiado decreto donde se reconocía el entonces llamado Grado Medio que consolidaba y daba esperanza a la continuidad del centro.
¿Cómo fue ampliándose?
Más o menos como acabo de referir, primero con la consolidación del Grado Medio y después, poco a poco, concediendo la validez a cada una de las especialidades con las que hoy se cuenta.
¿Cuántas ubicaciones ha tenido?
En las antiguas escuelas del atrio, en una casona propiedad de una vecina del pueblo, hoy “Edificio Quirós”, en la Casa del Navegante y vuelta de nuevo al Atrio, pero con el edificio completamente remodelado, dando paso a unas instalaciones por fin dignas para que esta disciplina de la música pueda ser impartida como se merece.
¿De quién depende actualmente el conservatorio?
Desde el mes de enero de este año pasa a depender de la Junta de Extremadura y estar incluido en la red de centros educativos autonómico.
¿Es un gran logro para Montijo?
Por supuesto, Montijo tiene el prestigio de contar con otro centro oficial profesional con todo lo que eso conlleva.
¿Se siente orgullosa de haber estado desde sus comienzos?
Orgullosa es poco, me siento privilegiada y muy agradecida.
¿Han salido alumnos destacados de aquí?
Han salido y siguen saliendo. Había un profesor que decía y se sorprendía de que Montijo había muy buena cantera. Eran reconocidos, cuando seguían en otros conservatorios, por lo bien preparados que llegaban. Muchos son ya adultos que viven profesionalmente de la música.
Importancia de contar con este centro en Montijo...
Ya he mencionado anteriormente que contar con otro centro oficial en Montijo hace crecer las oportunidades de formación para nuestros jóvenes y los de toda la comarca que abarca el área de influencia de esta localidad.
¿Cuántos años ha pasado ejerciendo su trabajo?
Nada más y nada menos que 36, pero que se me han ido en un pispás.
¿El edificio nuevo qué ha representado para la enseñanza?
La ha dignificado y le aporta la calidad que antes no podía tener. Cuenta con la insonorización tan necesaria de la que antes se carecía, más aulas, espacios más amplios, salón de actos, sala de profesores, aula de estudios para el alumnado, en fin un montón de dependencias que durante muchos años no ha existido.
¿Qué actividades le han impactado más?
Resaltaría muchas, pero personalmente la última que fue el concierto fin de curso en el que mis compañeros y compañeras me regalaron una bonita despedida.
¿Qué ha significado a nivel personal formar parte del conservatorio?
Ha sido una parte muy importante en mi vida, pero sobre todo el contacto humano tan especial con mis queridos compis, con los alumnos pequeños y no tan pequeños, con papás y mamás que me ha resultado una experiencia muy gratificante.
¿Qué anécdotas puede recordar?
La lista sería interminable, pero por nombrar alguna, ha venido a mi mente el viaje que hicimos a Madrid para asistir a un concierto de la Orquesta y Coro de RTVE en el Auditorio Nacional, pillamos un atasco en la Gran Vía y no pudimos entrar en la sala por llegar tarde, lo vimos en unos monitores instalados en los vestíbulos ¡algo es algo!
¿Cuándo se jubila?
El pasado 21 de mayo. Me costó cuando se me acercaba ese día y me está costando ahora, les echo mucho de menos, pero a la vez el cuerpo y la mente me pedían descansar.
¿Qué destacaría del alumnado del centro?
Su tremenda educación y respeto.
¿Y de los profesores?
Su profesionalidad ante todo y su cariño y paciencia conmigo, soy consciente de que he quedado un buen grupo de amigos y amigas entre ellos a los que siempre podré acudir.
¿Algún momento especial que haya vivido que le gustaría que perdurara en la memoria?
Principalmente la despedida que me hicieron los niños en el pasillo del centro el último día de trabajo, me hicieron inmensamente feliz, me los hubiera comido enteritos.
Figura materna, ¿qué ha significado en su vida?
Todo. Fue una mujer especial, muy aficionada a la lectura y a informarse de los temas de actualidad para así poder opinar, era increíblemente paciente y sabía frenar mi impaciencia, echo mucho de menos sus sabios consejos y su complicidad conmigo, siempre la llevaré a mi lado.
¿Tuvo que cuidarla en su vejez?
Sí, la cuidé hasta su último día, fui muy duro y agotador, pero siento que es lo mejor que he hecho en mi vida.
¿A qué asociaciones pertenece o ha pertenecido?
