Untar el eje
Viene la expresión de “untar el eje” en sentido figurado al hecho de sobornar, y hace referencia al engrase del eje de un vehículo para que este funcione mejor. Hay muchas formas de sobornos y una de ellas pasa por dar algún regalo al funcionario para que este favorezca la resolución rápida de según que expedientes. Hay otros tipos de sobornos, como el que se realiza por parte de políticos sin escrúpulos que, elegidos para administrar los asuntos de una población, piensan que pueden hacer lo que les venga en gana y tomar as entidades como si de su empresa se tratara. Y es que, en la actualidad, no es difícil sacar a relucir prácticas totalmente indecorosas de nuestros gobernantes como la que han sacado al actual alcalde de Mérida, ese al que tenemos que recordarle que prometió estar dos legislaturas y por el camino, ya ha olvidado su promesa. Y es que resulta que, al edil, le han grabado una conversación por la que deja a las claras la política municipal del proceder de las contrataciones realizadas en el ayuntamiento de Mérida en el que el mérito y la capacidad es estar en el círculo del partido y obedecer y acatar las consignas del señor alcalde “el que denuncie al ayuntamiento, no vuelve a pisarlo”.
El problema de todo esto es que la práctica de este tipo de procedimientos de contratación en muchas de nuestras administraciones es así y parece un acto normal por la costumbre con la que se realiza. Además, hecha la ley, hecha la trampa, se cambian clausulas o como dice en un momento de la conversación montas una empresa o te das de autónomo y se acabó el problema. El proceder de nuestros políticos es lamentable. Ya debería haber dimitido si tuviera una raspa de dignidad, y si no dimite, deberían ser los miembros de su partido los que procedieran a eliminarlo por cuestiones de limpieza. No puede existir un ayuntamiento en el que los procedimientos de contratación sean los que deja claramente entrever el representante de todos los emeritenses porque dejan a la clara que el ayuntamiento pasa a ser un “hay untamiento”. Se necesita limpieza en nuestras administraciones y parece que en el caso de Mérida hay que empezar por la mismísima alcaldía. Una ciudad Patrimonio de la Humanidad no merece procedimientos tan chuscos como el que demuestra el edil en la conversación grabada. Y sí, tampoco es correcto que se grabe una conversación privada, pero esa es otra cuestión.
Dice que “la mujer del Cesar no solo debe ser honesta, además lo debe parecer”. En este caso, ni lo uno, ni lo otro. Y por seguir con dichos es evidente que al alcalde “lo han pillado con el carrito de los helados” porque además “no hay peor cuña que la de la misma madera” y en este caso la cuña vino desde su círculo cercano. [email protected]
Viene la expresión de “untar el eje” en sentido figurado al hecho de sobornar, y hace referencia al engrase del eje de un vehículo para que este funcione mejor. Hay muchas formas de sobornos y una de ellas pasa por dar algún regalo al funcionario para que este favorezca la resolución rápida de según que expedientes. Hay otros tipos de sobornos, como el que se realiza por parte de políticos sin escrúpulos que, elegidos para administrar los asuntos de una población, piensan que pueden hacer lo que les venga en gana y tomar as entidades como si de su empresa se tratara. Y es que, en la actualidad, no es difícil sacar a relucir prácticas totalmente indecorosas de nuestros gobernantes como la que han sacado al actual alcalde de Mérida, ese al que tenemos que recordarle que prometió estar dos legislaturas y por el camino, ya ha olvidado su promesa. Y es que resulta que, al edil, le han grabado una conversación por la que deja a las claras la política municipal del proceder de las contrataciones realizadas en el ayuntamiento de Mérida en el que el mérito y la capacidad es estar en el círculo del partido y obedecer y acatar las consignas del señor alcalde “el que denuncie al ayuntamiento, no vuelve a pisarlo”.
El problema de todo esto es que la práctica de este tipo de procedimientos de contratación en muchas de nuestras administraciones es así y parece un acto normal por la costumbre con la que se realiza. Además, hecha la ley, hecha la trampa, se cambian clausulas o como dice en un momento de la conversación montas una empresa o te das de autónomo y se acabó el problema. El proceder de nuestros políticos es lamentable. Ya debería haber dimitido si tuviera una raspa de dignidad, y si no dimite, deberían ser los miembros de su partido los que procedieran a eliminarlo por cuestiones de limpieza. No puede existir un ayuntamiento en el que los procedimientos de contratación sean los que deja claramente entrever el representante de todos los emeritenses porque dejan a la clara que el ayuntamiento pasa a ser un “hay untamiento”. Se necesita limpieza en nuestras administraciones y parece que en el caso de Mérida hay que empezar por la mismísima alcaldía. Una ciudad Patrimonio de la Humanidad no merece procedimientos tan chuscos como el que demuestra el edil en la conversación grabada. Y sí, tampoco es correcto que se grabe una conversación privada, pero esa es otra cuestión.
Dice que “la mujer del Cesar no solo debe ser honesta, además lo debe parecer”. En este caso, ni lo uno, ni lo otro. Y por seguir con dichos es evidente que al alcalde “lo han pillado con el carrito de los helados” porque además “no hay peor cuña que la de la misma madera” y en este caso la cuña vino desde su círculo cercano. [email protected]
























