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Lucas Navareño
Martes, 07 de Febrero de 2023 Actualizada Martes, 07 de Febrero de 2023 a las 14:23:26 horas

Anabel

En el colegio, era Anabel la que durante todo el año se encargaba de ir a buscar el agua que se bebía en el aula de la escuela del maestro Santiago, y no lo tenía fácil. La fuente más cercana, se encontraba a veinte minutos de su colegio, a los pies de la sierra de Arroyo
Para transportar el agua, disponía de dos cántaros que permitían tener el agua fresca durante toda la mañana y, para que pudiera transportar los cántaros, los ensartaba en un palo que colocaba alrededor del cuello.
No sabía que uno de los cántaros tenía una grieta por la que se escapaba parte del agua y, cuando llegaba de vuelta al cole, solamente tenía la mitad del contenido. Así ocurría día tras día durante todo el año y Anabel que transportaba los cántaros a la espalda, no era consciente que en el trayecto de vuelta, el cántaro derecho iba perdiendo gota a gota hasta quedar a la mitad cuando estaba de regreso en el colegio.
Llegado el final del curso, Anabel no resistió más la rabia que le daba no llegar con el cántaro lleno y comentó a su maestro Santiago:
- “Maestro, qué vergüenza me da que todo este año no haya conseguido traer ni un solo día los cántaros con todo el agua.”
-“No digas eso”, comento su maestro. “Vamos hasta la fuente y a la vuelta, verás qué hermoso está el camino de vuelta”.
Y así fue, a la vuelta, Anabel miraba a su alrededor y contemplaba la belleza del camino.
-”¿Ves las flores que han crecido en la cuneta? ¿Te das cuenta de que solamente hay flores en esta cuneta?. Pues tú eres la responsable de que esté así de bonito. Planté semillas en este lado porque sabía que crecerían sabiendo que brotarían con el agua que derramabas a diario. He disfrutado del paseo al colegio, y además he tenido decorado el jarrón que tengo en mi mesa. Mira si ese defecto ha traído beneficios y nos ha alegrado la vida…”
Este cuento japonés (cultura que admiro) encierra una lección sobre la actitud correcta frente a los defectos o incapacidades y va en consonancia con el estrés al que hemos acostumbrado a formar parte de nuestras vidas. El origen del estrés en la mayoría de las ocasiones nos viene por nuestro temor a no estar a la altura de las expectativas.
El estrés es uno de los males de nuestra actual civilización en el que todo lo hacemos con prisa. Tenemos que tener presente en nuestra mente el hermoso paseo con flores y disfrutar de ello, y olvidar la importancia de llevar los cántaros hasta arriba con la carga de estrés que nos reporta.  [email protected]

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