Al club de senderistas Vegas Bajas, a la Asociación del Cáncer, a la Asociación de mujeres Elvira Quintana y a Montijanos y montijanas por el mundo.
¿Qué proyectos inmediatos tiene en su jubilación?
Ahora hacer un poco lo que me apetezca en cada momento, cualquier cosa que aparezca en mi camino y me resulte interesante y gratificante pero, sobre todo, poder vivir sin prisas.
NOMBRE: Marina Regalado Pinilla.
EDAD: 66 años.
ESTADO CIVIL: Casada.
RESIDENCIA: Montijo
UNA COMPAÑÍA: La del mi Juan, junto a la de todas las personas que me quieren.
UN LUGAR PARA VIVIR: Por supuesto, Montijo con sus luces y sombras.
UN LUGAR PARA PERDERSE: Hervás y el mar.
UNA LECTURA: El amor en los tiempos del cólera y la obra de Miguel Hernández.
UNA MÚSICA: FNocturnos de Chopin y “gracias a la vida” de Violeta Parra.
UN HOBBY: Coleccionar miniaturas..
UN SUEÑO: El poder volver a vivir una noche de Reyes, cualquier año de mi infancia, vendería mi alma al diablo para que se hiciera realidad.
Marina procede de una familia montijana, conocida por “La Fragua de los Regalaos”, regentada por su familia paterna durante cuatro generaciones. De su padre Francisco se conservan, para su exposición, trabajos en hierro y madera en el Museo de la Antigua Cámara Agraria.
Su infancia transcurre similar a la de las niñas de su generación, con juegos en la calle y asistiendo a las Escuelas Nacionales del pueblo.
De su juventud destaca los paseos por el Parque, por la Rambla o por la Plaza de España con las amigas y la época dorada de Montijo, asistiendo a los conciertos de las primeras figuras musicales del momento y a los pubs de moda.
Es hija de Francisco y de Olalla procedentes ambos de Montijo. Su padre era herrero y su madre, ama de casa. Tiene un hermano, Domingo.
¿Sus primeros colegios?
Asistí a la escuela de Ascensión Cienfuegos, donde aprendí mis primeras letras y a las Escuelas Nacionales de Las Eras y Padre Manjón, ubicadas anteriormente en el Atrio.
¿Algún recuerdo infantil?
Muchísimos y muy buenos, dependiendo de la economía humilde de mis padres, pero ellos supieron educarme para sentirme feliz con lo que tenía y no sentir envidia por nada.
¿Cómo pasó su infancia?
Muy feliz, como ya he mencionado antes, no la cambiaría por nada, tuve unos padres maravillosos que, junto a mis abuelos, tíos y primos, me hicieron sentir muy mimada y querida.
¿A qué jugaban?
Los juegos que “practicaba” eran principalmente el corro, los chinos, la picota, el piso, la goma, los santos, … ¡Ah! y a las casitas, ¡cómo no!
¿Dónde jugaban habitualmente?
Los lugares para el juego, como para todos los niños de mi generación, fueron principalmente en la calle y, por vivir mis abuelos en la calle de Hernán Cortés, era muy frecuentada para mis juegos y, por vivir en la calle de Arcos, se nos podía ver en la plazuela de Los Piñeros que entonces no estaba ajardinada, como única ornamentación estaba presidida por una farola, lo que nos permitía disponer de un amplio espacio para todo tipo de juegos.
¿Características de esas pandillas infantiles?
Se formaban con compañeros y compañeras de la escuela, con niños y niñas del barrio y primos y primas de la misma edad.
¿Trabajo paterno?
Como ya dije anteriormente, era herrero, profesión que adoraba.
¿Qué destaca de su trabajo?
Por supuesto destacaría su pasión por la artesanía, tanto de forja como de madera, de lo que ha quedado constancia con grandes trabajos conocidos por la mayoría de los montijanos. Parte de su obra permanece expuesta en el museo de la Sociedad de Labradores.
¿Son oficios que se pierden?
Pienso que van camino de perderse en su mayoría. Por ejemplo, nuestro taller familiar de fragua, que procedía de cuatro generaciones atrás,con mi padre terminó su historia. A ninguno de los descendientes posteriores les interesó continuar. Los oficios, tal y como los entendemos en un plazo corto, darán paso a otras vocaciones o profesiones.
¿Cómo pasa su juventud?
La primera parte de ella, regular, estuvo marcada por mi complejo de miope que hizo que la viviera un poco escondida, pero, de todas maneras, arropada por mis grandes amigas que aún conservo y que contaban conmigo para todo. Íbamos a tontear por el parque, por el paseo, ahora Plaza de España, y por mi afición por la lectura que absorbía todos mis fantasmas.
