La montijana Silvia Gallana, impulsora de una investigación pionera en cirugía de cáncer oral con la que ya han sido tratados más de 200 pacientes
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De un tiempo a esta parte, la mayor parte de la población ha entendido la importancia de la Sanidad Pública, de la investigación médica y científica y de la necesidad de invertir en la mejora de estos servicios que, a su vez, no es más que una inversión en nosotros mismos, en nuestro futuro y nuestro bienestar.
Todos conocemos el nombre de varios hospitales que destacan en diferentes ámbitos de la medicina y en sus avances e investigaciones.
El Hospital Universitario Virgen Macarena, de Sevilla, es uno de ellos, referente desde hace veinte años en el tratamiento del cáncer oral a través del trabajo realizado por el equipo de cirugía maxilofacial junto a otros servicios del hospital pionero en nuestro país.
Y dentro de este equipo, la montijana Silvia Gallana Álvarez, impulsora del proyecto “Biopsia selectiva del ganglio centinela en el cáncer oral”, su propia tésis doctoral, que finalizó tras años de investigación, en 2016 con calificación de Cum Laude por la Universidad de Sevilla.
Silvia, que estudió Medicina en la facultad pacense, es un ejemplo del talento y el potencial de los médicos españoles puestos al servicio de todos.
Tras finalizar sus estudios en Badajoz, la montijana aprueba el MIR y realiza la especialidad de cirugía oral y maxilofacial en el hospital sevillano del que forma parte desde entonces, aunque en este tiempo, también ha obtenido la licenciatura en Odontología.
Inicia la especialidad en el 2000 y unos años después, el Virgen Macarena introduce de forma pionera el estudio que hará más fácil y menos invasiva la cirugía que hoy ocupa artículos en revistas de medicina e investigación.
“En 2004 empezamos un trabajo de investigación que obtuvo una beca por el Insituto de Salud Carlos III con un total de 96 pacientes”, nos cuenta. El objetivo era demostrar que la técnica que investigaban era válida para su aplicación en cáncer oral.
Antes, el tratamiento para los pacientes con cáncer en la cavidad oral (en lengua, encía, suelo de la boca…) era el de extirpar, además del tumor, todos los ganglios del cuello homolaterales a la lesión, explica Silvia. “Lo que se llama disección ganglionar cervical. Esto se hacía, con carácter preventivo, a todos los pacientes. Pero suponía una intervención larga, de casi 4 horas, bastante agresiva, estancias hospitalarias prolongadas y que ocasionaba dificultades posteriores para el paciente, que a veces tenía dificultad en la movilidad del hombro, lo que incluso podía ser un impedimento para que se reincoporara a su actividad laboral. Además, en más del 70% de los pacientes, esos ganglios eran negativos, no estaban afectados por el tumor, por lo que además de causar muchas complicaciones en los pacientes se traducía en un elevado consumo de recursos para el sistema, de los que realmente no era necesario hacer uso”.
Con el estudio realizado por la montijana, se permite identificar, a través de una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, cuáles son los paciente que tienen ganglios cervicales afectados por el tumor. Solo a los que están afectados se les realiza la disección cervical, por lo que para la mayoría, la duración de la cirugía se reduce casi a la mitad y, asimismo, las complicaciones que pueden darse para el paciente, que se marcha a su casa apenas unos días después, sin problemas de movilidad en el cuello y el hombro.
Esta es la técnica que usan de forma completa en la práctica diaria del hospital y de la que se han beneficaido ya casi casi 250 pacientes tratados.
“Se trata de seleccionar al paciente según sus necesidades, antes tratábamos a todos por igual”, señala Silvia, que destaca también lo fundamental del trabajo de sus compañeros de medicina nuclear y de anatomía patológica a la hora de poder desarrollar esta técnica interventiva. Porque el avance en cualquier ámbito de la sociedad, se hace en grupo, en conjunto. Por eso en los agradecimientos de su propia tésis, la que ha mejorado la calidad de vida de muchos pacientes de cáncer oral tras su intervención, no se ha olvidado de nombrar no sólo a profesores y compañeros, sino a su propia familia, marido, hijas, padres y hermanos, incluso a los propios pacientes. Porque cada uno sumó, a su manera, para que la cirujana haya podido poner todo su conocimientos a disposición de los demás.
