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Elisa Martín
Lunes, 11 de Octubre de 2021 Actualizada Lunes, 11 de Octubre de 2021 a las 12:53:52 horas

Salir de la tristeza post covid

 

Es verdad que los dos últimos años nuestra vida ha sido diferente. En este tiempo ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, de trabajar, de movernos y de planificar. Este virus microscópico nos ha dado un buen revolcón. Pero no le demos más alas de las que tiene. La pandemia se va controlando, parece que estamos en los últimos coletazos. Y ahora nos toca recuperarnos para que el daño físico y psicológico sea el menor posible. Ése es un buen reto que tenemos por delante. El covid nos ha hecho mirar de frente todo aquello que no nos gusta como la muerte, la enfermedad, la soledad y la vulnerabilidad. Que estaban ahí, pero que nuestra sociedad hedonista había desterrado a la habitación de los trastos, dónde está todo aquello que tenemos pero a lo que no encontramos sitio donde colocar. El virus ahora les ha abierto la puerta y nos hemos sorprendido sin saber cómo afrontar todas esas realidades por las que andábamos de puntilla y el menor tiempo posible..


Y ahora, cuando ya va pasando el peligro real, nos queda la tristeza, que se puede sentir en el ambiente, como un manto que se ha quedado flotando entre nosotros. Y notamos el miedo de muchas personas a salir, a estar con gente, en un cansancio y apatía extraños, en el pesimismo hacia el futuro, en el aumento de los problemas de sueño y ansiedad. Y es que nuestra mente tiene mucho más recorrido que los problemas reales porque, cuando estos acaban, nuestros pensamientos siguen y siguen dándole vueltas al tema. Es así nuestra condición humana, algo con lo que tenemos que lidiar.


Los científicos ya tienen pruebas de que nuestra actitud ante cualquier circunstancia determina nuestra respuesta. Es decir, que nos afecta más lo que pensamos que lo que está pasando en realidad. Y esto condiciona nuestro estado de ánimo y las emociones que sentimos en este momento. Hemos tenido una pandemia, sí. Y todavía hay que rematarla, hay que ser prudentes. Pero nos podemos adueñar de nuestros pensamientos, y poner el foco en todo lo bueno que tenemos.

 

Creo que en ningún momento de la historia la población en general ha vivido mejor que ahora, a todos los niveles: vivienda, atención sanitaria, educación, servicios sociales, conexiones, y la mayoría de los países apostando por la libertad y la justicia social, algo impensable hace un siglo. Tenemos que dar mil gracias por haber vivido esta situación en un escenario así, ya les hubiera gustado a nuestros antepasados.

 

Hay que activar la alegría, la proactividad, la ilusión por ir hacia algo mejor. Si la pandemia nos enseña a ser más maduros y realistas, algo habremos sacado de todo esto. Fuera tristeza, fuera miedo. Sigamos caminando con la cabeza alta y la mente despejada durante el tiempo de vida que nos toque en suerte.

 

Elisa Martín es periodista y coach profesional

 

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