Los Judas accidentados de Lobón
Con motivo de la edición de un folleto turístico sobre Lobón, hace unos años, escribí en el apartado de fiestas, costumbres y tradiciones populares: “El Domingo de Resurrección se realizaban los Judas, muñecos rellenos de paja que eran colgados en los balcones de la calle Derecha y tiroteados por escopetas hasta que estos ardían”. Sabía también, me fue transmitido por testimonio oral, que los Judas dejaron de celebrarse por el accidente que hubo al ser heridas algunas personas que eran testigos de aquel festejo. Investigando para otros trabajos, he localizado lo sucedido gracias al diario badajocense Correo de la Mañana de los días 6 y 8 de abril de 1926.
Acudo ahora a lo sucedido. En la mañana del Domingo de Resurrección, 4 de abril, así como los .niños se reúnen provistos de cencerros y campanillas para celebrar con su algazara y bullanguería la Resurrección de Jesucristo, recorriendo las calles de la población cuando las campanas del templo anuncian la hora, también los adultos, siguiendo una costumbre tradicional, celebran este hecho inmemorable haciendo un maniquí que simboliza a Judas, el cual cuelgan de un sitio alto y sobre él disparan salvas hasta que a fuerza de fogonazos o hasta que se cansan de disparar lo dejan. También este año hicieron el Judas, el cual colgaron de una soga que enlazaba uno de los balcones del Casino, en la calle Derecha, con una ventana de enfrente, de la cual pendía el maniquí, sobre el que empezaron a disparar cuando llegó la hora anunciada.
A poco de sonar los primeros disparos se notó por la muchedumbre que invadía la calle, que del balcón del Casino donde estaba la soga y en el cual se encontraban algunas jóvenes, lanzaban lamentos y quejidos angustiosos, lo que hizo sospechar que algo grave ocurría. Inmediatamente el médico titular Julio Pérez Ruíz, que se hallaba no muy lejos, acudió al ser requerido acompañado de algunas personas más, y pudo comprobar que los temores anteriores tenían desgraciadamente fundamento, pues tres de las jóvenes del balcón se hallaban heridas por arma de fuego. Presentando una perdigonada en la región mamaria derecha, parte de la izquierda y vientre, siendo calificado su estado de grave. Otra joven con algunos plomazos en la parte derecha del muslo del mismo lado, y una tercera, que al igual que la anterior, presentaba también algunos plomazos en el muslo derecho y la ingle. Hechas las curas de urgencia fueron trasladadas a sus domicilios respectivos después de la alarma consiguiente. El doctor fue auxiliado por el cabo de la Guardia Civil, Joaquín Pajuelo Calle y por los guardias a sus órdenes señores Vaca y Molina.
Inmediatamente el celoso juez municipal Andrés Cabañas Buenavida, requirió el auxilio de la Benemérita para que ésta procediese a la detención de los que en el tiroteo habían tomado parte, cosa que a poco se llevó a cabo, dando por resultado la detención de veintidós individuos, algunas escopetas y una pistola del año 1856. Por la tarde se les tomó declaración, llevándose a cabo por el Juzgado, la reconstitución del suceso sobre el lugar en que acaeció, y esto dio por resultado el que el señor Juez decretara la prisión de cuatro de ellos. Dos días después se informaba sobre el suceso accidentado de la celebración de los Judas: “Continúan mejorando las jóvenes que resultaron heridas en el accidente de que dimos cuenta. También el señor Juez ha decretado la libertad provisional de los cuatro individuos detenidos”. Era alcalde de Lobón, Bartolomé Martín Gómez. El suceso de los Judas coincidió con una conferencia que impartió el Domingo de Resurrección por la noche, en la parte alta del Círculo de Recreo (Casino), Manuel Cortés y Cuadrado, ex regente de la Escuela Normal Central; siendo su tema desarrollado: “La Resurrección de Jesucristo considerada como hecho histórico”.