¿Qué lugares de encuentro tenían?
Eran siempre por la plaza, luego, de más mayor, quedábamos en alguna cafetería o bar, el de moda en aquellos momentos.
Los hábitos van cambiando en las distintas generaciones, ¿cuáles destacarías?
Destacaría sobre manera en la brecha generacional la forma de relacionarse, las nuevas tecnologías han podido con todo.
Antes se salía de lunes a domingo, ¿qué se hacía?
Principalmente ir a la discoteca y al cine, sobre todo en verano, también en mi panda teníamos costumbre los domingos de ir al campo o bien, andando o en bicicleta.
Pertenece a la generación de cintas de casete y de los guateques… ¿qué puede contarnos de esas vivencias?
Poquita cosa, mi complejo me impedía alternar con chicos, me daba mucha vergüenza y los evitaba.
Algunos jóvenes no se harán una idea de lo que era un guateque… ¿puedes describirlos?
Bueno, aunque no era asidua a ellos, básicamente consistían en contar con un espacio disponible como cocheras, casas vacías, etc…la parte organizadora que se encargaba de buscar invitados e invitadas y proveerse de un fondo común para las “bebidas variadas”, mucha música y baile, ligoteo y poco más.
¿Lugar de primeros enamoramientos?
Pues paseando por la avenida o rambla, por el paseo, en el parque y, por supuesto, en los guateques.
¿Qué horario de recogida tenían de los jóvenes en esas décadas?
Siendo adolescente salía tempranito y volvía a casa poco más o menos de cuando terminaba el cine. Ya de jóvenes también salíamos temprano, pero la recogida era bastante tarde, para las que, como a mí, nos gustaba trasnochar. Los espacios de diversión a diario podían estar abiertos hasta las tres o cuatro de la mañana, los sábados incluso más tarde.
Diferentes etapas de vida y diversión: ¿cómo vivió los 60?
Teniendo en cuenta que nací en el 57, era aún una niña y los viví como me correspondía, jugando.
¿Los 70?
Aquí empecé a espabilar, eran tiempos llenos de vida. Montijo arrastraba un ambiente increíble, a nivel lúdico, comercial y cultural. Por aquí pasaron las mejores actuaciones del momento a las que asistía con deleite, viendo mucho cine, por lo que también fue una localidad privilegiada y, por supuesto, viviendo la noche con sus por y sus contras.
¿Los famosos 80?
Muy parecidos a la década anterior.
¿Y el resto?
Pues como comencé a ser independiente por mi trabajo, un poco más de lo mismo y haciendo algunos viajes y saliendo fuera para asistir a eventos de los que aquí no podía disfrutar.
Montijo tuvo muchas discotecas ¿cuáles recuerda y qué las diferencian?
Comenzó el Hotel Colón con su sala de fiestas y sus jardines para verano, una época de mucho esplendor. Fue un lugar muy innovador y con una buena gestión.
Luego se sumaron cinco discotecas que estuvieron funcionando a la vez, Fashion, Minister, Nacha, Esmay-3 y Rainbow ¿diferencias?, ninguna, encontrábamos nuestro ambiente en unas u otras y es lo que hacía que nos sintiéramos a gusto y fuera la más frecuentada.
¿Los pubs de su juventud que más le gustaban?
Sin dudarlo dos veces, el llamado Ópera, ya pasé horas allí…ya.
Como montijana, ¿qué tradiciones ha vivido?
La de la Calavera del Conqui, las charlas en verano de las vecinas y vecinos que se sentaban en la puerta a tomar el fresco de la noche, la madrugada de ir a Barbaño para acompañar a la patrona a Montijo, los vendedores ambulantes pregonando sus mercancías, los tradicionales bastones de San Antonio de caramelo, y algunos enormes, el estrenar , sí o sí, el Domingo de Ramos, San Blas y San Isidro.
También recuerdo cuando había un bautizo y, lógicamente, la madrina llevaba al bebé hasta la iglesia andando. Entonces era tradición que en cuanto nos enterábamos la chavalería, íbamos corriendo detrás del “séquito baustimal” al grito cantarino de: “madrina pelooona, tira los confites y no te los cooomas”. La madrina en cuestión, haciéndose un poco de rogar, terminaba tirando los esperados confites y nosotros recogiendolos, cual Cabalgata de Reyes hoy.
¿Cuáles se han quedado en el camino?
