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Elisa Martín
Martes, 16 de Mayo de 2023 Actualizada Martes, 16 de Mayo de 2023 a las 12:50:00 horas

Las tragedias no caducan


Estoy uno de estos días en un grupo de trabajo en el que cada semana analizamos la comunicación a un nivel muy profundo, a veces del entorno personal y en otras ocasiones profesional. Este día hablamos de la escucha y toma la palabra una mujer que vivió una gran tragedia familiar hace unos años, relacionada con su hijo. Comenta que ya nadie de su entorno quiere escucharla. Ella tiene mucho dentro: infinito dolor, reflexiones, procesos que compartir… Pero su tiempo pasó. .


Ahora los suyos están a otras cosas y, si ella expresa lo que siente, puede que les haga revivir la tragedia, o que les duela que ella siga sufriendo (normalmente disimula) o, sencillamente, no quieren pasar un mal rato. Cuando ella a veces comenta que sigue sufriendo, le preguntan ansiosos “Pero ya algo mejor, ¿no?”. Se da cuenta de que la quieren sacar de ahí, lo cual es lógico. Pero las tragedias no caducan. Aunque  nuestra mente tiende a pasar página, a  alejarnos de aquello que nos duele, que nos incomoda como es escuchar algo negativo. Sin darnos cuenta de que nos estamos alejando de la realidad para tranquilizarnos.

 
Le comento que me estremece pensar que mis familiares o amigos tengan necesidad de comunicar todo eso que llevan en lo más profundo y sientan que no tienen con quién hablarlo. Realmente, ésa es la puerta que abren los profesionales de la psicología que, además de proponer terapias concretas, dedican buena parte de su tiempo a escuchar con atención.


Creo que una solución a esta situación, para quien necesite hablar, es hacer una petición de escucha: “Necesito hablar contigo de algunas cosas que siento/me preocupan/me inquietan. ¿Podemos encontrar un espacio para hacerlo?”. Es decir, entender que no vale cualquier momento ni cualquier lugar. Y tampoco cualquier persona.  Es una conversación que merece una cita especial. Un “vamos a quedar para hablar del tema” delante de un café o en un paseo tranquilo.


Y atención porque esta mujer dijo algo que me pareció importante: “Mucha gente no sabe escuchar, enseguida se ponen a dar consejos. No se trata de hacer ninguna acción, la acción es poder hablar de lo que sientes. Sólo eso es una gran ayuda.” Esto ya da una buena vuelta de tuerca al tema, porque se trata de escuchar hasta el final, sin interrumpir, sin invadir, sin cambiar el tema a otros escenarios parecidos pero que son eso, otros escenarios, otras historias, no la que nos ocupa.


La gran pregunta es: ¿Tienes a alguien a tu lado con esta necesidad de compartir sus sentimientos, sus miedos, su proceso? Siéntate a su lado con paciencia y escúchala con  atención. Le estarás regalando un tesoro.

 

Elisa Martín es periodista y coach de comunicación 

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