Enfocar lo positivo
Leía uno de estos días una reflexión que me deja dando vueltas a la cabeza: “La preocupación nunca le quita al mañana su pena, sólo le quita al hoy su alegría.” Y me llama la atención porque hace tiempo que me vengo dando cuenta de las malas jugadas que nos hace estar todo el día pensando y dando vueltas a las cosas. Mi trabajo actual me permite bucear en las personas, en sus pensamientos, sus emociones, sus expectativas y sus acciones.
Es un privilegio acompañar a mis clientes a analizar todas estas cuestiones, dónde suelen encontrar la causa del freno hacia sus objetivos. Hacemos juntos descubrimientos de lo más interesantes. Nuestros pensamientos, en general, están centrados en el pasado o en el futuro. En el pasado para lamentarnos por todo aquello que nos ha salido mal y aprovechando para ponernos montones de etiquetas negativas que nos acompañan para siempre. Y en el futuro para ver mil y un problema que nunca llegarán a ser reales. Poco tiempo le dedicamos al presente, que es lo único con lo que verdaderamente contamos.
Tener una actitud más positiva ante la vida es encontrar razones para apreciar todo lo bueno que tenemos. Está demostrado que nuestras creencias y cómo las imaginamos, si son negativas, nos llevan a quedarnos en el problema, dando vueltas y vueltas a la misma cosa sin ser capaces de salir de ahí.
Nuestros pensamientos negativos nos generan mucho malestar. Y, curiosamente, lo que hoy nos preocupa es el mismo pensamiento que ayer y que hace una semana. Estamos atrapados en él como una mosca en una tela de araña. Esto acaba siendo tóxico, porque nuestra mente y nuestro cuerpo están conectados. Es absurdo pensar que va cada uno por su lado.
En cambio, si llevamos de forma consciente nuestra mente a lo positivo, caminaremos hacia delante de manera más ligera, más valiente, más saludable. Siempre hay motivos para agradecer, siempre.
Pensar con optimismo no es pecar de ingenuidad y ver por todos lados corazones y unicornios de colores. Es mirar más las soluciones que los problemas y trabajar más el agradecimiento que la queja. Es respirar profundamente para no perder la perspectiva de donde estamos en este momento.
Si tenemos que mirar atrás, recordemos todo lo bueno que hemos hecho y aceptemos los errores como parte de la vida. Y al mirar hacia adelante, aceptemos que todo cambia, que todo acaba y que muchas cuestiones están fuera de nuestro control. Si lo hacemos así, nuestra salud física y mental nos lo agradecerá.
"La vida es un viaje que merece la pena. De cada etapa vital hay que aprender a sacar el lado positivo" Mario Alonso Puig
Elisa Martín es periodista y coach de comunicación
Leía uno de estos días una reflexión que me deja dando vueltas a la cabeza: “La preocupación nunca le quita al mañana su pena, sólo le quita al hoy su alegría.” Y me llama la atención porque hace tiempo que me vengo dando cuenta de las malas jugadas que nos hace estar todo el día pensando y dando vueltas a las cosas. Mi trabajo actual me permite bucear en las personas, en sus pensamientos, sus emociones, sus expectativas y sus acciones.
Es un privilegio acompañar a mis clientes a analizar todas estas cuestiones, dónde suelen encontrar la causa del freno hacia sus objetivos. Hacemos juntos descubrimientos de lo más interesantes. Nuestros pensamientos, en general, están centrados en el pasado o en el futuro. En el pasado para lamentarnos por todo aquello que nos ha salido mal y aprovechando para ponernos montones de etiquetas negativas que nos acompañan para siempre. Y en el futuro para ver mil y un problema que nunca llegarán a ser reales. Poco tiempo le dedicamos al presente, que es lo único con lo que verdaderamente contamos.
Tener una actitud más positiva ante la vida es encontrar razones para apreciar todo lo bueno que tenemos. Está demostrado que nuestras creencias y cómo las imaginamos, si son negativas, nos llevan a quedarnos en el problema, dando vueltas y vueltas a la misma cosa sin ser capaces de salir de ahí.
Nuestros pensamientos negativos nos generan mucho malestar. Y, curiosamente, lo que hoy nos preocupa es el mismo pensamiento que ayer y que hace una semana. Estamos atrapados en él como una mosca en una tela de araña. Esto acaba siendo tóxico, porque nuestra mente y nuestro cuerpo están conectados. Es absurdo pensar que va cada uno por su lado.
En cambio, si llevamos de forma consciente nuestra mente a lo positivo, caminaremos hacia delante de manera más ligera, más valiente, más saludable. Siempre hay motivos para agradecer, siempre.
Pensar con optimismo no es pecar de ingenuidad y ver por todos lados corazones y unicornios de colores. Es mirar más las soluciones que los problemas y trabajar más el agradecimiento que la queja. Es respirar profundamente para no perder la perspectiva de donde estamos en este momento.
Si tenemos que mirar atrás, recordemos todo lo bueno que hemos hecho y aceptemos los errores como parte de la vida. Y al mirar hacia adelante, aceptemos que todo cambia, que todo acaba y que muchas cuestiones están fuera de nuestro control. Si lo hacemos así, nuestra salud física y mental nos lo agradecerá.
"La vida es un viaje que merece la pena. De cada etapa vital hay que aprender a sacar el lado positivo" Mario Alonso Puig
Elisa Martín es periodista y coach de comunicación