Con motivo de la edición de un folleto turístico sobre Lobón, hace unos años, escribí en el apartado de fiestas, costumbres y tradiciones populares: “El Domingo de Resurrección se realizaban los Judas, muñecos rellenos de paja que eran colgados en los balcones de la calle Derecha y tiroteados por escopetas hasta que estos ardían”. Sabía también, me fue transmitido por testimonio oral, que los Judas dejaron de celebrarse por el accidente que hubo al ser heridas algunas personas que eran testigos de aquel festejo. Investigando para otros trabajos, he localizado lo sucedido gracias al diario badajocense Correo de la Mañana de los días 6 y 8 de abril de 1926.
Acudo ahora a lo sucedido. En la mañana del Domingo de Resurrección, 4 de abril, así como los .niños se reúnen provistos de cencerros y campanillas para celebrar con su algazara y bullanguería la Resurrección de Jesucristo, recorriendo las calles de la población cuando las campanas del templo anuncian la hora, también los adultos, siguiendo una costumbre tradicional, celebran este hecho inmemorable haciendo un maniquí que simboliza a Judas, el cual cuelgan de un sitio alto y sobre él disparan salvas hasta que a fuerza de fogonazos o hasta que se cansan de disparar lo dejan. También este año hicieron el Judas, el cual colgaron de una soga que enlazaba uno de los balcones del Casino, en la calle Derecha, con una ventana de enfrente, de la cual pendía el maniquí, sobre el que empezaron a disparar cuando llegó la hora anunciada.
A poco de sonar los primeros disparos se notó por la muchedumbre que invadía la calle, que del balcón del Casino donde estaba la soga y en el cual se encontraban algunas jóvenes, lanzaban lamentos y quejidos angustiosos, lo que hizo sospechar que algo grave ocurría. Inmediatamente el médico titular Julio Pérez Ruíz, que se hallaba no muy lejos, acudió al ser requerido acompañado de algunas personas más, y pudo comprobar que los temores anteriores tenían desgraciadamente fundamento, pues tres de las jóvenes del balcón se hallaban heridas por arma de fuego. Presentando una perdigonada en la región mamaria derecha, parte de la izquierda y vientre, siendo calificado su estado de grave. Otra joven con algunos plomazos en la parte derecha del muslo del mismo lado, y una tercera, que al igual que la anterior, presentaba también algunos plomazos en el muslo derecho y la ingle. Hechas las curas de urgencia fueron trasladadas a sus domicilios respectivos después de la alarma consiguiente. El doctor fue auxiliado por el cabo de la Guardia Civil, Joaquín Pajuelo Calle y por los guardias a sus órdenes señores Vaca y Molina.
Inmediatamente el celoso juez municipal Andrés Cabañas Buenavida, requirió el auxilio de la Benemérita para que ésta procediese a la detención de los que en el tiroteo habían tomado parte, cosa que a poco se llevó a cabo, dando por resultado la detención de veintidós individuos, algunas escopetas y una pistola del año 1856. Por la tarde se les tomó declaración, llevándose a cabo por el Juzgado, la reconstitución del suceso sobre el lugar en que acaeció, y esto dio por resultado el que el señor Juez decretara la prisión de cuatro de ellos. Dos días después se informaba sobre el suceso accidentado de la celebración de los Judas: “Continúan mejorando las jóvenes que resultaron heridas en el accidente de que dimos cuenta. También el señor Juez ha decretado la libertad provisional de los cuatro individuos detenidos”. Era alcalde de Lobón, Bartolomé Martín Gómez. El suceso de los Judas coincidió con una conferencia que impartió el Domingo de Resurrección por la noche, en la parte alta del Círculo de Recreo (Casino), Manuel Cortés y Cuadrado, ex regente de la Escuela Normal Central; siendo su tema desarrollado: “La Resurrección de Jesucristo considerada como hecho histórico”.
























