La mayor parte de los grandes artistas y pensadores de la historia de todos los tiempos fueron personas altamente sensibles (PAS). Según estudios recientes, una de cada cinco personas nace con una sensibilidad muy elevada. Probablemente tener un sistema nervioso sensible es normal, es un rasgo básicamente neutro. Tener ese sistema sensible significa que se es consciente de cuestiones muy sutiles en el entorno que le rodea. Igualmente, ese sistema nervioso se ve abrumado cuando cuándo se ve sometido durante mucho tiempo a un entorno estimulante, lo que hace que el hecho de ser sensible tenga sus ventajas, pero también sus inconvenientes.
Seguramente en nuestro ADN, tengamos recogido esa carga de sensibilidad que nos permita recibir y percibir las buenas cosas que ocurren a nuestro alrededor. Pero la sensibilidad también es ambiental. Se recoge desde fuera. A quién no le ha pasado que se ha ido a una casa en el pueblo durante sus vacaciones y ha venido cambiado, con otro grado de sensibilidad distinta. O más fácil. Vamos al cine y si la película toca de lleno, nos levantamos de la butaca totalmente cambiados y con la sensibilidad cargando nuestro futuro comportamiento. Es igual que la colaboración que surge cuando ocurren catástrofes en puntos geográficos a los que nunca vamos a ir, pero con los que nos identificamos por la sensibilidad y el sentirnos en la piel de quien en ese momento lo padece. Existe una mala impresión que nos han ido inculcando, en la que niños y niñas nacen con esa alta sensibilidad y posteriormente, aunque la mujer la sigue manteniendo, el varón la pierde. Algo absurdo y que nos llega dado de estereotipos (rudo y sensible) que nos vienen impuestos desde los medios de comunicación fundamentalmente en los que se forman esos estereotipos que afortunadamente se van eliminando poco a poco. Una de las personas más sensibles conocidas es la de Cassius Marcellus Clay, posteriormente conocido cómo Muhammad Ali que decidió no incorporarse al ejército y declararse posteriormente objetor. Cómo ven el canon en su caso tenía un amplio desbarajuste.
Las personas altamente sensibles van muy unidas a la honestidad, a la que otorgan un gran valor. No siempre uno escucha y entiende lo que los demás piensan o sienten. La persona sensible tiene una capacidad mayor para entenderlo. Y bajo todo este paraguas es importante el hecho de que una persona sea integra lo que la hace a ser respetada por los demás. Y es que, en una persona íntegra, tienes toda la seguridad de poder confiar.
En definitiva, mantente cercano a las personas altamente sensibles que conozcas porque suelen ser más íntegras y eso hace que puedas confiar plenamente en ellas. [email protected]