Fechas de alegrías y llantos en lo deportivo. Con el final de cada temporada es un torbellino de emocionas para los equipos que promocionan o que optan a plazas en categorías superiores, y también para aquellos que se ven abocados al descenso.

Tiempo de primera sin tempestades para aquellos equipos que se sitúan en la parte media de la tabla clasificatoria, quienes normalmente se guardan en preparar la próxima temporada.

En este lugar está el Santa Teresa Badajoz, o debería estarlo, porque cualquiera que haya sabido del último encuentro del Santa, diría que era un equipo en descenso. Novenas en la tabla, las jugadoras del Santa, entre ellas la montijana Andrea Tejeda, la obandina Alicia Jaén y Sheila Cerrato, de Barbaño, finalizaban la temporada con un futuro absolutamente incierto. Y por eso el lamento de todos quienes han trabajado esta temporada en sacar adelante el proyecto, por puro compromiso y amor a un escudo, esto es, jugadoras, cuerpo técnico y unos padres empeñados en ayudar a sus hijas a solventar la campaña con la dignidad que ellas exigían.

Desde las redes sociales que han continuado animando a los equipos filial y base, se daba las gracias a todos quienes componen estas dos plantillas y a quienes llaman “héroes sin capa”, Isabel Machuca, Alfonso Cerrato y Emi González, los tres padres que componían la Junta Directiva que ha liderado el club batallando la forma de disputar cada jornada.

Con el final de la temporada, se anunciaban la convocatoria de una asamblea extraordinaria de socios “para informar a los mismos de la finalización de la temporada y proceder si no existen alternativas viables, a la disolución de la entidad, circunstancia que debe ser validada por los socios de la entidad deportiva”.

Un final doloroso para un Santa Teresa ya cojo de por sí, que ha remado contra viento y marea, tras la desaparición del senior y de la propia estructura del club, sin apenas medios para abordar cada jornada y finalizar en una más que honrosa  novena posición.