El fenómeno de la violencia de género o familiar se ha convertido, en estas últimas décadas, en un asunto de máxima preocupación para todo ser humano que tenga un mínimo de sentimientos. Por ello, si hablamos sobre la violencia de género lo primero que me preguntaría ¿Qué está pasando? ¿Qué sinrazón está germinando en nuestra sociedad para que tengan, las víctimas, un final tan dramático? ¿Cómo existen mentes tan malignas capaces de segar la vida de tantos y tantas inocentes tan incomprensiblemente?... y no encuentro respuestas ¡no las hay!, solo una situación de malestar o rechazo general incapaz de frenar esta horrible situación.
Nuestras concentraciones para denunciar estos asesinatos, desgraciadamente, apenas sirven para nada porque esto sigue en aumento, no hay día que las noticias no nos sorprendan con nuevos casos de asesinatos y son las mujeres, ahora también los niños, las principales víctimas. Es posible que exista en la actualidad una creciente proliferación de recursos de ayudas, campañas de sensibilización… pero esto parece no tener fin, las mentes trastornadas por los celos o el poder de posesión son más poderosas, tristemente, que la cordura. Pienso que, aparte de estas campañas, hay que crear leyes más duras contra estos criminales capaces de segar tantas vidas de inocentes.
Penas más duras y denunciar si conocemos algún caso en nuestro entorno. No debemos consentir el abuso del más fuerte hacía el más débil con el fin de ejercer un control irracional sobre la pareja o los hijos ¡terminemos, entre todos, con este desequilibrio de poder que tantas lágrimas está causando!
La sinrazón convive con nosotros y eso, aparte de lamentable, es muy peligroso. En una de sus frases, el escritor Isaac Asimov, afirmó algo que yo comparto plenamente con él: “Nos acostumbramos a la violencia y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa”.
La violencia solo engendra violencia, llevándose por delante a seres inocentes de la manera más espeluznante. Crímenes que apenas, si tienes buenos sentimientos, puedes asimilar y los vives en la más dura de las impotencias. Y vuelvo a hacerme la misma pregunta que al principio: ¿Qué está pasando para que tengamos que conocer a diario nuevas noticias sobre violencia de género o familiar?
Hay que encontrar una solución, sea como sea, para poder atajar cuanto antes estas escenas de violencia, de agresión y lo que es aún peor, de sangre.  Se necesitan medidas  necesarias que se trabajen entre todos, sin contradicciones entre unos y otros, las cuales nos lleven a desterrar la violencia de nuestra sociedad.