Beatriz Fuella, la madre del alumno del CEIP Nuestra Señora de la Asunción, en Lobón, que buscaba pelotas de tenis usadas para cubrir las sillas y mesas con el fin de reducir el ruido en las aulas, un ruido que perjudicaba la posible atención de su hijo y de otra alumna.

El hijo de Beatriz, Jonathan, y la otra niña necesitan usar prótesis auditivas en su día a día. El problema es que el sonido del arrastrar de las sillas, un sonido agudo, se amplifica con estos aparatos, causando una gran molestia auditiva de concentración en los sonidos de estos dos pequeños.

Apenas un mes después de que Beatriz se moviera para conseguir esas pelotas de tenis usadas, el objetivo que se propuso esta lobonera se ha conseguido con creces: les han llegado casi 2000 pelotas de tenis, más que suficientes para cubrir mesas y sillas de todo el colegio.

“El conserje del colegio me comentaba que se nota muchísimo. Que antes, al finalizar las clases, había un ruido tremendo de los niños al arrastrar las sillas para volver a casa, pero que ahora da gusto”, comenta esta madre, contenta con el resultado.

En total han usado 1400 pelotas que con colaboración de familiares y amigos, han recortado y puesto en cada pata de las mesas y sillas del colegio. Otras 200 pelotas las han guardado para reponer las que se vayan estropeando. Y además Beatriz tiene unas 600 pelotas más que va a entregar al equipo auditivo que atiende a su hijo, para que las entreguen en otros colegios donde las necesiten.

Satisfecha por la gran acogida que ha tenido su petición, Beatriz quiere agradecer a todos los pueblos y vecinos de la comarca que se han volcado en ayudarle a logran este reto: Valdelacalzada, Puebla dela Calzada, Montijo, Pueblonuevo del Guadiana, Mérida, Barbaño, Badajoz, Talavera, La Albuera… incluso de Madrid le han llegado pelotas donadas para este fin inclusivo.