Compromiso con el mundo rural
Solamente con un mundo rural fuerte y dinámico podremos avanzar en la cohesión territorial y nacional de nuestro país, cohesión que es el primer paso requerido para apuntalar el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales que se antoja imposible sin una apuesta clara por los pueblos y el medio natural como parte de la Marca España. Por eso es inaplazable que el Gobierno adquiera un compromiso firme con el mundo rural al que ha dejado abandonado y revise los sistemas de financiación autonómico y local.
Desde el Partido Popular se apuesta por impulsar decididamente medidas que permitan incrementar la natalidad, junto con el acceso a los servicios públicos, a la sanidad y medidas de mayor calado económico como bonificar el impuesto de sociedades para aquellas empresas cuya producción o facturación se genere en los municipios con menor población.
Es hora de poner en valor la defensa de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria ante el evidente fracaso del Gobierno en la negociación de la PAC con un ministerio que da la sensación de no luchar por los intereses del campo dado que las ayudas de la PAC, que son justas e imprescindibles, se han reducido en 5.000 millones de euros cuando las exigencias medioambientales suponen un 10% más de costes y un 15% menos de producción.
El campo vive una situación insostenible por lo que el sector primario ha decidido movilizarse ya que a la reducción de las ayudas hay que sumarle que el sector está permanentemente expuesto a la subida del precio de los carburantes y de los insumos, como los fertilizantes, en una espiral de subidas que parece no tener freno ya que el incremento de las cotizaciones sociales, del precio del gasoil y de los costes laborales pueden suponer en muchos casos la puntilla para muchas explotaciones.
Ahora más que nunca es cuando toca poner en valor la labor de los agricultores y ganaderos que dieron el callo durante la pandemia para garantizar el abastecimiento de alimentos.
El presente del campo pasa por alcanzar unos umbrales mínimos que garanticen la rentabilidad y viabilidad de las explotaciones y su futuro por la consolidación de nuevas infraestructuras en materia hídrica. Tenemos una ocasión única para aprovechar los fondos europeos con el objetivo de sacar adelante un Plan Agua que permita la construcción de nuevas infraestructuras para que los recursos hídricos lleguen a todo el país y no dependan de la solidaridad entre regiones. El sector agroganadero solamente será pujante y competitivo si tiene el suministro garantizado, sin agua el futuro estará seriamente comprometido.
Solamente con un mundo rural fuerte y dinámico podremos avanzar en la cohesión territorial y nacional de nuestro país, cohesión que es el primer paso requerido para apuntalar el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales que se antoja imposible sin una apuesta clara por los pueblos y el medio natural como parte de la Marca España. Por eso es inaplazable que el Gobierno adquiera un compromiso firme con el mundo rural al que ha dejado abandonado y revise los sistemas de financiación autonómico y local.
Desde el Partido Popular se apuesta por impulsar decididamente medidas que permitan incrementar la natalidad, junto con el acceso a los servicios públicos, a la sanidad y medidas de mayor calado económico como bonificar el impuesto de sociedades para aquellas empresas cuya producción o facturación se genere en los municipios con menor población.
Es hora de poner en valor la defensa de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria ante el evidente fracaso del Gobierno en la negociación de la PAC con un ministerio que da la sensación de no luchar por los intereses del campo dado que las ayudas de la PAC, que son justas e imprescindibles, se han reducido en 5.000 millones de euros cuando las exigencias medioambientales suponen un 10% más de costes y un 15% menos de producción.
El campo vive una situación insostenible por lo que el sector primario ha decidido movilizarse ya que a la reducción de las ayudas hay que sumarle que el sector está permanentemente expuesto a la subida del precio de los carburantes y de los insumos, como los fertilizantes, en una espiral de subidas que parece no tener freno ya que el incremento de las cotizaciones sociales, del precio del gasoil y de los costes laborales pueden suponer en muchos casos la puntilla para muchas explotaciones.
Ahora más que nunca es cuando toca poner en valor la labor de los agricultores y ganaderos que dieron el callo durante la pandemia para garantizar el abastecimiento de alimentos.
El presente del campo pasa por alcanzar unos umbrales mínimos que garanticen la rentabilidad y viabilidad de las explotaciones y su futuro por la consolidación de nuevas infraestructuras en materia hídrica. Tenemos una ocasión única para aprovechar los fondos europeos con el objetivo de sacar adelante un Plan Agua que permita la construcción de nuevas infraestructuras para que los recursos hídricos lleguen a todo el país y no dependan de la solidaridad entre regiones. El sector agroganadero solamente será pujante y competitivo si tiene el suministro garantizado, sin agua el futuro estará seriamente comprometido.