Lunes, 15 de Septiembre de 2025

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Lucas Navareño
Jueves, 03 de Agosto de 2023 Actualizada Jueves, 03 de Agosto de 2023 a las 14:15:08 horas

Tik Tok

Han ido engullendo nuestro tiempo libre igual que las drogas, aquellas que sufrimos en los 80 y que fueron destruyendo a muchas personas hasta hacerlas perder su personalidad, dominarlas conseguir despersonalizarlas creándoles un mundo distinto que enganchaba y no les dejaba vivir. Las drogas de los 80 tenían la facilidad de que quien estaba enganchado a ellas era fácilmente reconocible en su cambio a nivel físico, a nivel mental. Las nuevas están dispersas en todos los estratos sociales, en todas las edades, y lo peor de todo, la sociedad no se percata de cómo van consiguiendo que poco a poco vayamos dejando nuestro pensamiento, nuestra actitud crítica y lo sustituyamos por lo que nos dan hecho, por lo fácil, por el entretenimiento vacío, el pan y circo al que nos vienen sometiendo desde la época imperial romana.
A estas alturas ya se habrán dado cuenta de a qué me refiero. Las aplicaciones sociales de fácil acceso para el usuario a las que damos más información sobre nosotros de la que damos a los que nos rodean. Facebook, Instagram, Twitter, Youtube, Whassap… y la que en la actualidad monopoliza poco a poco al resto Tiktok, una aplicación a toda vista inocua, pero con una capacidad de anular el pensamiento crítico como nunca se había conocido.
Tiktok tiene características propias. Vídeos cortos, de hasta un minuto, uno detrás de otro, sin permitir que pienses, sin razonar… además, la aplicación ve donde paras, sabe que temática gusta y te personaliza esa temática. Hace que tu cerebro se relaje y disfrute. Es como cuando ves una película en la que solamente te ponen lo que a ti te gusta, suprimiéndote todo aquello que te hace pensar, lo que activa tu cerebro para ayudarte a crecer, que te hace tener un pensamiento crítico con lo que te rodea. Solamente tocando las hormonas placenteras que, si bien son beneficiosas, los psiquiatras y psicólogos nos dicen que a la larga no son nada buenas para nuestro cerebro. Nuestro cerebro, cuantos más estímulos reciba de forma externa, menos trabaja de forma interna. Y cuando dejamos de utilizar las cosas, se anquilosan, se atrofian y dejan de funcionar.
Si nos acostumbramos a Tiktok, veremos que lo que antes nos obligaba a luchar por conseguirlo, con el efecto Tiktok pensaremos que eso llega porque sí, sin esforzarse. Y comprobar que nuestra vida no es TikTok, nos hará vernos infelices, nos llevará a la depresión, nos generará unos efectos tan perniciosos y dependientes al tema de drogas con el que inicie mi columna. Nuestras emociones hay que crearlas desde la realidad, hay que saber frustrarnos. La vida es una permanente lucha en la que hay que saber disfrutar lo bueno, pero hay que saber gestionar lo malo y esta última gestión en TikTok, nunca la vamos a aprender. [email protected]

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