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Teodoro Gracia
Viernes, 01 de Abril de 2022 Actualizada Viernes, 01 de Abril de 2022 a las 18:12:30 horas

La desesperación de una guerra

En el nombre del mundo PAZ. Ese es el grito unánime de la mayoría de los seres humanos pero por desgracia, una minoría es la que hace posible enmudecerlo.
Es doloroso y muy lamentable, reconocer que la paz en el mundo está gravemente amenazada.  En este mismo momento, mientras escribo este artículo, muchos países están padeciendo los horrores de la guerra y concretamente, que un país europeo como Ucrania, esté siendo atacado aún más se nos agudiza la tristeza, la impotencia y la rabia.
Es muy doloroso como se tiene que vivir el miedo y la desesperación de una guerra, que en la mayoría de los casos, ni se entiende ni se acepta. Algo tan horrible como es la sinrazón de los conflictos bélicos y sus terribles consecuencias, al ciudadano de a pie, la primera sensación que nos produce es miedo. Yo así lo reflejo en un poema:
“De ver vidas masacradas  me duele el alma y el cuerpo
¡Se está matando la paz y yo me muero de miedo!
¡MIEDO! de tanta injusticia.¡MIEDO! de los intereses necios
¡MIEDO! de los fanáticos locos...¡MIEDO! ¡MIEDO!
Y lo vamos aceptando impotentes en silencio,
con gritos mudos ahogados por la imagen de los muertos.
Yo quiero buscar la paz para que vivan los pueblos
y mando cien mil palomas, y grito cien mil consejos
pero... la locura se resiste y yo me muero de miedo”.

Eso es realmente, entre otras muchas cosas, lo que me producen las guerras: miedo, desolación y esa desmedida crueldad del ser humano para con sus semejantes. Nadie tiene que sufrir una guerra, las consecuencias son inhumanas pero no se entenderá su crueldad realmente hasta que dejen de existir dos clases de personas, los que inventan las guerras y los que la padecen. Por desgracia, la muerte y la destrucción no afecta casi nunca a los mandatarios, pero siempre, siempre, alcanza de lleno a la población civil. No hay nada más doloroso que ver imágenes de niños muertos, escuelas y hospitales  bombardeados, familias enteras masacradas...
En cualquier guerra, siempre son los niños los peor parados. Hay millones de imágenes desgarradoras con ellos como protagonistas y esto es algo que todos ¡todos! deberíamos impedir.
Hay que luchar, denunciar y trabajar desde la cordura para que los conflictos bélicos desaparezcan de la vida de los seres humanos. En cierta ocasión John Fitzgerald comentó: “El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no, la guerra establecerá un final para la humanidad”.

 

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