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Lucas Navareño
Martes, 10 de Enero de 2023 Actualizada Martes, 10 de Enero de 2023 a las 19:11:28 horas

Mindfulness o Atención Plena

Solo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el único día para amar, creer, hacer y principalmente vivir”. Dalai Lama.
Elegí escribir este artículo por una razón a la que me aferro por sistema. Ser positivo por más limones que te de la vida (haz limonada), y si la anterior columna iba orientada a las consecuencias psíquicas del Covid, lo justo es que en esta le busquemos solución.
Aunque hay quien confunde Atención Plena o Mindfulness con la meditación, no tienen el mismo significado. El mindfulness es más una filosofía de vida que incluye en ella la práctica de la meditación. Y aunque suene a novedad, se realizaba ya hace 2500 años relacionada con la espiritualidad y con el acto de meditar tan habitual entre los monjes budistas y que nosotros hemos asumido y occidentalizado. Lo bueno que lleva esta práctica de la Atención Plena es que aunque lo parezca, no se vincula con ninguna religión. Su objetivo es el de mejorar la calidad de vida de las personas en términos muy concretos sin entrar en creencias personales, lo que la hace válida para todas las personas que quieren hacer uso de esta técnica.
La Atención Plena consiste en saber focalizar nuestra mente centrándonos en lo que sucede en ese momento, aceptándolo sin más, sin cambiar ni juzgar nada. En definitiva, concentrarse en lo que nos sucede a nosotros y a nuestro alrededor, aprendiendo a descartar el ruido y las distracciones. Es una técnica que fue llevada al campo de la salud en clínicas dedicadas a trabajar el estrés con magníficos resultados en cuanto a ayudar a las personas a aprender a convivir en condiciones médicas crónicas.
Está comprobado que, incluida en nuestra rutina diaria, la Atención Plena consigue múltiples beneficios para nuestra salud física y mental. Es beneficiosa para el autocontrol en los niños, ayuda a afrontar circunstancias traumáticas y se utiliza a menudo para reducir el estrés y la ansiedad, permitiendo prescindir de los efectos secundarios de las pastillas. Igualmente nos ayuda a mejorar los niveles de concentración y de memoria y a que desaparezcan los pensamientos que a veces nos desbordan. Y para redondear, nos permite mitigar y reducir el dolor. La práctica de la Atención Plena nos va a permitir una conexión directa con nosotros mismos, con nuestro cuerpo, con nuestra mente. Nos permitirá poder gestionar nuestros pensamientos y emociones. ¿Alguien da más por menos? Es cierto que hay que trabajar para conseguirlo y hay que entrenarse para ello. Técnicas como el yoga, la meditación, la respiración consciente nos permiten alcanzar la “Atención Plena”. Ahora en estas fechas es un buen momento para planteárnoslo. ¿Te animas? [email protected]

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