Prácticamente todas, la calavera del Conqui está tratando de rescatarla la Agrupación Agla, ya con algunas variantes.
¿Cuáles permanecen que le gusten?
La de acompañar a la Virgen de Barbaño, que llega a Montijo el 28 de agosto, para presidir las fiestas en su honor.
¿Siempre en Montijo?
Siempre.
¿Qué trabajos ha realizado?
Algunos que otros muy variados y variopintos, donde más tiempo permanecí fue en un taller de costura.
¿Cuándo entra en el conservatorio?
En 1986, desde sus inicios.
¿Cómo surge la oportunidad?
Me enteré que la escuela de música había pasado a ser Conservatorio y necesitaban a una persona para llevar un poco la incipiente secretaría. Me presenté y fui aceptada, luego en el transcurso de los años, se fue consolidando mi puesto de trabajo junto con la secretaría del centro.
¿En qué consistió su labor?
Oficialmente, la de auxiliar administrativo, aunque en la realidad me he implicado en todo y para todo lo que fuera necesario, difícil de enumerar por las muchas situaciones en las que me he echado para adelante.
¿Cómo ha ido evolucionando el conservatorio?
La evolución ha sido lenta, pero siempre con paso seguro y firme hasta llegar a lo logrado a día de hoy, ¡que es mucho!
¿Muchos momentos difíciles hasta llegar hasta hoy?
Han sido muchos y duros, siempre fue la “patata caliente” para las arcas municipales. En alguna legislatura lo vimos peligrar seriamente, pero gracias a la impecable labor del director, Luis Gordillo y presidenta de las AMPAS, tanto del conservatorio como de la escuela de danza que consiguieron movilizar a todo Montijo que salió a la Plaza y se manifestaron enérgicamente consiguiendo frenar la idea municipal. Nunca he visto esa unión entre montijanos, por lo que se recuerda como un hecho que creó un antes y un después.
¿Al principio dónde se ubicó?
En las antiguas escuelas del Atrio, compartiendo edificio con la biblioteca municipal, donde curiosamente vuelve a estar hoy.
¿Qué se impartía?
Las asignaturas impartidas entonces, eran solfeo, coro, piano, guitarra.
¿Primer director y profesores?
El primer director y profesor de piano fue Luis Gordillo Macho y, ahora, el centro lleva merecidamente su nombre.
Como Secretario y profesor de solfeo y coro, Joaquín Fernández Picón y Jefe de Estudios y guitarra, Juan Guillermo Burgos Romero.
Primeros alumnos…
Los primeros alumnos oficiales del centro eran todos mayores de edad. Eran los ya matriculados en la Escuela de Música y que, cada curso eran examinados por un tribunal de Cáceres en calidad de enseñanza libre, fueron de gran ayuda para los cimientos del recién nacido conservatorio, su edad y su formación les permitió saber reivindicar y conseguir los primeros logros.
Hubo una fuerte lucha política hasta conseguir conservatorio profesional ¿cómo era el ambiente?
La lucha fue larga en el tiempo, esperanzas y desesperanzas. Vuelvo a resaltar la encomiable labor del director y presidentas de las AMPAS, que no desfallecieron nunca, tras interminables reuniones con la comunidad educativa y a nivel político, tanto municipal como autonómico, hasta que al final llegó el ansiado decreto donde se reconocía el entonces llamado Grado Medio que consolidaba y daba esperanza a la continuidad del centro.
¿Cómo fue ampliándose?
Más o menos como acabo de referir, primero con la consolidación del Grado Medio y después, poco a poco, concediendo la validez a cada una de las especialidades con las que hoy se cuenta.
¿Cuántas ubicaciones ha tenido?
En las antiguas escuelas del atrio, en una casona propiedad de una vecina del pueblo, hoy “Edificio Quirós”, en la Casa del Navegante y vuelta de nuevo al Atrio, pero con el edificio completamente remodelado, dando paso a unas instalaciones por fin dignas para que esta disciplina de la música pueda ser impartida como se merece.
¿De quién depende actualmente el conservatorio?
Desde el mes de enero de este año pasa a depender de la Junta de Extremadura y estar incluido en la red de centros educativos autonómico.
¿Es un gran logro para Montijo?
Por supuesto, Montijo tiene el prestigio de contar con otro centro oficial profesional con todo lo que eso conlleva.
¿Se siente orgullosa de haber estado desde sus comienzos?
Orgullosa es poco, me siento privilegiada y muy agradecida.
