Está teniendo bastante trascendencia en estos últimos días una noticia a la que están dando gran importancia la mayor parte de cadenas respecto a la guerra. Esta invasión de tropas rusas en gran parte de Ucrania, está teniendo efectos en todos los países, cambiando aspectos que considerábamos asentados y no deja país europeo al que no haya hecho cambiar normas y criterios que no hace muchos años eran considerados de carácter interior para cada país. Hay muchas ventajas respecto a la globalización en la que nos encontramos, pero la dependencia de unos países respecto de otros, hace que lo que ocurre a muchos kilómetros afecte, y de qué manera al resto. Pero, volviendo al inicio, me refiero a la deslealtad que informan, están teniendo los ciudadanos rusos para con su presidente que, sin contar con el beneplácito de los ciudadanos, los ha sumido en una guerra que pensaba, iba a “despachar” en unos días y que va para meses, sin visos de finalización.
En líneas generales, la lealtad es el cumplimiento que deberíamos tener todos los ciudadanos con las leyes de la fidelidad y el honor. Una persona que consideremos “de bien”, debería ser leal a los demás, a las instituciones a las que pertenece y a su nación. Visto así, la segunda guerra mundial que afortunadamente ya queda un poco lejos, pero de la que se supone se extrajeron numerosas consecuencias para que no se produjera nuevamente guerras de ese calado habría obligado a la lealtad de los ciudadanos alemanes para con el III Reich que se formó y que los llevó a tener dividido su país en dos mitades que evidentemente nunca eligieron sus ciudadanos.
La lealtad se desarrolla en la conciencia e implica cumplir con un compromiso frente a circunstancias cambiantes o adversas, una obligación para con el prójimo, pero a veces la conciencia nos dicta tener que ser contrarios a la lealtad que te exigen las normas, algo así a lo que les está ocurriendo a los ciudadanos rusos a los que han llamado a filas para ir a luchar en el territorio invadido (bueno, eso, y lo más importante, la propia ley de supervivencia, visto como les ha ido a los que enviaron primero). Una cuestión importante es que obliga a conocer previamente lo que uno defiende y entiendo que a veces si no va de acuerdo a tu moral da suficiencia para poder romperla.
La lealtad como valor, es la que conlleva tener plena confianza en otra persona. Una persona leal será respetada y generará confianza plena, algo tan importante en este mundo que tenemos tan desnaturalizado. Sin lealtad, es complicado tener miras a largo plazo. Al final, resulta que quienes más saben de lealtad son los perros. Ellos son leales toda su vida… .  [email protected]