De un tiempo a esta parte, la mayor parte de la población ha entendido la importancia de la Sanidad Pública, de la investigación médica y científica y de la necesidad de invertir en la mejora de estos servicios que, a su vez, no es más que una inversión en nosotros mismos, en nuestro futuro y nuestro bienestar.
Todos conocemos el nombre de varios hospitales que destacan en diferentes ámbitos de la medicina y en sus avances e investigaciones.
El Hospital Universitario Virgen Macarena, de Sevilla, es uno de ellos, referente desde hace veinte años en el tratamiento del cáncer oral a través del trabajo realizado por el equipo de cirugía maxilofacial junto a otros servicios del hospital pionero en nuestro país.
Y dentro de este equipo, la montijana Silvia Gallana Álvarez, impulsora del proyecto “Biopsia selectiva del ganglio centinela en el cáncer oral”, su propia tésis doctoral, que finalizó tras años de investigación, en 2016 con calificación de Cum Laude por la Universidad de Sevilla.
Silvia, que estudió Medicina en la facultad pacense, es un ejemplo del talento y el potencial de los médicos españoles puestos al servicio de todos.
Tras finalizar sus estudios en Badajoz, la montijana aprueba el MIR y realiza la especialidad de cirugía oral y maxilofacial en el hospital sevillano del que forma parte desde entonces, aunque en este tiempo, también ha obtenido la licenciatura en Odontología.
Inicia la especialidad en el 2000 y unos años después, el Virgen Macarena introduce de forma pionera el estudio que hará más fácil y menos invasiva la cirugía que hoy ocupa artículos en revistas de medicina e investigación.
“En 2004 empezamos un trabajo de investigación que obtuvo una beca por el Insituto de Salud Carlos III con un total de 96 pacientes”, nos cuenta. El objetivo era demostrar que la técnica que investigaban era válida para su aplicación en cáncer oral.
Antes, el tratamiento para los pacientes con cáncer en la cavidad oral (en lengua, encía, suelo de la boca…) era el de extirpar, además del tumor, todos los ganglios del cuello homolaterales a la lesión, explica Silvia. “Lo que se llama disección ganglionar cervical. Esto se hacía, con carácter preventivo, a todos los pacientes. Pero suponía una intervención larga, de casi 4 horas, bastante agresiva, estancias hospitalarias prolongadas y que ocasionaba dificultades posteriores para el paciente, que a veces tenía dificultad en la movilidad del hombro, lo que incluso podía ser un impedimento para que se reincoporara a su actividad laboral. Además, en más del 70% de los pacientes, esos ganglios eran negativos, no estaban afectados por el tumor, por lo que además de causar muchas complicaciones en los pacientes se traducía en un elevado consumo de recursos para el sistema, de los que realmente no era necesario hacer uso”.
Con el estudio realizado por la montijana, se permite identificar, a través de una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, cuáles son los paciente que tienen ganglios cervicales afectados por el tumor. Solo a los que están afectados se les realiza la disección cervical, por lo que para la mayoría, la duración de la cirugía se reduce casi a la mitad y, asimismo, las complicaciones que pueden darse para el paciente, que se marcha a su casa apenas unos días después, sin problemas de movilidad en el cuello y el hombro.
Esta es la técnica que usan de forma completa en la práctica diaria del hospital y de la que se han beneficaido ya casi casi 250 pacientes tratados.
“Se trata de seleccionar al paciente según sus necesidades, antes tratábamos a todos por igual”, señala Silvia, que destaca también lo fundamental del trabajo de sus compañeros de medicina nuclear y de anatomía patológica a la hora de poder desarrollar esta técnica interventiva. Porque el avance en cualquier ámbito de la sociedad, se hace en grupo, en conjunto. Por eso en los agradecimientos de su propia tésis, la que ha mejorado la calidad de vida de muchos pacientes de cáncer oral tras su intervención, no se ha olvidado de nombrar no sólo a profesores y compañeros, sino a su propia familia, marido, hijas, padres y hermanos, incluso a los propios pacientes. Porque cada uno sumó, a su manera, para que la cirujana haya podido poner todo su conocimientos a disposición de los demás.