¿Han salido alumnos destacados de aquí?
Han salido y siguen saliendo. Había un profesor que decía y se sorprendía de que Montijo había muy buena cantera. Eran reconocidos, cuando seguían en otros conservatorios, por lo bien preparados que llegaban. Muchos son ya adultos que viven profesionalmente de la música.
Importancia de contar con este centro en Montijo...
Ya he mencionado anteriormente que contar con otro centro oficial en Montijo hace crecer las oportunidades de formación para nuestros jóvenes y los de toda la comarca que abarca el área de influencia de esta localidad.
¿Cuántos años ha pasado ejerciendo su trabajo?
Nada más y nada menos que 36, pero que se me han ido en un pispás.
¿El edificio nuevo qué ha representado para la enseñanza?
La ha dignificado y le aporta la calidad que antes no podía tener. Cuenta con la insonorización tan necesaria de la que antes se carecía, más aulas, espacios más amplios, salón de actos, sala de profesores, aula de estudios para el alumnado, en fin un montón de dependencias que durante muchos años no ha existido.
¿Qué actividades le han impactado más?
Resaltaría muchas, pero personalmente la última que fue el concierto fin de curso en el que mis compañeros y compañeras me regalaron una bonita despedida.
¿Qué ha significado a nivel personal formar parte del conservatorio?
Ha sido una parte muy importante en mi vida, pero sobre todo el contacto humano tan especial con mis queridos compis, con los alumnos pequeños y no tan pequeños, con papás y mamás que me ha resultado una experiencia muy gratificante.
¿Qué anécdotas puede recordar?
La lista sería interminable, pero por nombrar alguna, ha venido a mi mente el viaje que hicimos a Madrid para asistir a un concierto de la Orquesta y Coro de RTVE en el Auditorio Nacional, pillamos un atasco en la Gran Vía y no pudimos entrar en la sala por llegar tarde, lo vimos en unos monitores instalados en los vestíbulos ¡algo es algo!
¿Cuándo se jubila?
El pasado 21 de mayo. Me costó cuando se me acercaba ese día y me está costando ahora, les echo mucho de menos, pero a la vez el cuerpo y la mente me pedían descansar.
¿Qué destacaría del alumnado del centro?
Su tremenda educación y respeto.
¿Y de los profesores?
Su profesionalidad ante todo y su cariño y paciencia conmigo, soy consciente de que he quedado un buen grupo de amigos y amigas entre ellos a los que siempre podré acudir.
¿Algún momento especial que haya vivido que le gustaría que perdurara en la memoria?
Principalmente la despedida que me hicieron los niños en el pasillo del centro el último día de trabajo, me hicieron inmensamente feliz, me los hubiera comido enteritos.
Figura materna, ¿qué ha significado en su vida?
Todo. Fue una mujer especial, muy aficionada a la lectura y a informarse de los temas de actualidad para así poder opinar, era increíblemente paciente y sabía frenar mi impaciencia, echo mucho de menos sus sabios consejos y su complicidad conmigo, siempre la llevaré a mi lado.
¿Tuvo que cuidarla en su vejez?
Sí, la cuidé hasta su último día, fui muy duro y agotador, pero siento que es lo mejor que he hecho en mi vida.
¿A qué asociaciones pertenece o ha pertenecido?
Al club de senderistas Vegas Bajas, a la Asociación del Cáncer, a la Asociación de mujeres Elvira Quintana y a Montijanos y montijanas por el mundo.
¿Qué proyectos inmediatos tiene en su jubilación?
Ahora hacer un poco lo que me apetezca en cada momento, cualquier cosa que aparezca en mi camino y me resulte interesante y gratificante pero, sobre todo, poder vivir sin prisas.
NOMBRE: Marina Regalado Pinilla.
EDAD: 66 años.
ESTADO CIVIL: Casada.
RESIDENCIA: Montijo
UNA COMPAÑÍA: La del mi Juan, junto a la de todas las personas que me quieren.
UN LUGAR PARA VIVIR: Por supuesto, Montijo con sus luces y sombras.
UN LUGAR PARA PERDERSE: Hervás y el mar.
UNA LECTURA: El amor en los tiempos del cólera y la obra de Miguel Hernández.
UNA MÚSICA: FNocturnos de Chopin y “gracias a la vida” de Violeta Parra.
UN HOBBY: Coleccionar miniaturas..
UN SUEÑO: El poder volver a vivir una noche de Reyes, cualquier año de mi infancia, vendería mi alma al diablo para que se hiciera realidad.