La pandemia, aparte de sufrirla y seguir sufriendo sus secuelas, con esos síntomas que se niegan a desaparecer o teniendo que asimilar que sigue estando entre nosotros, a pesar de que cada vez le vamos dando menos importancia, por mucho que las cifras de contagios y de muertes sigan estando presente en el día a día.  Aparte de todo esto, hay algo que yo he notado que ha aumentado en nuestra sociedad: la agresividad.  Está, introduciéndose lentamente, formando parte de nuestras vidas, convirtiéndose en algo con lo que nos está tocando convivir.
La sonrisa en el rostro de las personas está desapareciendo para convertirse en un ceño  casi desafiante.  Los actos vandálicos se multiplican, los gritos forman parte de nuestra manera de manifestarnos, las miradas de indiferencia ante nuestros semejantes proliferan y hasta la cosa más sencilla, hermosa y humana como el saludo cuando te cruzas con alguien, en la mayoría de los casos, no obtienes respuesta. No sé si a vosotros os ha pasado, a mí sí.  No comprendo cómo estamos erradicando una cosa tan cotidiana y agradable sin que apenas nos afecte.
La pandemia nos ha vuelto más exigentes pero si al menos, nuestra exigencia fuese razonable y justa estaría muy bien, pero no, lo que ha aumentado ha sido la agresividad y la intolerancia.  Emana de la sociedad un comportamiento tan hostil que a mí, personalmente, me da miedo. ¡Estamos enterrando la simpatía y la dulzura bajo una losa de furia descontrolada!.  Me temo que esta pandemia puede incluso afectar a nuestra educación. Tiempo al tiempo.
Algunas veces he comentado este tema y me encuentro que solo un pequeño porcentaje reconoce que en la sociedad está en aumento las actitudes violentas. Muchos dicen que estos comportamientos han estado, están y estarán siempre conviviendo con el ser humano. Es posible pero… ¿Después de esta pandemia no estáis notando un incremento de la agresividad?.  Yo creo que durante el confinamiento, las personas que eran agresivas se hicieron más agresivas y por ese motivo, al volver la “normalidad” a nuestra sociedad, la provocación y la intolerancia se han convertido en dos fuentes de agresión en aumento.
La salud mental es muy importante y por ello, tenemos que ser tratados por especialistas cuando notemos estos síntomas porque es lógico y normal que el miedo a una enfermedad desconocida, los meses de confinamiento y el temor al contagio seguro que nos está pasando factura pero hay que intentar erradicar esta agresividad para poder vivir mejor en nuestra sociedad.