Cuidado con los consejos
Rosi es una mujer de mediana edad, trabaja en la hostelería y fuma desde los 20 años.
Desde hace algún tiempo se encuentra más cansada al hacer ejercicio físico y sabe que ese hábito no le ayuda a tener una buena salud. Sin embargo, no cree que sea ahora el momento de dejarlo porque se encuentra un poco estresada y con muchas cosas a las que hacer frente.
Luis, su pareja, se ha propuesto motivarla y para ello, ha optado por enviarle información que encuentra en internet sobre las consecuencias negativas de fumar, ha aprovechado una cita con el médico para que éste le dé más argumentos y cada vez que ella se enciende un cigarrillo, le pone mala cara.
Luis probablemente desconoce que esto que está haciendo no sólo no es efectivo para que Rosi deje de fumar, sino que además, es contraproducente. Hace que Rosi se estanque más en la posición que está ahora mismo. ¿Cómo es esto posible siendo tan convincentes los argumentos de Luis?
Comencemos diciendo que todo cambio implica un esfuerzo y con ello un displacer. Por muy positivo que pueda ser éste a largo plazo, al inicio nos encontraremos con una serie de renuncias e incomodidades. Rosi puede legítimamente no estar ahora dispuesta a asumir el esfuerzo y malestar que supone dicho cambio. Por ello, en estos momentos, la información que Luis le da, le resulta algo aversivo y se defiende cambiando de tema, diciendo que hay cosas peores, que no fuma tanto, que de algo hay que morir…
Nadie hace un cambio hasta que no contacta con la necesidad de hacerlo y no hablo de saberlo en el sentido racional, hablo de sentirlo, de percibir que no estamos donde queremos, de sentirnos incómodos y ridículos actuando en una dirección que nos genera malestar.
Luis quiere lo mejor para ella y trata de acelerar ese proceso mostrándole a ella el camino.
Sin embargo, incluso aún cuando consiguiera su objetivo, Rosi estaría cambiando porque es lógico o porque su familia quiere, pero no porque haya sentido la necesidad real de hacerlo y en muchas ocasiones esto crea un compromiso muy débil.
Quizás sería mejor para Luis estar al lado de Rosi y no delante. Aprovechar los momentos en los que Rosi se plantee hacer algo con el tabaco para acercarse a cómo se siente, para entablar un diálogo sobre los motivos que le llevan a dudarlo, sobre lo que querría conseguir haciendo ese esfuerzo y lo difícil que es para ella. De este modo quizá Rosi lo consideraría una ayuda y no una serie de consejitos incómodos que no entienden qué es lo que ella siete de verdad.
Rosi es una mujer de mediana edad, trabaja en la hostelería y fuma desde los 20 años.
Desde hace algún tiempo se encuentra más cansada al hacer ejercicio físico y sabe que ese hábito no le ayuda a tener una buena salud. Sin embargo, no cree que sea ahora el momento de dejarlo porque se encuentra un poco estresada y con muchas cosas a las que hacer frente.
Luis, su pareja, se ha propuesto motivarla y para ello, ha optado por enviarle información que encuentra en internet sobre las consecuencias negativas de fumar, ha aprovechado una cita con el médico para que éste le dé más argumentos y cada vez que ella se enciende un cigarrillo, le pone mala cara.
Luis probablemente desconoce que esto que está haciendo no sólo no es efectivo para que Rosi deje de fumar, sino que además, es contraproducente. Hace que Rosi se estanque más en la posición que está ahora mismo. ¿Cómo es esto posible siendo tan convincentes los argumentos de Luis?
Comencemos diciendo que todo cambio implica un esfuerzo y con ello un displacer. Por muy positivo que pueda ser éste a largo plazo, al inicio nos encontraremos con una serie de renuncias e incomodidades. Rosi puede legítimamente no estar ahora dispuesta a asumir el esfuerzo y malestar que supone dicho cambio. Por ello, en estos momentos, la información que Luis le da, le resulta algo aversivo y se defiende cambiando de tema, diciendo que hay cosas peores, que no fuma tanto, que de algo hay que morir…
Nadie hace un cambio hasta que no contacta con la necesidad de hacerlo y no hablo de saberlo en el sentido racional, hablo de sentirlo, de percibir que no estamos donde queremos, de sentirnos incómodos y ridículos actuando en una dirección que nos genera malestar.
Luis quiere lo mejor para ella y trata de acelerar ese proceso mostrándole a ella el camino.
Sin embargo, incluso aún cuando consiguiera su objetivo, Rosi estaría cambiando porque es lógico o porque su familia quiere, pero no porque haya sentido la necesidad real de hacerlo y en muchas ocasiones esto crea un compromiso muy débil.
Quizás sería mejor para Luis estar al lado de Rosi y no delante. Aprovechar los momentos en los que Rosi se plantee hacer algo con el tabaco para acercarse a cómo se siente, para entablar un diálogo sobre los motivos que le llevan a dudarlo, sobre lo que querría conseguir haciendo ese esfuerzo y lo difícil que es para ella. De este modo quizá Rosi lo consideraría una ayuda y no una serie de consejitos incómodos que no entienden qué es lo que ella siete de verdad.